La temporada que acaba de terminar: “Bah, digamos que estos nueve años de pausa me los han hecho pagar todos (ríe). Será que sé afrontar el trabajo (y he hecho dos en mi vida, primero jugador y ahora dirigente), solo así, pero debo decir que he ha sido duro este trabajo. Mucho más que como atleta. Cuando jugaba, acaba los entrenamientos y tenía tiempo para estar con mi familia. El dirigente, en cambio, nunca se libera mentalmente. Y el teléfono suena en cada momento”.
La tensión como jugador en jugar las finales: “Claro, pero eso digamos es algo ‘natural’. Para quien ‘nació jugador’, la vida como dirigente es mucho más estresante. También porque es un trabajo de relaciones, que ya de por sí genera fatiga, antes solo pensaba en jugar al fútbol”.
El trabajo como dirigente: “Digamos que estar en una oficina nunca fue el objetivo de mi vida. Volver a Milanello y participar en la vida del equipo ha sido fantástico”.
La hinchada: “Creo que lo que uno hace en el campo permanece siempre, sobre todo en un sitio donde hay gran sentido de pertenencia como el Milan. Y esto me ayudó. Pero el hincha siempre espera de volver a los éxitos del pasado, son exigentes por definición. Aparte que no por ser un buen jugador tengas que ser buen dirigente”.
La modernización del fútbol: “Creo que es un proceso irreversible, que debe ser acompañado. Un club con 120 años de historia como el Milan debe mirar al futuro, pero recordar también de donde se viene. Como en Inglaterra, donde tienen estadios ultra-modernos y que al mismo tiempo vibran de tradición”.
San Siro: “Es perfecto para quien juega, el público está a dos pasos y es algo único. Para quien lo ve, en cambio, hace falta una experiencia mejor, pero esto solo se consigue con un estadio en propiedad”.
¿Más insultos recibidos como directivo o como jugador?: “Como jugador, da igual el resultado que obtuvieras, un vaffanculo siempre lo recibirás (ríe). Digamos que es algo dentro del alma de la hinchada, espero que estas cosas cambien”.
Como ha vivido estos nueve años: “Algo he hecho (ríe), aunque soy alguien reservado. Solo que en estos tiempo parece que si no comunicas algo, no haces nada. Me interesan muchas cosas, dediqué tiempo a mis hijos en una etapa fundamental de su crecimiento, he estado en el extranjero, he viajado. Como jugador la vida para mí nunca fue solo el fútbol, esto seguramente me ayudó en el momento donde dije basta. Ese no es un paso fácil para un atleta, viendo que de manera improvisada tienes que gestionarte una existencia que siempre fue gestionada por otros”.
La vida lejos de las cámaras: “El anonimato siempre fue mi ambición (ríe). Esperaba que hasta cierto punto la fama bajase y pudiera vivir una vida totalmente ‘normal’. Ir a Roma de vacaciones con los míos. Para quien ha tenido una vida como la mía, solo ir a tomar un café con un amigo es algo nuevo y agradable. Para mí esta tranquilidad siempre ha representado un estatus al que ambicionar”.
“En cambio, aunque muchos de mis colegas han conseguido obtener su espacio personal, estas cosas nunca me las he podido permitir. Todo culpa de Italia 90 (ríe). Desde entonces mi fama se quintuplicó. Aunque no había cámaras en todas partes, no como ahora, esos partidos fueron seguidos por todos, en todo el mundo. Desde entonces empecé a hacer mis vacaciones a Estados Unidos…”.
¿Por qué ‘volvió a empezar’ el año anterior?: “Quizás porque pasaron nueve años… ¿suficientes no? (ríe)”.
¿Nostalgia del fútbol de los años 90?: “En general no fue mi actitud a la vida. Pero una vez este año me enfadé, porque a una hora y media del partido del Milan me encontré con cuatro de nuestros jugadores que estaban viendo el Superclásico River-Boca en un móvil. Encima en DAZN (ríe). No hay que dejarse ‘invadir’ por la tecnología”.
Virtudes y defectos del actual fútbol italiano: “Parto de lo que no me gusta: los estadios son viejos y deben ser adecuados, porque ver un partido en una estructura de los años 50 o 2000 es totalmente diferente. En cambio me gustaron algunas cosas que vi en el campo, el coraje en el juego que han demostrado los ‘pequeños’, como Empoli en la fase final de la liga. No es casualidad si hoy las categorías inferiores italianas de la Selección son finalmente competitivas”.
¿Jugar bien o conseguir resultado?: “Un debate hecho muchas veces, desde Boniperti en adelante. Digamos que todos recuerdan las victorias, pero si además las consigues jugando bien consigues un nivel superior. Pero son experiencias que se cuentan con los dedos de una mano en la historia del deporte”.
Muchas celebraciones de aniversarios deportivos en mayo: “Mayo es siempre así, pero no es que no tengamos la memoria de antes, es que están las redes sociales en recordarte cosas. Como ‘hoy hace 30 años del Milan-Steaua’. Menos mal, siempre me ha costado algo en las fechas“.
SPORTMEDIASET: DUELO ENTRE GIAMPAOLO E INZAGHI
Pruebas generales de director técnico. Según se comenta desde Sportitalia, Paolo Maldini mantiene las dudas sobre su futuro, pero se mueve a nivel operativo, tanto que ahora Marco Giampaolo gana enteros. Maldini ha sondeado el terreno personalmente, contactando con el ambiente del entrenador blucerchiato, que estima sobre todo por su capacidad de valorizar a los jóvenes.
Una figura perfecta para el que será el nuevo Milan Sub-23 y con posibles restricciones de mercado impuestos por la UEFA. El candidato principal, Simone Inzaghi, puede crear problemas. Empezando por su posible renovación con el Lazio, que puede generar una guerra de nervios con Lotito. Mañana Inzaghi planea irse de vacaciones con su familia.
No habrá reunión de renovación al menos hasta su regreso, donde no parece que todo se resuelva antes del 7-8 de junio, sin tener demasiadas certezas. No es un ultimatum, pero casi. La prioridad, aunque por poco, sigue siendo él.
Fuente: Milannews.it