
Artículo redactado íntegramente por Carlos Rodriguez Ávila
Lo que era un secreto a voces finalmente se confirmó. Zvonimir Boban fue confirmado este viernes como nuevo “Chief Football Officer” rossonero, encabezando así la enésima reestructuración del Milan, con la misma misión que la anteriores “regresar al club a donde pertenece”. Por todo lo
anterior creí bueno traer un poco de su trayectoria a la página.
El Zorro fue un predestinado al triunfo desde sus primeros pasos por el futbol, pero también alguien que siempre ha tenido muy claras sus ideas y fue uno de los jugadores que nació en la antigua Yugoslavia y su vida, al igual que todos en el extinto país, se vio marcada por la disolución de la nación de Europa del Este.
Con la Selección Yugoslava, Boban se consagró como campeón del Mundial Juvenil de 1987 celebrado en Chile. Su carrera profesional la inició en 1985 con el Dinamo Zagreb aun cuando la liga yugoslava existía. Precisamente el mediocampista fue protagonista del partido que terminó con la liga; ya con los ánimos calientes en Yugoslavia y la independencia de Croacia a la vuelta, se llevó a cabo un Dinamo (mejor equipo de Croacia) contra Estrella Roja (mejor equipo de Serbia) donde los enfrentamientos entre los ultras de ambas escuadras no se hicieron esperar y con el partido a punto de llevarse a cabo (y con la complicidad de la policía) los serbios atacarían a los
croatas, donde estos últimos decidieron invadir el campo.
Sobre el terreno de juego, los croatas se vieron agredidos por la policía yugoslava y algunos jugadores decidieron ayudar a sus aficionados, entre ellos el capitán del equipo, Zvonimir Boban, saltando a la defensa de un hincha que era brutalmente agredido y contraatacando con una patada voladora que pasaría a la historia y lo consagraría como un ídolo de la naciente Croacia.
Tiempo después Boban hablaría sobre la patada: “Ahí estaba yo, una cara pública preparada para arriesgar mi vida, mi carrera, todo lo que la fama puede comprar, todo por un ideal, por una causa: la causa croata”. Ante los problemas sociales y políticos que generó todo el nacimiento de Croacia, Boban llegó a la mejor liga del mundo por aquel entonces: la Serie A. En Bari estuvo solamente la temporada 1991/92, porque para la siguiente campaña Berlusconi y Galliani lo llevarían al Milan, donde estuvo
nueve temporadas.
Boban perteneció a una de las grandes épocas de nuestro equipo y brilló en un equipo que estaba plagado de grandes leyendas y estrellas, fue dirigido por Capello y jugó al lado de Rossi, Maldini, Tassoti, Rijkaard, Baben, Baresi, Costacurta, Donadoni, Savicevic, Van Basten, Albertini, Lentini, Gullit. El ex-secretario de la FIFA recuerda como con una constelación así que “Capello se podía dar el lujo de dejarnos fuera a Savicevic, Gullit y a mí”.
Con el Diavolo, el Zorro mantuvo la característica que siempre lo destacó, su liderazgo, pero también maduró como jugador y se pudo ver a un croata más técnico y, sobre todo, más elegante. Vistiendo la rossonera jugó 251 partidos, sumó 30 goles, conquistó 4 Scudettos, tres Supercopas de Italia, una Copa de Europa y una Supercopa de Europa.
El crecimiento del que hablamos se vio reflejado en su selección nacional (además de que también le tocó una generación dorada), pues fue uno de los principales pilares para llevar a Croacia al tercer puesto de Francia 1998 (que fue histórico hasta el pasado Mundial de Rusia). Sobre su paso por la selección, cabe mencionar que Boban debutó en el segundo partido oficial de Croacia (junto a Suker y Jarni), cuando todavía Croacia no se había independizado de Yugoslavia.
Su adiós en el Milan fue durante un encuentro contra la Juve, donde queda la postal de Maldini dándole un abrazo de “adiós” (cuando curiosamente serán ellos los encargados de esta nueva era). El croata terminó su carrera en el Celta de Vigo donde apenas jugó cuatro partidos y se despidió al acabar la temporada.
Boban es uno de esos hombres all-in-one, pues una vez retirado del balompié se graduó en Historia en la Universidad de Zagreb, se convirtió en director de uno de los diarios deportivos más importantes de Croacia (Sportske Novosti), fue colaborador en Sky (donde queda para el recuerdo
su agarrón con Conte), fue columnista en la Gazzeta dello Sport y en 2016 fue nombrado por Gianni Infantino como Secretario General Adjunto de la FIFA, puesto que acaba de abandonar para ser nombrado como nuevo dirigente del Milan.
El Zorro es uno de esos grandes del Milan que no tienen pelos en la lengua. Cuando estuvo en la FIFA fue de los principales promotores del VAR, recordando sus palabras tras su nombramiento: “El hecho de que describamos al fútbol con la frase ‘este bello deporte’ sugiere que no hay gran necesidad de introducir muchos cambios. O dicho de otra manera, si modificamos algo, habrá que hacerlo con mucho tiento para que la esencia del juego no se vea perjudicada de ninguna manera. No deberíamos sentirnos condicionados por la tradición”, pero también ha sido uno de los más grandes críticos del Diavolo, desde el final de la era Berlusconi, pasando por la transición de los chinos e incluso sobre la nueva era en la que él ya es parte.
Zvonimir Boban ahora tiene la oportunidad de modificar el Milan y llevarlo a donde pertenece, esperemos que tenga mucha suerte.