Ayer por la mañana, leyendo el informe de GDS sobre San Siro, el alcalde Beppe Sala encontró más de una confirma de sus convicciones. Pero también buena razón para continuar el diálogo con los clubes que parece algo parado. Se puede hacer un nuevo estadio, porque hay un perímetro de reglas que tutelen el interés público: es la sustancia del mensaje que deja con esta entrevista.
Alcalde, la mayoría de milaneses quiere un estadio nuevo pero parecen contrarios a echar abajo San Siro: ¿se esperaba esto al final?
“Diría que sí, ciertamente no es para cantar victoria. Victoria será cuando todas las partes queden contentas. Parece que buscar una solución que permita a San Siro no ser derribado es algo compartido por la mayoría de ciudadanos. Es el resultado más importante de vuestro sondeo”.
Milan e Inter esperaban quizás un recibimiento más entusiasta al proyecto…
“Cuando me dicen: ‘no estás contento?’ Ponemos 1.200 millones y damos mucho trabajo. Yo respondo que sí, se construyen cosas que la ciudad necesita. A día de hoy hay 1200-1300 millones de inversiones inmobiliarias en Milán y no necesitamos tomar todo lo que se ofrece”.
“Podemos digerir y gestionar las inversiones. Y yo entiendo perfectamente a los clubes que puntan a aumentar los ingresos del estadio, pero sigo teniendo dudas. ¿Se habla del estadio o de una operación inmobiliaria que va mucho más allá del estadio?”.
El cubicaje del área comercial destinados a financiar el proyecto: ¿La posición del Ayuntamiento no es demasiado rígida?
“Debo tratar a los equipos de fútbol ni mejor ni peor que cualquier otro operador inmobiliario. Nuestro plan de gobierno del territorio prevee un índice de 0,35 más las funciones accesorias. Dicho esto, con el 0,35 ofrecemos 90.000 metros cúbicos, más todo el espacio a otras cosas, como el auditorio que entra en la parte pública”.
“Tenemos otros terrenos en la zona: aparte del comercial, que es más útil a los residentes, ¿quieren un hotel? Se puede hacer a 400 metros de distancia. Mi convicción total es que lo que ofrecemos no es para nada poco y permite edificar mucho”.
Segundo punto crítico, la refundación del Meazza. Una palabra misteriosa…
“Reconozco que ese término no está claro. De hecho, yo pido si existe la posibilidad, apoyada por una economía de buen sentido, que se transforme el actual San Siro en algo más pequeño, manteniendo por ejemplo solo el primer anillo. El crecimiento del fútbol femenino, la atención de la hinchada hacia los jóvenes, pueden crear la necesidad de una ‘arena cívica”.
“Útiles a los equipos que hoy están obligados a jugar fuera. Lo que no sé y les pregunto a los clubes, si en términos de inversión es una locura o algo gestionable. No lo hemos estudiado. El verdadero punto es: ¿cuanto dinero hace falta para que San Siro sea realmente gestionable? Es una pregunta que ni ellos seguramente sean capaces de responder”.
Ellos dicen que cuesta mucho, demasiado
“Pero que me hagan ver un estudio que diga: hacen falta 350 millones. En ese punto diría: ‘ya entiendo, punto’. Verifíquemoslo juntos, demos trabajo a alguien. No quiero convencer a nadie, pero hace falta total transparencia”.
Seguramente costará más que echarlo abajo. El proyecto prevee un gasto de 600-700 millones. ¿Se puede incrementar un gasto tan ingente?
“Otro punto a hablar. El Wanda Metropolitano costó 270 millones, mientras que el proyecto de la Roma es de 350, que es un tremendo estadio. El del Milan-Inter es algo con costes nunca vistos. Me pregunto si no se puede hacer algo más contenido, manteniendo una segunda arena dedicada al deporte. En Milán estamos buscando desarrollo, pero algo sostenible, cosas bien hechas. Es mi duda, es hora de discutir”.
Estas condiciones parecen un no enmascarado…
“Para nada. Si San Siro estuviera para tirar yo tampoco pondría problemas. Pero viendo como está, no quiero dejar la oportunidad de mejorar la zona para los que viven allí. Pero es un proyecto que llevará muchos años y las propiedades son sólidas, pero quizás temporales. Yo no lo discuto, llego del mundo empresarial y sé lo que hace un fondo. No hay nada de malo. Pero yo confío en el desarrollo de una zona a un sujeto que en el futuro puede ser otro. ¿Todo puede ser factible, en tiempos más cortos, con una menor inversión que haga a todos felices?”.
¿No tiene miedo que pase por ser aquel que paró el nuevo estadio de Inter y Milan?
“Una minoría pueden pensar que estamos poniendo trabas, pero como administrador responsable debo tutelar el patrimonio confiado. Hoy con San Siro tengo una zona valorada en 100 millones y el Ayuntamiento ingresa, mal contados, una decena de millones. En el futuro tendré 0 durante 30 años y una instalación que sería nuestra tras 90 años, por tanto prácticamente nada. Pasaría a patrimonio cero e ingreso cero”.
“Si sigo las peticiones de los clubes sin dar explicaciones, ¿seré un buen administrador? Y me queda en duda que venga el estado de cuentas a tomarme del cuello diciéndome que he echado a perder un patrimonio. Si lucho no es por vicio o porque de niño fuera al estadio con mi padre, es por mi posición”.
¿Preocupado por el Plan B en la marcha a Sesto?
“Irse a Sesto sería algo totalmente erróneo, pero deciden ellos. La propiedad china del Inter, que ha hecho una inversión a largo plazo, pasaría a la historia por ser quien en cien años llevó a los nerazzurri a Sesto. Pero si los clubes responden que allí les regalan todo, hay poco que hacer. Alargaría el brazo frente a una decisión que no puedo impedir”.
Pero en ese punto San Siro sería un problema serio para el Ayuntamiento, un sitio vacío con riesgo de degradación: ¿Qué haría entonces?
“La marcha a Sesto sería un grave problema para ambas partes. Pero hay soluciones en las leyes: yo lanzaría un proyecto, nada especulativo, para urbanizar de nuevo el área. Porque es una zona muy interesante, donde se han hecho inversiones y acercado el metro. Eso hace que sea un área de gran valor potencial”.
¿Cuanto pesan las elecciones de 2021 sobre este asunto y en los tiempos? Algunos dicen que está lanzando el balón hacia adelante para saltarlos…
“Es una locura. Lo peor sería llegar a una campaña electoral con inseguridad. Prefiero explicar el camino tomado. No es mi interés echar el balón hacia adelante. Aparte, hacerlo para 18 meses me parece una tarea superior a mis capacidades de jugador”.
¿Siguientes pasos? ¿Espera el parecer del Superintendente?
“Bellas Artes dan su parecer cuando ven un proyecto. El actual es un parecer preliminar difícil de dar sin un proyecto definitivo. Antes hay que hablar con los clubes. Si no quieren tomar en hipótesis de recuperar el Meazza, que lo digan. No estaré contento y me quedo con ese problema”.
“Pero veamos juntos un proyecto: si es una locura desde el punto de vista económico-financiero yo no quiero que nadie haga locuras. El primer punto es tomarse un par de meses para verificar algo así. Los tiempos siguientes se pueden abreviar, tanto es así que la mayoría quieren seguir mi línea. Si se pasa del diálogo entre abogados al diálogo entre técnicos, se pueden encontrar soluciones”.
¿Reuniones planteadas?
“Ningunas, pero si por mí fuera sería mañana. Es algo tan sumamente relevante que estoy dispuesto a sentarme yo mismo. Para dialogar no con cartas, sino cara a cara”.
Fuente: La Gazzetta dello Sport