Especial 120 años: Ruud Gullit

Dicho por Arrigo Sacchi, es una coronación: “¿El símbolo de mi Milan? Sin duda él. Tenía una potencia física extraordinaria, un gran carisma y para los compañeros era todo un motivador. Cuando partía, con la cabellera al viento, era como si anunciara el momento del asalto”. Ruud Gullit, un jugador total que pareció desembarcar en el planeta rossonero directamente del futuro.

Tan completo que a día de hoy, tras treinta años de evolución del fútbol, estaría todavía en lo más alto. Nació libre, como su pensamiento, luego detrás de los puntas, luego jugó de delantero puro. Con ese físico, esa carrera (11 segundos en 100 metros) y esa técnica, podía estar realmente en todas partes.

Y de hecho en el Milan lo era todo: detrás a defender y generar juego, en medio para acelerar, arriba para marcar. En una palabra, alguien desbordante. Pero también así era bonito de ver que inspiraba estupendos apodos. Para los hinchas era el Tulipán negro. Gianni Brera puso el mejor: Simba, el rey León.

Es decir fuerza, liderato pero también elegancia. Vujadin Boskov en cambio regaló la gran metáfora: “Gullit es el ciervo que sale del bosque”. Silvio Berlusconi se enamoró de él en el Trofeo Gamper de Barcelona. Lo fichó en 1987 del PSV por 13,5 millones de liras, tremenda cantidad para la época. Lo valió todo.

E hizo que todos se enamoraran, incluso a la mayoría de mujeres: gran sonrisa, pelo con rastas, la música reggae en la sangre (tenía una banda, los Revelation time) y el balón en su adn. Ruud sacudió literalmente el nuevo Milan hacia el scudetto, el primero de una indigestión de trofeos donde siempre fue el protagonista, como el doblete en la final de Copa de Campeones con el Steaua.

Ese verano ganaron el Europeo con Van Basten y Rijkaard. Eso le llevó a ganar el Balón de Oro que dedicó a Nelson Mandela, prisionero en Sudáfrica por la lucha del apartheid: “La libertad es el mejor bien para el hombre, sin ello es como estar enfermo”.

Le gustaba serlo también en el campo y hasta Sacchi, enfermo de la táctica, le concedió algo de libertad. Simba le dio las gracias a golpe de goles siendo, realmente, el símbolo de su fútbol.

TEMPORADAS (7): 1987-1993 y 1994/95

PRESENCIAS/GOLES: 171/56

TÍTULOS: Scudettos: 1987/88, 1991/92 y 1992/93, Copas de Campeones: 1989 y 1990, Intercontinentales: 1989 y 1990, Supercopa UEFA: 1989 y 1990, Supercopa de Italia: 1988, 1992 y 1994