Especial 120 años: Andriy Shevchenko

No sabía una palabra de algún idioma que no fuera la suya. Le mandaron a la escuela de italiano en una zona cercana al Duomo, son cosas que cuentan, impresiones que nunca se olvidan. Andriy Shevchenko siempre ha sido aquel de los primeros días en Italia, cuando quería seguir adelante con el trabajo.

Dotado de un gran talento y de grandes dotes atléticas, Shevchenko las aplicó de manera constante. Para uno crecido en el Dinamo de Kiev con el inflexible Lobanovski, entrenarse era una actividad no prorrogable. Quizás esa dedicación hizo que a veces se minimizaran sus cualidades.

Que Sheva hiciera goles era tan obvio que nadie lo pensaba. Sheva para los hinchas del Milan no era una divinidad como Van Basten, no estaba rodeado del halo sobrenatural que acompaña aquellos que se retiran pronto de jugar.

Sheva el chico de la portería encima, el que te marca un penalty decisivo, en Manchester en la final de Champions ante la Juve, mirando al árbitro que se toma su tiempo como alguien que quiere salir de un metro totalmente lleno. Sheva fue el jugador más normal de los jugadores excepcionales.

No es brasileño pero para goles que hace.. el cántico que les dedicó la hinchada es la esencia del campeón ucraniano. Que durante los años cambió, pero no mucho. Siguió afeccionado al Milan y su gestión, que le perdonó la marcha a Londres y lo volvió a acoger en casa.

Shevchenko eligió el Chelsea pero firmó el fax del contrato intentando no llorar. Se quería ir, pero también quedarse. Pasó una tarde en San Siro en la curva con los hinchas que nunca le abandonaron. Cuando volvió al Milan, la suerte no le fue amiga: un remate contra el Bolonia, en su segundo debut, fue rechazado por Antonioli con el último milímetro de los guantes.

Puertas batientes, todo fue torcido. Pero Sheva siguió siendo el hombre de Manchester, el chico con la mirada de hielo que perfora a Buffon. El más normal de los jugadores excepcionales.

TEMPORADAS (8): 1999-2006 y 2008/09

PRESENCIAS/GOLES: 323/176

TÍTULOS: Scudetto: 2004, Champions League: 2003, Supercopa de Italia: 2004, Copa de Italia: 2003

ENTREVISTA A ANDRIY SHEVCHENKO

Hace quince años y un día, Andriy Shevchenko conseguía el Balón de Oro: “Ganarlo con la camiseta del Milan me dio una felicidad inmensa, era el equipo que soñaba de niño. Está claro que los goles que marqué con Ucrania en el Mundial me ayudaron mucho”.

Andriy, ¿qué sabía del Milan cuando llegó a la ciudad?

“Conocía el Milan de Sacchi y de Capello. Sabía que era un gran equipo también en años lejanos, con Nereo Rocco. De niño era hincha, era el club que seguía tras el Dinamo de Kiev. Veía los partidos por televisión, recuerdo las finales de Copa de Campeones: esa ganada en Barcelona ante el Steaua, la otra perdida con el Olympique de Marsella, la dominada ante el Barcelona de Cruijff. Adoraba el Milan, por eso quería venir a jugar como rossonero”.

¿Van Basten era tu ídolo?

“En los tiempos de Sacchi había muchos campeones: Gullit, Van Basten, Baresi, Donadoni y Maldini. Un equipo increíble, difícil elegir”.

Fuiste entrenado durante largo rato por Ancelotti, uno de los técnicos ganadores del Milan. ¿Te hubiera gustado haber sido entrenado por Rocco o Sacchi?

“Trabajar con Sacchi hubiera sido muy interesante. Sacchi como mentalidad era similar a Lobanovski, el técnico que me formó en el Dinamo de Kiev. Intensidad, empeño, trabajo, pensamiento colectivo, dedicación: los conceptos eran los del fútbol moderno, algo como hizo Lobanovski en la ex-Unión Soviética”.

¿Qué te quedaste de tus primeros años en Milán? ¿Cual es lo primero que te viene a la mente si piensas esos días de 1999?

“El recibimiento de la gente. Billy Costacurta, Ambro y Demetrio Albertini, naturalmente Paolo Maldini: los senadores enseguida me hicieron que me sintiera bien. También con Zvone Boban y Leonardo hablaban muchísimo. Sentirse en casa rápidamente fue mi integración”.

Imaginamos que tu mejor momento fue en el campo del Old Trafford: el penalty decisivo ante la Juve sigue en la memoria de los hinchas

“Ganar la Champions en 2003 fue fantástico, ahí partió un gran ciclo y empezó mi periodo mágico, ese que me llevó al Balón de Oro”.

Y pensar que la temporada empezó con una lesión en la rodilla y una clasificación a Champions en riesgo para el club. ¿Recuerdas el partido de vuelta ante el Slovan Liberec?

“Que ansiedad tener que quedarse fuera mirando. Pero por suerte todo acabó bien. Los momentos duros existen para todos, pero para mí en el Milan fueron años estupendos, prescindiendo de la emoción de estar en el punto de penalty decidiendo un partido tan importante”.

Con Berlusconi tuviste una afectuosa relación

“Es natural. Todo lo que concierne a mi carrera en Milán está unido a él”.

El Milan cumple 120 años: elige un jugador símbolo

“Digo a Maldini porque representa mi Milan pero atravesó los años. El club tuvo muchos campeones: Rivera, Baresi, muchos otros. Paolo es el símbolo de mi tiempo, pero también es un jugador particular: padre capitán, como él, luego entrenador, mientras que él ahora es directivo, con un hijo que juega en el Milan. Es una historia que atraviesa casi todas las épocas y creo que es algo raro en el fútbol. Por eso pienso que, al final, si tuviera que elegir un único nombre, sería Paolo. Que es el símbolo de un extraordinario club, que ha marcado tantas épocas”.

A veces las cosas se olvidan y en los últimos años la fascinación del Mian se apagó…

“La historia no se olvida. Lo demuestran los hinchas, piensas cuantos existen y cuantos están en el estadio, también en periodos de dificultad”.

120 años, ¿qué deseo para el Milan?

“Felicito a todos aquellos que contribuiron en crear esta larga emoción, de una manera o de otra. Es una fiesta para todos nosotros, no solo para aquellos que tuvieron la suerte de estar presentes. El Milan es único, es una gran película que no acaba. Quien ama el fútbol lo sabe”.