“No sabía que estuviera en Corea del Norte”. Abierta la carta de despido firmada por el a.d. Iván Gazidis el viernes por la noche y pasada a sus abogados, Zvone Boban no se quedado en la sombra, como hizo en días anteriores en espera de la comunicación oficial.
Despedido por causa justa. Aunque el comunicado del club usa tonos distendidos y “le desea a Boban grandes éxitos”. Por causa justa se considera la entrevista dejada (sin autorización, de ahí el comentario sobre la dictadura) la semana antes de la cual pedía la intervención del fondo Elliott para limar las diferencias con Gazidis por el descubrimiento de los contactos con Ralf Rangnick.
“Mi entrevista es legalmente irreprochable, que llegó tras tantas preguntas de aclaración internas puntualmente ignoradas” la siguiente reacción a confirmación que, antes de mandar el texto confiado a GDS, su firma fue pasada a un bufete de abogados (utilizados por la FIFA), donde solo hay una consecuencia: la carta de despido será contestada e impugnada frente a un juez laboral.
En el contrato firmado por Boban hace nueve meses, aparte de la duración de tres años con relativo salario, en el capítulo de tareas estaba “su competencia exclusiva en el área técnica con Paolo Maldini”. Boban ha recogido el guante del reto y lo ha vuelto a lanzar.
Así reconstruyó con los abogados y con sus amigos más cercanos los varios asuntos: “En diciembre ya ficharon a Rangnick” su seguridad confirmada por las frases dichas en privado, en enero, con Gazidis que se opuso a otras operaciones de mercado (“no podemos hacerlas sin asignar el nuevo entrenador”).
El punto donde Boban está dispuesto a dar batalla no es el viaje secreto del mánager sudafricano a Alemania para fichar a Rangnick: “Puedo asegurar que deseo todo lo mejor, pero me lo tienen que decir, merezco ser informado de tal iniciativa”. De ahí nació el divorcio.
Ya que al mismo tiempo, el paso entre ventas y compras, con el mercado de enero realizado por Boban y Maldini fue reducido en 9 millones tras adelgazar la plantilla. Desde ayer, Gazidis está solo al mando. Se presentó en San Siro para hablar con el equipo, para decirles que Boban estaba fuera del club, más repetir la confianza en el trabajo de Pioli, desmintiendo los contactos con Rangnick.
No estaban a su lado ni Maldini ni Massara, el primero por motivos de salud y ninguno de ellos ha estado presente en el encuentro ante el Genoa. Maldini se irá al acabar la temporada “por espíritu de servicio”. Impensable que pueda trabajar al lado de Rangnick tras definir su perfil como “no adaptado para este Milan”.
De ahí la decisión de Gazidis de poner al técnico alemán de entrenador y director deportivo, el primer experimento en el fútbol italiano. Si una de las críticas mandadas a Boban fue la entrevista-misil a pocas horas del partido ante el Genoa, los abogados de Elliott han hecho lo propio una semana después.
Demostrando al público que en estos asuntos los intereses del Milan han pasado a la última fila.