Le imaginamos mirar a su amado mar de la casa de Cesenatico y volar en recuerdos. Duros recuerdos. “Este drama del coronavirus a menudo me hace pensar y revivir el terremoto de Japón en 2011, con la explosión nuclear. Duró más de dos minutos, una vida. Yo estaba ahí, tapado en casa. Miraba fuera y solo veía un desierto. La gente estuvo encerrada en el metro durante horas. Momentos y días terribles”.
“Poco a poco se volvió a la normalidad, en cambio en esta trágica situación y surrealista parece no tener fin. Estoy recibiendo muchas llamadas y mensajes de solidaridad de los países donde entrené: “China, Japón, Emiratos. Son un placer”.
¿Cómo vive el aislamiento?
“Estoy poco habituado a estar en casa. Pero debo hacerlo, debemos hacerlo. Yo que siempre he estado dando vueltas, disfruto más la familia, la única ventaja de dramática situación. Disfruto de mi padre, que tiene 98 años y está mejor que yo, pero que le mantengo blindado en casa”.
“Tengo la sensación que la mayor parte de nosotros lo haya ‘tomado’. Yo mismo, como mi mujer y mi hijo, tuve extraños síntomas nunca vistos antes: dolor en el pecho, dolores musculares y ligero dolor de cabeza. ¿Qué puedo hacer? Me concedo una caminata cerca de casa: un aislado, como dispone el ayuntamiento”.
“Leo y aprovecho buscando poner orden a apuntes y reflexiones, tanto deportivas como no, que tengo repartidos por el estudio. Soy realmente desordenado”.
¿El fútbol tuvo que pararse antes?
“Viéndolo ahora, sí. Al menos se debió tener la determinación de pararse ya el pasado domingo por el partido Parma-Brescia suspendido y luego recuperado, era la ocasión. Un turno menos de abrazos y contactos entre jugadores claramente a evitar”.
¿Cuando se volverá a jugar?
“Antes o después, donde todo será mucho más intenso: las relaciones con la gente, la vida a diario, la alegría de ver fútbol y deporte. Pero esta temporada no sé como lo harán. Sobre todo para las copas: será difícil superar las barreras, por el miedo recíproco de volver a contagiarse”.
“En liga si hay tiempo ok, solo si deja de existir un claro peligro. Pero nada de playoff. Los resultados finales con los playoff no planificados de antemano serían aun más falsos”.
“A propósito, me gusta que el Presidente Abe dijera que no a las Olimpiadas, es justo que sea así: debe ser una fiesta global, deben participar todos los países. Será el renacimiento del deporte”.
¿Es justo ahora recortar los salarios?
“No me gustan las imposiciones. Prefiero lo que están haciendo en Alemania e Inglaterra. Reducciones espontáneas de los jugadores, según cada uno”.
Paolo Maldini tiene el coronavirus: ¿Ha hablado con él?
“No, no quiero molestarle más de lo debido en este momento. Pero estoy feliz de leer que están bien, tanto él como su hijo. Me uno mucho a la persona, antes que al campeón”.
El Milan tampoco está viviendo buenos momentos tras la marcha de Boban: ¿Le aconseja seguirle o que se quede?
“No conozco todos los detalles. Pero está claro que se han producido movimientos a sus espaldas desde el punto de vista técnico, eso no está bien. Le tocaba a Boban y a él la responsabilidad técnica y alguno de la directiva se movió sin avisarles”.
“Algo tremendamente incorrecto. En el decálogo que entregaba en los vestuarios, la primera regla era: respeta las posiciones. Nunca he permitdo que alguien jugara sin el ok de los médicos, aunque yo pensara totalmente lo contrario”.
“Ahora le toca a él decidir si quedarse por el bien del Milan. Dependerá creo de cuales poderes quiere y cuales le concederán. Pero algo está claro…”.
¿El qué?
“Este Milan está en construcción. Para recoger hay que sembrar. Paolo Maldini en este momento es demasiado importante para el Milan. Conoce la historia del club, encarna el ánimo, sabe como alcanzar resultados. Tiene carisma, inteligencia y buen sentido, tiene esta gran capacidad de mantener siempre el equilibrio”.
“Si se quiere que el Milan vuelva a la grandeza en poco o medio tiempo, él es indispensable. Encontrar gente como él, Costacurta y Albertini en el Milan fue mi fortuna. Determinantes para levantar al Milan (y ganar el scudetto tras dos malas temporadas). Cuando se abrió la posibilidad de la Selección, el primer hombre al que hubiera llamado era Paolo”.
Boban se marchó, Maldini inseguro, Donnarumma en venta. ¿Cómo ve la gestión Elliott?
“Nada bien. Entiendo lo que leo: quieren vender. Pero la marca debe ser de calidad si quieres ganar y no perder. Y es aquí donde entra Maldini. El Milan necesita certezas y resultados”.
“En este cuadro, si quieres reconstruir y vender bien, no vendes a los mejores. ¿Donnarumma? Me recuerda a Zoff. Tiene una calma olímpica. Da seguridad a la defensa y no es fácil ser portero en este Milan”.
Ibra mientras tanto medita retirarse…
“Yo lo adoro. Lamento el nunca poder entrenarle. A pesar de su edad, es siempre alguien bueno de ver. Ahora es un punto de referencia, si sigue será decisivo porque este equipo necesita sobre todo un líder”.
“Pero para el futuro, no es que pueda reconstruir basándome en un campeón de 39 años. Su marcha sería una lástima, no un gran problema. Pero ahora Ibra ayuda al Milan, siempre que se siga jugando”.
Pioli se ha movido al 4-2-3-1: ¿El módulo justo?
“Lo era desde el inicio, viendo la plantilla a disposición. Lástima que ya no esté Suso, uno de los pocos de gran calidad y que ha entristecido con tantos cambios de posición y el caos táctico. Pero es un jugador del que no se puede discutir. Con este módulo él podría estar y seguir siendo determinante. Y quizás también Piatek hubiera podido funcionar”.
¿Y Rafael Leao?
“Tiene cualidades muy importantes, que rompen un partido. Tiene instinto, no lee las situaciones, por tanto no puede actuar de delantero. Hay que aprovechar sus dotes de carrera y técnica. Por la izquierda en el 4-2-3-1 puede explotar. Y luego, si quieres reconstruir debes puntar antes que nada por talentos como el portugués”.