Rebic: la voluntad del jugador

La primera pausa, la prevista por el calendario por las fiestas de Navidad, le sirvió para regenerar mente y cuerpo y lanzarse con éxito a la conquista del Milan. La parada impuesta por la emergencia del coronavirus, puede tener un mérito: regala a Ante Rebic una asistencia para reflexionar su futuro a largo plazo.

Y si la parada es de cuarentena, la historia de amor entre el croata y los rossonero podría convertirse en matrimonio. Han bastado cincuenta días para que la pasión apareciera: con 6 tantos en 8 partidos de liga en 2020 (7 en 11 partidos considerando la Copa de Italia), Rebic ha tomado el espacio que reclamaba durante los meses de supletne y sobre todo ahora se ha hecho imprescindible.

El tiempo, en esta historia, juega a favor del dueto, porque en verano Ante y el Milan se han dado dos años para probar la afinidad recíproca: la certeza en la cual se continuará y la finalización del contrato, que prevee otro año en Milán. Pero al mismo tiempo, el acuerdo sellado con el Eintracht no admite la opción de compra: a priori, Rebic volverá a Frankfurt el 1 de julio de 2021.

De ahí que los directivos de Vía Aldo Rossi empezaron a razonar sobre la oportunidad de negociar con los alemanes una compra anticipada: moverse a su debido tiempo permitir superar a la competencia y de aprovechar la luna de miel con el propio Rebic, quizás puntando por un mejor precio viendo las dificultades financieras que invertirán con mucha probabilidad los clubes en el próximo mercado.

Luego, naturalmente, habrá que convencer a Rebic, no se excluye un contacto con la directiva en las próximas semanas. También en este caso se parte de una base bastante sólida porque, más allá de los goles, se ha hecho un ídolo de San Siro, estando cada vez más involucrado en el proyecto

Pioli rediseñó el Milan para poner a Ibra pero también para valorizar las características de Rebic, que volvió a ocupar las zonas del campo que le hicieron ser determinante en Croacia subcampeón del Mundo. En el Milan de los próximos años, para Rebic sería para un punto de referencia: en septiembre cumplirá 27 años, por lo que sería uno de los “sabios” al menos en edad.

Aceptar el reto podría tener que sentarse a rediscutir un salario (3 millones) que roza el techo salarial de Gazidis y su propiedad, pero significaría al mismo tiempo hacerse cargo de mayor responsabilidad, especialmente si Ibra tuviera que decir adiós.

Y ofrecería a Rebic la ocasión de consagrarse de manera definitiva en un histórico club que intenta volver a lo más alto gracias a él.