Ahora que el balón corre veloz gracias a las subidas de Conti, Calabria y Theo, solo queda tachar la última casilla: la del central a poner al lado de Romagnoli para el Milan del futuro. Porque de su capitán se quiere seguir por muchas más temporadas.
Su actual contrato, que vence en verano de 2022, es una prioridad que en la oficina del club quieren afrontar cuanto antes para no encontrarse ante la misma situación que Donnarumma, donde pronto se le propondrá la renovación.
Luego habrá que elegir al compañero que deberá moverse con él. Musacchio y Kjaer han jugado con él con más o menos certeza, pero no son el “rossonero tipo” imaginado por la propiedad para las próximas temporadas: el argentino acaba en 2021 y está cerca de los 30 años; el danés acaba de cumplir 31 y la oportunidad de rescatarlo del Sevilla por 2,5 millones no está para nada descontada.
De ahí que el plan sea construir en casa el central del mañana. Y la sugerencia llega del nombre de Matteo Gabbia. A pesar de aparecer solo tres veces entre febrero y marzo, ha superado con gran desenvoltura las pruebas a las que ha sido sometido por parte de Pioli: sorprendió por personalidad en su debut en la Serie A ante el Torino en San Siro, siendo titular en Florencia.
Crecido en la cantera, el central de 21 años, tras estar cedido una temporada en Serie C en el Lucchese y acaba de renovar hasta 2024: para su futuro se pensaba en una experiencia lejos de casa, pero ahora que Matteo ha demostrado tener calidad y carácter para aguantar el peso de la camiseta (demostrando una madurez poco común para alguien de su edad), las perspectivas pueden cambiar.
Pero cada movimiento debe ser planificado con gran atención. El chico con el 46 a la espalda (el mismo que llevó Romagnoli a su llegada a Milanello), es un recurso a gestionar con equilibrio y sin quemar los tiempos, porque el casting para el compañero del capitán es un asunto delicado que prosigue desde hace cinco años.
Desde que Romagnoli está en el club, han ido pasando gente como Rodrigo Ely y Gustavo Gomez, defensores de gran personalidad en la parte final de su carrera como Alex y Mexes o de poca constancia como Paletta y Zapata. Ninguno ha conseguido durar en el tiempo.
En la segunda parte de la temporada 2017/18, con Gattuso en el banquillo, el dueto Bonucci-Romagnoli prometía estabilidad por varios años, pero el regreso a la Juve del ex-capitán y la insolvencia de Mr. Li hicieron que saltara todo el proyecto.
Un Milan construido con Romagnoli y Caldara nunca despegó, lo mismo se puede decir de Leo Duarte: tuvo su grave lesión cuando Pioli empezó a darle confianza, donde estará listo en caso que regresen los entrenamientos. Costó 11 millones de euros para un jugador de 23 años, tras intentar que llegara Todibo o Kabak. ¿Será ahora el turno bueno para Matteo Gabbia?
DECLARACIONES DE DANIEL MALDINI
La mejor noticia, también la más esperada, sobre las condiciones de salud: “Estoy bien, no tengo ya los síntomas del virus y sigo con mis entrenamientos”. Daniel Maldini salió de una pesadilla (compartida con su padre) y ayer contó en un chat con hinchas a través del perfil de Instagram del Milan.
“La herencia de mi abuelo Cesare y de mi padre es una importante responsabilidad, pero de pequeño estoy habituado a esta presión. Representar la dinastía, de todas formas, es un orgullo y un honor”.
“En mi mente al debutar ante el Verona estaba bastante tranquilo y muy concentrado en el partido. Míster Giunti estaba muy contento, me felicitó y me preguntó qué tipo de emociones había sentido”.
“Debutar en San Siro es una emoción única, quizás la más grande que haya tenido a nivel futbolístico. Me siento mejor como segunda punta detrás de otro delantero. Tengo una buena relación con Ibra, pero me siento mejor con gente como Leao, Castillejo y Calhanoglu”.
“Un jugador que me encanta es Joao Félix. Uno de mis ídolos de siempre fue Ronaldinho. Estos colores forman parte de mi familia”-