DAVID BECKHAM
De Gennaro Gattuso a David Beckham. Usando una de tantas metáforas del centrocampista calabrés, de la bestia al bello. A mediados de la temporada 2008/09, Ringhio el 7 de diciembre se rompe el ligamento anterior cruzado de la rodilla derecha.
Primero, entre septiembre y octubre, Adriano Galliani empezó a cortejar en secreto al Spice Boy, donde en 2007 estaba en Los Angeles Galaxy. Fue precisamente Beckham uno de los primeros grandes jugadores europeos en reabrir la frontera americana tras los años 70′, cuando Pelé, Beckenbauer y Chinaglia volaron a Nueva York para jugar con el Cosmos.
Pero Beckham en 2007 tenía 32 años, venía de las temporadas galácticas del Real Madrid y no tenía ganas de decir adiós incluso para seguir jugando con la Selección. Y así el Milan, que ya intentó ficharlo en dos ocasiones (cuando se marchó al Real Madrid en 2003 y en 2007 cuando se fue a California).
Le propusieron al jugador: ¿Por qué no vienes de diciembre a marzo para entrenarte? Esa era la idea, pero luego… Galliani quiso fichar cedido a Beckham durante tres meses, de enero a marzo, para que luego volviera a los Galaxy.
La primera noticia apareció el 17 de octubre de 2008 y ese día, el mismo a.d. rossonero, lo confirmó durante una rueda de prensa: “Si la voluntad de Beckham fuera la de entrenarse con el Milan, tendrán que preguntarle a Carlo Ancelotti, pero por parte del club habría cero problemas”.
El 30 de octubre se hizo oficial. Ancelotti siempre quería jugadores de calidad, donde el 11 de enero de 2009, en ocasión del Roma-Milan, puso su querido árbol de Navidad (4-3-2-1) poniendo a Beckham, Pirlo y Seedorf, con Kakà y Ronaldinho a las espaldas de Pato.
Más ofensivo si cabe que el 4-2-fantasía que pondría Leonardo una temporada después, pero Beckham no estuvo solo tres meses, donde finalizó la temporada sumando 20 partidos, 2 goles y 5 asistencias.
Se repitió el experimento en la siguiente temporada, donde volvió a Milán en enero de 2010. Pero ese solo duró dos meses y medio, donde el 14 de marzo ante el Chievo se lesionó, rompiéndose el Talón de Aquiles de la pierna izquierda: KO que le obligó a tener que perderse el Mundial de 2010.
Pero ese doble paréntesis no fue olvidado por nadie, incluyendo el directo interesado que declaró después: “¿Saben lo que aprendí en Milán? La importancia de la historia, que va más allá de lo que se puede tocar con la mano”.
“Milanello no es el centro más avanzado del mundo bajo el perfil de las estructuras, era realmente bueno, pero no había nada de ciencia ficción. Pero ahí entendí desde el primer día que respiraba la historia de un gran club”.
“La historia es un valor, no lo ves, pero lo sientes. Milanello era un sitio realmente especial. Esa experiencia como jugador me sirvió para aprender otra lección: la autenticidad”.
DECLARACIONES DE LUCA ANTONINI
¿Cómo era el Spice Boy en el vestuario?
“Era un tipo silencioso. Al principio se pensaba que era por problema del idioma, pero luego nos dimos cuenta que su carácter era así, una coraza construida durante años debido a su tremenda exposición mediática. Pero era alguien simpático, estaba en el juego y no pasaba nada si recibía una broma”.
¿Tenía actitudes de gran estrella?
“En absoluto, todo lo contrario. Los jugadores como yo que quizás no lo conocían bien, esperaba encontrarme de frente a alguien con síntomas de estrella, pero no fue así”.
“Tenía una tremenda humildad que no he visto ni en jugadores de Serie C en mi último año de carrera”.
Beckham se decía que era un tremendo profesional: ¿lo confirma?
“Sin ninguna duda. ¿Sabe cuando se dice el primero en llegar y el último en irse? Beckham era así. No recuerdo que se perdiera ni un solo entrenamiento”.
¿Cómo era fuera del campo?
“Hacía grupo, venía a las cenas o a los encuentros lejos de Milanello. Pero digamos que se daba cuenta que había demasiada gente alrededor nuestro, al rato se iba un poco de lado”.
Ese Milan estaba lleno de fenómenos
“Éramos una especie de Galácticos estilo Real Madrid. Nesta y Maldini en defensa, Pirlo, Seedorf, Gattuso y Ambrosini; arriba Kakà, Ronaldinho, Shevchenko e Inzaghi”.
“Una lástima que algunos tuvieran problemas físicos y no conseguimos luchar a la par con el Inter de Mourinho”.
¿Era divertido ver los tiros de falta en Milanello?
“Era un espectáculo verlo desde la banda. El mejor para mí era Pirlo, las metía una detrás de otra. Pero también Ronaldinho y Beckham no lo hacían para nada mal. David golpeaba el balón como pocos. ¿Seedorf? Un escalón por debajo, pero no podemos decirlo muy alto…”.
¿Recuerda algún episodio en particular?
“Todavía tengo viva la imagen de cuando se lesionó. Yo estaba lesionado ese día y lo vi todo desde la grada. Bajé enseguida a los vestuarios y recuerdo la fuerza mental con la que David afrontó la situación”.
“Tenía un dolor increíble, pero les dijo a los médicos que cortaran la media y que hicieran lo que fuera sin pensarlo. Apretó los dientes y superó también eso con gran profesionalidad”.