Historias rossoneras (12)

LA REMONTADA DE ALBERTO ZACCHERONI

Marco Pantani y Alberto Zaccheroni eran amigos. En 1998 disfrutaba en la televisión del triunfo del rey de las salidas en el Giro de Italia, donde el siguiente año el Pirata, gran hincha del Milan quien apoyaba a Zac, empeñado en una tarea como subir el Stelvio.

Fue un reto conseguir ese sorprendente scudetto conquistado por los rossoneri en el año del centenario. Una temporada que nació de transición se convirtió en triunfal: los rossoneri se pusieron al mando de la tabla en las dos primeras jornadas y volvieron a hacerlo en las dos últimas, gracias a siete victorias consecutivas donde superaron al Lazio por tan solo un punto.

A finales de marzo de 1999, Zaccheroni le pide al equipo un regalo de cumpleaños, fuera de casa ante el Lazio, en lo más alto con 7 puntos de ventaja, parece la última ocasión para esperar el título, tras el doble 2-2 con Inter y Bari.

Ante los pugliesi pudo acabar peor incluso para el Milan, por primera vez silbado en San Siro y salvado en el descuento por el penalty marcado por Maurizio Ganz. Las ambiciones del scudetto en invierno se redimensionaron al empezar la primavera.

Fue tras la Pascua, el 0-0 en el Olímpico obliga a Zac a tener que asignar 9 posibilidades de 10 de ganarle la liga al Lazio de Marchegiani, Mancini, Nedved y Salas. El 11 de abril llovieron silbidos en San Siro, cuando al Milan le costó superar al Parma en remontada, gracias a los goles de Maldini y de Ganz, tras entrar por Bierhoff.

Para el alemán, el jugador más decisivo con sus 19 tantos en 25 partidos, fue la primera sustitución, una victoria que vale sobrepasar a la Fiorentina y obtener el segundo puesto. La distancia con el Lazio se acorta a un punto gracias al 5-1 con el Udinese, uno de los partidos donde fue sacrificado Leonardo para meter a Boban detrás de los dos puntas.

Un movimiento táctico que Silvio Berlusconi reinvindicará un mes después, festejando su sexto scudetto, contradecido por Zaccheroni con una declaración que inclinó la relación entre ambos.

En una de sus raras visitas a Milanello, el patrón predica con bajo perfil en la vigilia de la salida de Vicenza, donde Maldini festeja sus 440 presencias como rossonero y el 2-0 es confeccionado por Bierhoff y Leonardo, entrado en el segundo tiempo por Boban.

Gana también el Lazio, las presiones aumentan y la liga anticipa el Milan-Sampdoria al sábado, cuando juega también el equipo de Cragnotti. Ese 2 de mayo en San Siro el Milan tiene la suerte en contra tras el 3-2 en el 95′ tras un autogol de Castellini (con el pie de Ganz).

El año de transición se vuelve fantástico, a tres jornadas del final, Weah castiga a la Juventus. Basta con liquidar al Empoli para superar al Lazio, parados por la Fiorentina. Todo se decide en los últimos 90′ en Perugia, con un vuelo que se retrasó tres horas.

“Me siento como Pantani en la crono del año pasado, cuando conseguí sacar aquello que no tenía”, dice Zaccheroni. El scudetto llega gracias a un 2-1 salvado por una proeza de Bucchi que vale a Cristian Abbiati la promesa de Adriano Galliani de un contrato de por vida con el Milan.