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La excepción que confirma la regla a veces puede ser un lujo. Mejor todavía si se consigue darle vida a lo plural. En el caso del Milan, será algo indispensable. Llámenlo derogación, si suena mejor.
Pero hay una cosa bastante clara: si el Milan quiere volver a lo que promete, en el menor tiempo posible, dentro del círculo virtuoso europeo, alguna excepción a las líneas pactadas no serán solo aconsejables, sino obligatorias.
Son dos, en particular, los aspectos donde habrá que usar el buen sentido y no solo la rígida aplicación de su código del proyecto. Una es saltarse la regla sobre la edad de los futuros fichajes. Porque si la base sigue siendo muy joven, hará falta gente con experiencia.
El otro aspecto son los salarios: el club rossonero procede a una revisión del gasto con el objetivo de no superar el techo, pero en este caso también hará falta alguna excepción. Donde se pueda usar con otros un tipo diferente de medida para seguir edificando. Por ejemplo Rebic y Romagnoli.
Rebic ha aprovechado el parón forzado para volver a Split, en Croacia, donde sigue los programas individuales de entrenamiento. En las videoconferencias con los directivos, se planifican los movimientos para hacer de Ante un rossonero a título definitivo antes de que finalice la cesión por dos años y tenga que volver a Frankfurt.
Tanto Gazidis, Maldini como Massara están de acuerdo a que Rebic es una oportunidad a aprovechar. Y la idea va más allá de los seis goles marcados en menos de dos meses, con un físico devastador y sobre todo con una justa ambición para que sera uno de los lideres del Diavolo.
Su salario actual de 3 millones será la base de la que partir, pensando en un retoque hacia lo alto, también a través de bonus, para que luego el Milan llame con más fuerza a la puerta del Eintracht. Si a primeros de año el valor de Rebic pasó de los 25 a 40 millones, la crisis post-pandemia puede hacer que bajen las cifras.
Su contrato con el Eintracht acaba en verano de 2022 y por tanto el poder contractual del club de Frankfurt será para nada fuerte. Pero quien vuelva a equilibrarlo todo sea el campo: si Ante regresa de donde dejó el Milan deberá prepararse ante una inversión a la altura.
Y a la altura también en el caso de Romagnoli. El capitán acaba contrato en 2022, hace falta tiempo y modo para evitar que suceda lo mismo que en el caso Donnarumma, donde su actual contrato de 3,5 millones netos por temporada, otro gestionado por Raiola y se piensa en un nuevo contrato de 4 o 4,5 millones al año.
También en este caso, una excepción en las cuentas del club sería no solo aconsejable, pero casi obligatorio.