Gazidis busca la primera piedra

Si hay algo que más fastidia en Casa Milan, emanación de la sede londinense del fondo Elliott, es el concepto que el estadio es el primer y único pensamiento de los Singer para construir el Milan del futuro.

Los dueños rossoneros siguen principios y líneas extrañas al fútbol italiano, pero la construcción de un estadio no es el único objetivo que se han prefijado cuando se encontraron al Milan en la cartera.

Con los métodos de altas esferas, secretismo sobre todo, buscarán llevar al club a los éxitos del pasado, aunque necesitarán cierto tiempo. Será un plan de tres años, como previsto por la filosofía Rangnick. El mánager técnico alemán sigue en espera, pero no se han dado pasos adelante en la firma del contrato, pero es la primera opción de Gazidis, desde hace tiempo.

El proyecto del estadio es fundamental para hacer sostenibles los balances del club. Sigue adelante, aunque faltan aspectos fundamentales sobre el espacio en total, algo que debe seguir con el voto del Ayuntamiento. Se habla de un proyecto de 1.200 millones de euros, dividido entre Inter y Milan, lógico que haya muchos pasos y que todo necesite tiempo.

Pero hay optimismo y esto da mayor empuje a un proyecto que prevee la recuperación de la marca Milan, que resiste a pesar de los últimos años oscuros. La propiedad ya ha gastado bastante en el club (se habla de 180 millones solo en 2019, empezando por el mercado de enero) y no estará en el Milan de por vida.

El proyecto es rediseñar un club metido en las reglas de un fútbol de mecenas, algo que ya no existe. Por tanto, proyecto a medio plazo, ingresos a recuperar aprovechando la imagen de la marca. El Milan tiene, se calcula, 400 millones de hinchas en el mundo. Es uno de los puntos cardinales de las futuras estrategias.

Futuro, pero no demasiado. Ya en la temporada 2020/21, que quizás será para muchos anómalo, el club podrá hacer un primer balance. La cuestión de la próxima guía técnica, con Pioli al mando empeñado en acabar bien la liga e intentar la heróica en la Copa de Italia, pero las líneas guiadas han sido trazadas.

Hacen falta jugadores en perspectiva, fichajes soportables, una base para reconstruir el Milan que todos apreciaron en el mundo y que tenía un valor también altísimo a nivel comercial. Pero la propiedad tiene bien en mente el concepto base: la base es el equipo, las prestaciones deportivas, de ahí parte la fama de un club y la posibilidad de ser apetecible para los patrocinadores.

Por tanto, nuevo estadio y no solo eso. Muchos jugadores han pasado bajo la lupa del jefe de ojeadores Geoffrey Moncada y Hendrik Almstadt, el brazo derecho del a.d. Iván Gazidis. Uno de los defensas centrales del Sporting de Lisboa, Eduardo Quaresma (18).

El club portugués por ahora hace muro, en una línea cada vez más verde, en este punto se trata de una necesidad. Los jugadores en perspectiva puedan ser vendidos en pocas temporadas. Es el modelo Arsenal, Ajax, fundamentalmente: primero, autofinanciarse. Pero si hace falta un senior, se hará lo posible.

La cuestión Ibrahimovic está abierta, como la renovación de Gigio Donnarumma. Abierta también la cuestión de la prolongación de contrato para Alessio Romagnoli, que acaba en 2022. Parece mucho tiempo, pero para evitar problemas con el capitán todavía joven (25), el Milan tiene la intención de moverse en el momento justo.

Para evitar otro escenario a lo Gigio, es porque es un punto clave. Y Romagnoli no parece precisamente atraído de la idea de cambiar de casa.

LA SITUACIÓN DE DENZEL DUMFRIES

Denzel Dumfries, lateral derecho del PSV Eindhoven, está dentro de los principales objetivos del Milan para la próxima temporada. Según rumores del portal holandés Ed.nl, el Milan habría propuesto un intercambio con Ricardo Rodriguez.

El lateral suizo está cedido en el PSV, pero el club holandés habría rechazado el intercambio a la par. Rodriguez tiene un contrato con el Milan hasta junio de 2021. En días anteriores, Dumfries habría cambiado de agente, pasando ahora a Mino Raiola.