
Bastan dos colores, el rojo y el negro y un apellido, Maldini, donde la historia infinita se renueva. Un virtuoso círculo que empezó en los años cincuenta y que se une en la era de las redes sociales con una continuidad tan natural que se da casi por hecho, pero atención: en este romance no hay nada por descontado.
La única certeza es que la dinastía de los Maldini está unido al Milan: Cesare y Paolo escribieron la historia del Diavolo, ambos levantando la Copa de Europa, la primera y última de la sala de trofeos; Daniel viste la camiseta del abuelo y del padre donde ante el Monza marcó su primer gol en San Siro. Nuevo capítulo, nuevas emociones.
La primera las regaló Cesare, triestino crecido con Nereo Rocco, que en 1954, con 22 años, llegó a Milán por 58 millones de liras, una cifra de locos, especialmente para un central. En el Milan de Guttmann y luego el del Parón, Maldini hizo de todo (lateral derecho, central, líbero) y lo hizo siempre con una rara elegancia en esos tiempos.
Cuando se fiaba demasiado de su gentil pie y comete algunos errores, los cronistas de la época hablan de “Maldinadas”, pero Cesare se hizo perdonar. Sobre todo, sabía guiar a la defensa como pocos: en la final de Wembley ganada ante el Benfica, Rocco dejó que fuera él quien pusiera los marcajes para entorpecer a Eusebio y la intuición fue todo un éxito.
Cesare fue central pero lee el fútbol como pocos, no es casualidad que se hiciera entrenador. También de Paolo: con la Sub-21, con la Selección y el Milan, entre 1988 y 2001.
En esos años, el pase del testimonio de una generación a otra ya se había materializado, porque Paolo, el cuarto hijo de una familia-tribu que Cesare puso con su mujer Marisa, es una columna del Milan. Desde niño tenía el póster de Betega en la habitación, pero se dedica a los colores de la familia cuando llega el momento de empezar a jugar.
“Papá, quiero intentarlo con el Milan”, es 1978, siete años después Maldini II debutará en Udine, con 16 años. Paolo, diestro natural que juega de lateral izquierdo en el Milan de Sacchi y Capello lo gana todo. En el año 2000 se coloca en el centro, donde también manda ahí: hereda el brazalete de Baaresi y con el símbolo de líder en el brazo, levanta la Champions en 2003 y 2007.
Dos años después, Pep Guardiola le dedicará la ganada con el Barcelona en Roma: Maldini se acababa de retirar y los grandes del fútbol le rinden homenaje. Pero lo mejor de esta historia, es que tras un Maldini siempre llega otro, donde con Daniel parece que se avanza diez metros por delante.
Los movimientos seducen como los de su abuelo y padre, pero Daniel los usa para librarse de sus rivales, inventar para sus compañeros, va a portería como lo visto ante el Monza: actúa de mediapunta, puede jugar también de segundo delantero.
En la cantera lleva el 10, en el primer equipo primero el 98 y ahora el 27: ninguna referencia, como se adhiere a quien se mueve entre líneas. Pioli lo puso por primera vez en febrero de 2020 ante el Verona, 3.899 días después del último encuentro disputado en Serie A por Paolo.
Luego otra presencia, en la última jornada ante el Cagliari, hasta el gol marcado el pasado sábado: un Maldini que ha vuelto a marcar en San Siro 12 años, 5 meses y 6 días tras el último tanto de Paolo, en marzo de 2008 ante el Atalanta.
Desde la madre Adriana al amigo Soncín (portero rossonero cedido al Pergolettese) hasta Leao, en las redes sociales hubo miles de felicitaciones: “Fue fantástico jugar y marcar en San Siro, aunque fuera sin hinchas. Los de la cantera intentamos demostrar cuanto valemos en el primer equipo, damos siempre el máximo en el campo”, comenta Daniel, 19 años el 11 de octubre.
Pioli ya comentó que quien le de garantías se disputará un puesto. En el 4-2-3-1 rossonero los creadores siempre son bienvenidos. “Daniel ya disputó dos partidos en Serie A, la emoción ya no existe. Ahora le toca consolidar su posición dentro del primer equipo y ganarse un sitio”.
El ex-capitán hablaba como padre, pero también como directivo: los caminos profesionales de la dinastía se cruzan, de nuevo. Mientras un joven Maldini se hace paso, el padre le observa de cerca. Aconsejándolo, guíandole, pero sin nunca forzar, porque es pronto y Daniel tiene todo el derecho de crecer con calma.
Portar con desenvoltura ese apellido no se puede enseñar, o lo llevas en la sangre o es imposible. Para suerte del Milan, Daniel parece estar perfectamente metido en ese papel.
SIN PRISA EN EL ASUNTO BAKAYOKO
El asunto Bakayoko empieza a ser una curiosa telenovela en la que no se ve el capítulo final. La negociación ha sufrido aceleraciones y frenazos, donde ahora todo está totalmente parado.
Milan y Chelsea siguen sin ponerse de acuerdo en el precio del rescate: los londinenses piden 30 millones, mientras que los rossoneri no subirán de los 25. El Milan no tiene prisa alguna por cerrar el acuerdo. El fichaje de Tonali les regala tiempo para que luego llegue el segundo refuerzo en la mediana.
El Chelsea no tiene más ofertas por el jugador, por lo que en algún momento tendrán que ceder y aceptar la oferta rossonera. Mientras tanto, aparecen las alternativas conocidas de Florentino Luis y Soumaré.
El primero es un joven talento del Benfica donde su precio es bastante alto. El segundo, algo más factible, juega en el Lille y se ha dejado ver con buenas prestaciones. Pero el objetivo número uno sigue siendo Bakayoko, donde el Milan intentará cerrar esta larga telenovela de mercado.
ESTA SEMANA LAS VISITAS DE TONALI
Sandro Tonali al Milan, estamos cerca del anuncio oficial. A lo largo de esta semana llegará el jugador a la capital lombarda, luego las visitas médicas de rigor y al final la firma del nuevo contrato. Es solo cuestión de tiempo, donde el retraso es debido a la problemática de los casos registrados por Covid dentro del Brescia.
LOS CANDIDATOS PARA LA DEFENSA
Solo hay realmente tres candidatos para el centro de la defensa y son todos ya conocidos: Milenkovic y Pezzella de la Fiorentina y Wesley Fofana del Saint-Etienne. Sus precios rondan entre los 15 y los 30 millones de euros.,
Milenkovic (23 años, 2022) está valorado en 40 millones, pero realmente su precio no puede superar los 30, considerando que le quedan solo dos años de contrato. Ramadani, agente también de Jovic y Rebic, podría ayudar a obtener el traspaso.
Luego está German Pezzella (29 años, 2022), capitán del club viola, donde su valoración no supera los 15 millones y que Stefano Pioli conoce muy bien. El que mejor refleja la filosofía de Elliott es Fofana (20 años, 2024), valorado por el club francés en no menos de 30 millones de euros.
Una cifra que el Milan considera excesiva para un central altamente talentoso, pero en su primera temporada real en la Ligue 1. A un mes del final del mercado, el Diavolo mantiene abiertas todas las opciones y trabaja en el central a regalar a Pioli.
SOUMARÉ ALTERNATIVA A BAKAYOKO
Boubakary Soumaré es la primera alternativa a Tiémoué Bakayoko. La situación del ex-rossonero es la misma de días anteriores. El Chelsea no baja su petición de precio y el Milan no da pasos adelante.
El club rossonero, tras haber fichado a Tonali, quiere otro centrocampista, donde podrían ir a por el joven talento del Lille, donde hace una año consiguieron a Rafael Leao del mismo club.