El hombre que dio la vuelta al Milan como un calcetín ahora quiere darle la vuelta a su propio destino. Al menos para los derbies. El sábado ante el Inter, Stefano Pioli tendrá la ocasión de invertir una tendencia negativa en estos partidos que el actual técnico rossonero daba la vuelta cuando entrenaba al Lazio, donde su despido fue tras un claro KO en liga ante los giallorossi.
En Milán, tanto en el banquillo del Inter como la del Milan, espera conseguir la primera satisfacción tras tres intentos que quedaron en la nada, dos con los nerazzurri y uno frente a los rossoneri.
En pocos meses ha regenerado un equipo afligido y en caída libre, devolvió identidad y confianza al ambiente y, al acabar una larga persecución, devolvió al Milan a Europa tras la histórica serie de penalties en Portugal. Un gran trabajo por parte de Pioli.
El primer trauma del derby milanés en el banquillo rossonero: era el 9 de febrero, exactamente tras cuatro meses del inicio de la aventura milanista, Pioli vivió una noche de pesadilla en San Siro, con dos goles en la primera parte gracias a Rebic e Ibra, pero luego caer en la segunda parte por 4-2 con Brozovic, Vecino, De Vrij y Lukaku.
Fue uno de los momentos más críticos para Pioli, pero que poco después encontrará la clave para dar la vuelta al equipo. El sábado tendrá una nueva ocasión para conseguir la revancha y, de una cierta manera, cerrar un círculo vicioso que entre Milan y Roma nunca ha ganado un derby.
Los números desde 2015 hablan claro: los derbies son una pequeña maldición para Pioli, que ha visto de todos los colores entre derrotas, remontadas clamorosas y sonoros que le llegaron a costar el puesto.
Todo empezó el 11 de enero de 2015, primer derby en el banquillo del Lazio: Mauri y Felipe Anderson firman la doble ventaja, pero en el segundo tiempo tras un estrepitoso Totti que sentencia el 2-2 final.
Pero las cosas fueron aun peor en las tres siguientes: el 25 de mayo de 2015 llegó un KO por 2-1 (gol decisivo de Yanga-Mbiwa en 85′), el 8 de noviembre otra derrota por 2-0 (goles de Dzeko y Gervinho), mientras que el 3 de abril de 2016 se materializa el desastroso 4-1 (El Shaarawy, Dzeko, Florenti y Perotti, más expulsión de Hoedt).
En el banquillo del Inter, donde llegó en noviembre de 2016 para sustituir a De Boer, recopila dos empates (ambos por 2-2), pero quema el segundo derby el 15 de abril de 2017: Candreva e Icardi marcaron en el primer tiempo, antes de sufrir una clamorosa remontada entre el 83′ y el 97′ por mano de Romagnoli y Zapata, donde poco después despidieron al entrenador. El resto es crónica reciente, por ese sonoro KO de febrero que grita venganza.
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