
El viernes por la noche libre: “Debo decir que es la semana más tranquila, como jugador tengo la posibilidad de descansar y entrenarme. Dos semanas sin estrés. ¿Los chicos? Tenemos un equipo de solo 4-5 jugadores disponibles, pero nunca diré que no se debe pensar en la Selección. Es un objetivo para un joven que juega al fútbol”.
Ir a Milanello de directivo: “Es un sitio especial y lo sigue siendo. Tengo la fortuna de poder andar en los sitios de trabajo, uno de estos está al aire libre. Estuve de pequeño con mi padre y fue el teatro de pequeñas cosas que hicieron grande este club. No cambió mucho, lo estamos modernizando ahora, pero sinceramente esa sensación de calma y de paz permanece”.
El Milan de nuevo en lo más alto: “Como en todas las magias hay un secreto, que nunca descubriremos. Hay mucho trabajo detrás y existe una idea de juego y de la propiedad, con un equipo económicamente sostenible y si es posible autofinanciable. ¿El Covid? No nos ayuda. Más allá de todo esto, siempre hago las cosas con mentalidad milanista: es decir la de dar espectáculo y alegría a los hinchas”.
La importancia: “Porto detrás de un saco de historia y de respeto. Ahora debo ganar otro tipo de respeto, pero siempre dentro del deporte y del Milan”.
El ser directivo: “Me apasiona. Considerar el jugador como trabajador es difícil. Pero también como directivo eres partícipe a las alegrías y los sufrimientos del equipo. La integración no es fácil, hace falta tiempo y especialmente vivimos en un club frenético. Nunca tuve miedo de intentarlo”.
La música: “Siempre tuve mis raíces, la del R&B y del hip hop. Ahora sinceramente me estoy apasionando en la música house”.
La música en Milanello: “Está de moda el reggaeton. También en el pasado sonaba, con muchos sudamericanos en el equipo”.
El apodo: “Alguno me llama ‘capitán’, algunos me llaman ‘Paolino’ y otros ‘Director’, aunque no me habitúo (ríe)”.
La liga este año: “Los resultados son más abiertos, también con números totalmente diferentes. La ausencia del público determina seguramente algo. Algunos dicen que estamos ahí gracias a su ausencia, pero estoy seguro que con ellos nos darían más fuerza”.
“No tener el público es algo tremendo. Las emociones están unidas a la hinchada. Como por ejemplo los 90.000 de Barcelona o los 80.000 de San Siro. Me falta la tensión, que da sobre todo el público”.
Ibrahimovic: “Como jugador le he visto con varios equipos y lo marcaba como central. Ahora, para mí, es más fuerte, también porque no me costaba tanto con Adriano para marcarlo”.