El caso Tomori-Romagnoli

El inmediato veredicto del Olímpico no deja lugar a dudas: Fikayo Tomori dentro, Alessio Romagnoli fuera. La brillante prestación del central anglo-canadiense solo hizo confirmar las orientaciones cada vez más decididas en Vía Aldo Rossi, donde está tomando cada vez más cuerpo la idea de invertir 28 millones de euros para rescatarlo al final de temporada del Chelsea.

Un movimiento que, evidentemente, proyecta una sombra en el futuro del capitán rossonero degradado precisamente en el delicado partido ante “su” Roma, el club donde creció donde fue fichado en 2015 por 25 millones de euros.

Era el Milan de Berlusconi y el romano tenía las credenciales del líder de la defensa rossonera. Seis años después ese camino de crecimiento sufrió una ralentización y las recientes críticas de su rendimiento fueron acompañados por una clara inversión de tendencia.

Paolo Maldini antes del partido fue diplomático, recordando que con Romagnoli en el campo el equipo tiene esta gran clasificación, pero admitió que Alessio “está mal”. En las rotaciones seguramente sea titular mañana ante el Udinese.

Del resto, no se registra una rotura con Pioli y con el ambiente del equipo. Pero la duda profesional es bastante clara. Su contrato vence en 15 meses y la práctica de la renovación no es para nada fácil. El central ahora gana 3,5 millones de euros y con 26 años quiere ganar casi el doble (6 millones).

Otro que está asistido por Mino Raiola, ya en el centro del caso Donnarumma, con el objetivo donde solo quedan tres meses. El caso quiere que el brazalete de capitán en el Olímpico fue precisamente dado a SuperGigio. Una casualidad.

Pero no se puede esconder que la directiva sobre la confirmación del portero aparecen muchas intenciones. En cambio la renovación de Romagnoli parece más lejana. Hay un extraño ambiente sobre el argumento. La sensación es que el Milan valoraría con gran atención una oferta por su traspaso en verano.

Con un contrato así, podría valer una suma de 20 millones, pero también un posible intercambio. Pero hay que echar cuentas con la voluntad del jugador: ¿separación en el mercado o forzada convivencia hasta que termine su contrato?

Inútil decir que las diplomacias están al trabajo para evitar antipáticos rumores. El cambio romano descubrió las cartas. Y el derecho de rescate de Tomori con ese precio fijado, todo está en manos del Milan y del jugador.

Es pronto para hablar de acuerdos, viendo que este tipo de acuerdos solo se formalizan a partir de mayo. Pero sobre el argumento, el Milan sabe bien lo que hacer: todo a por Tomori.

ENTREVISTA A FILIPPO GALLI

El Milan venía de un difícil momento tanto a nivel de resultados como de moral. ¿La victoria ante la Roma es más importante a nivel de clasificación o de espíritu para los próximos empeños?

“Tanto para el espíritu porque el equipo ha recuperado sus certezas como para la clasificación. El cuarto está a ocho puntos, aunque el Nápoles debe recuperar un partido, podemos esperar que suceda de todo en la liga, aunque todo está en las manos del Inter”.

¿La caída del Milan es debido a razones físicas o mental?

“Creo que la cuestión es anímica y no se pueden aislar las dos partes (física y mental). Aparte el concepto de reclamo de preparación creo y espero que esté superado”.

El partido ante la Roma vio como protagonista a Fikayo Tomori. ¿Cómo valora su impacto con la camiseta del Milan? ¿Se esperaba que estuviera tan listo?

“Es un jugador que sinceramente conocía poco. Debo felicitar a Massara y Maldini por esta decisión, totalmente acertada. Es un jugador rápido y atento. Tiene todas las cualidades para ser un gran jugador”.

En Europa ahora toca enfrentarse al United, dos equipos gloriosos en busca de rescate y ambos segundos en sus ligas. ¿Qué espera de ese encuentro?

“Será un gran partido entre dos grandes equipos. Ambas formaciones lo están haciendo bien en sus ligas. Estoy seguro que el Milan estará a la altura del Manchester United y de nuestra historia”.

¿Qué efecto le da ver a Donnarumma con el brazalete de capitán?

“Estoy muy contento por él. Vestir el brazalete es un honor y una responsabilidad”.