El Milan empezó el partido con este once: Maignan; Calabria, Kjaer, Tomori, Theo Hernandez; Tonali, Krunic; Saelemaekers, Leao, Rebic; Giroud. Bajo un intenso calor con 29 grados en la noche triestina, donde el resto mostró un semáforo ampliamente verde para el Milan, que acaba la pretemporada ganando 2-1 con un doblete de Giroud.
Dos goles, un palo, mucho trabajo de equipo y acuerdos con los compañeros que han aumentado con el paso de salidas precedentes. Es la mejor noticia posible a nueve días de que empiecen la liga. Y en general el resultado no engaña: la cosa pudo haber terminado cuatro o cinco a cero si los rossoneri fueran más precisos bajo puerta y Tatarusanu no manchara la puerta con un error de rojo fuego.
La pretemporada acaba imbatido tras seis amistosos y con solo dos goles en contra: también aquí estamos dentro de las buenas noticias. Para Pioli era importante probar el mayor número de intérpretes que debutarán el lunes 23 de agosto en Marassi ante la Samp, pero no por esto renunció a otros temas. Y así la verdadera novedad fue usar el doble delantero de inicio en un 4-4-2.
Podría ser un indicio, pero aparte de esto, parece bastante claro que Pioli trabaja con mayor convicción y atención (y porque no hay un mediapunta puro, aparte de Diaz). El volante izquierdo en este partido fue Leao, pero hablamos de una colocación poco balanceada.
El 4-4-2 mostró en los primeros minutos su mejor virtud: una mayor involucración de Giroud en todas las fases ofensivas. El francés, aprovechando que no estaba el mediapunta, fue a bajar hasta la mediana para poder tocar balones. Dictó los pases, gestionó los pases largos de la defensa (y de Maignan) intercambiándose bastante con Rebic.
Y cuando llegaron los balones adecuados, la mete dentro con una naturaleza de quien acaba de realizar el movimiento adecuado. En el primer gol se metió entre dos centrales griegos y acarició con la zurda al suntuoso pase de Tomori; en el segundo le tomó el tiempo a Velez y anticipó de cabeza a Dioudis premiando el excelente centro de Calabria.
Atención al primer marcaje (centro de la defensa, ejecución del delantero), porque es algo bastante nuevo con respecto al año anterior. Potencialmente interesante la parte izquierda, con Leao y Theo donde se van alternando para ir al ataque. El portugués partía largo para luego irse a centro, dejando espacio a Theo.
¿Cómo fue Rafa en esa posición? Regular regular. Un par de buenos despuntes, de pleno poder físico, en medio de muchos pases de “tarea” y una obligatoria fase defensiva. A propósito de eso, el Milan nunca tuvo ni un solo peligro. Mérito de la atención de Kjaer y Tomori y también la pobreza general del rival. El pobre Macheda, triste y solitario, no pudo hacer gran cosa.
En el segundo tiempo los equilibrios no se modificaron. Los griegos nunca realizaron una jugada de ataque, quedándose en su propia mitad del campo y tras un cuarto de hora, Pioli cambia más de medio equipo: fuera Kjaer, Tomori, Leao, Rebi y Giroud, dentro Gabbia, Romagnoli, Bennacer, Pobega, Diaz y Maldini.
Donde Giroud antes de irse, dejó otro detalle más: centro de Theo, Olivier supera al portero y remata al palo, donde Calabria lo intentó hasta en dos ocasiones, Rebic también así como Saelemaekers. A la media hora el gol griego: pésima parada de Tatarusanu en apoyo, balón interceptado a pocos centímetros por Ioannidis y gol de bandera. Una mancha en una buena noche rossonera.