
Zlatan a 360 grados. Cuenta sus sensaciones al diario The Guardian, en una larga entrevista, habla de sí mismo, del Milan, de la Selección y muchas más cosas: “Cada me día me levanto con dolores en todas partes. Pero tengo objetivos y adrenalina, por tanto sigo adelante”.
“Necesito trabajar para mantenerme al top, mientras pueda seguiré así. No quiero lamentos, no quiero pensar ‘habría podido seguir porque estaba bien’, prefiero estar totalmente acabado y decir ‘no puedo más’. No es cuestión de contratos o fama, el dinero o los seguidores no te curan como lo hace la adrenalina”.
“Sufrir no me da problemas, para mí es como hacer la colada. Esta nueva generación no lo entiende, no debe hacer gran cosa para obtener crédito. Estoy muy orgulloso de pertenecer a la vieja generación, que debía hacer mucho para obtener algo”.
“Daniel Maldini en el campo es un gran chico, Paolo si te quería asesinar futbolísticamente lo hacía. Estoy feliz que no sean lo mismo porque es fácil para un hijo ser comparado con el padre, sobre todo cuando su padre tuvo una carrera tan extraordinaria. Estamos ayudando a Daniel de todas las maneras”.
“Es un gran talento, pero yo le digo: haz tu juego, lucha, te abrirás camino tú solo. Estoy feliz. ¿Jugar con el hijo de Daniel si tiene alguno? Ahora sería un milagro… La vida es andar arriba y abajo. Si todo está bien, no hay nada de que hablar. La realidad no es como una foto corregida con filtros. Las personas fingen ser perfectas, pero yo soy perfecto cuando soy yo mismo, eso no significa que no me equivoque, pero aprendo de los errores”.
“Hice un placaje a Azpilicueta en el reciente partido España-Suecia. Lo hice a propósito. No me avergüenzo de decirlo, porque él hizo algo estúpido frente a un compañero. El mío fue un gesto estúpido, pero significaba: no debes hacerlo, te demuestro lo que ocurre si me lo haces a mí”.
“No fue algo bueno para mí pero lo volvería a hacer porque así soy yo. No se trata de perder los playoff, sino de hacer ver que no hay que burlarse de nadie que esté en el suelo. Demasiado fácil tomarla con mis compañeros que tienen 20 años y son chicos muy simpáticos. Hice una cosa estúpida sí, pero lo haría de nuevo, al 100%”.
“Mis compañeros me hacen parecer joven. Esto me hace efecto, me siento como Benjamin Button. Estoy muy orgulloso porque veo que estos jóvenes jugadores se toman mayor responsabilidad, cambian de mentalidad. Esta es mi felicidad ahora. Esta es mi adrenalina. Salgo y corro tanto como ellos. Lo hago desde los 20 años”.
“Porque cuando los jóvenes me ven sudar me dicen: tras todo lo que has hecho sigues trabajando. Debo hacerlo porque lo hace él. Y es así como doy ejemplo. Cuando fui rossonero por primera vez, éramos un equipo estelar. Ahora hay talento, pero el proyecto es diferente. Es más satisfactorio porque si tienes éxito con las estrellas, se da casi por descontado. Esto en cambio no es predecible”.
“La calidad en Inglaterra está sobrevalorada desde el punto de vista técnico, en esto son mejores España, Italia y Francia. Pero la Premier tiene un ritmo altísimo, si no eres capaz de gestionarlo no basta con ser el mejor jugador del mundo. En Inglaterra hay tantos extranjeros porque portan la técnica”.
“Tener la familia en Suecia no es fácil, pero mi mujer cuida de los niños. Lo hacemos funcionar. Cuando tengo tiempo nos vemos y todos somos felices. Pero en la pandemia me sentí solo. Es extraño porque durante el confinamiento la gente estaba con sus seres queridos y yo no podía, porque no podía viajar. Pero cuando hubo mayor apertura, volví a casa y me quedé dos meses con ellos”.
“El deporte une a las personas, la política divide, si hablamos de racismo, es otra cosa y no estoy de acuerdo. Pero yo no hago política. Si lo hiciera, ahora sería Presidente. ¿Lebron James? No lo conozco en persona. No hago valoraciones. Haga lo que haga contra los racistas, tiene razón, porque cuando 50.000 personas te gritan ‘gitano de mierda’, es lo mismo. Es siempre racismo. Si me preocupo por el futuro, no me concentro en el presente. Vivo el tiempo presente. Carpe Diem”.