Ni siquiera un año en el Milan y ya le cuesta llevar la cuenta de cuantas vidas ha vivido Mike Maignan como rossonero. Objeto misterioso, para penalties, reacciona en tiempo récord y luego, sobre todo, el héroe del derby: Magic Mike han sido muchas cosas y otras que llegarán, aunque ciertos partidos pueden cambiarte la vida y el 1-2 ante el Inter fue un buen giro.
Un debut en un partido así se puede soñar, o quizás construir, a través de una concentración siempre altísima y maníaco en detalles, que luego es la manera donde el portero francés interpreta su papel. Porque Maignan está hecho así, en su mundo no existen las medias tintas: o todo o nada.
Se dieron cuenta enseguida sus compañeros, a los cuales bastaron pocos partidos de estar seguros de estar protegidos por un gran portero y tener un líder en el vestuario. Se dieron cuenta los hinchas, en éxtasis por las paradas de la otra noche. En Vía Aldo Rossi no, las ideas del talento de Mike eran claramente en tiempos no sospechados.
En mayo, mientras Donnarumma deshojaba la margarita y preparaba la Eurocopa con la Selección, Maldini y Massara cerraban con el Lille el fichaje de Maignan. Su coste fue de 13 millones más 2 de bonus, hoy vale una decena más y las cifras se actualizarán al terminar la temporada: si las paradas fueran como un trofeo, no es difícil imaginar que llegue a los 30 millones.
Números y prestaciones dan la razón al club, porque hoy Maignan está entre los mejores porteros de la Serie A, incluso puede ser el número uno en absoluto. La media de voto de 6,41 es la mejor en su posición, donde los lectores de GDS han votado el 81% como el mejor de todos.
En continuidad de rendimiento y peso en las paradas, Mike tiene pocos rivales, lo mismo se puede decir de la capacidad de contribuir a la construcción cuando tiene el balón entre los pies. Sus centros se transforman en ocasiones para los compañeros, donde incluso Giroud está aprendiendo a leerlo y la integración irá creciendo.