El Milan intenta la fuga definitiva. A nueve jornadas del final, con el Nápoles a 3 puntos y el Inter ahora a -4 (con un partido menos), todo está en manos rossoneras: sin pasos en falso, será scudetto. Condición física y mental está al top y las variaciones de Pioli han sido decisivas. De ahí que el Milan lo crea realmente
El equipo de Pioli ha recuperado un eficaz grupo defensivo, elemento que parecía desvanecido en la anterior serie negativa. Bien el ataque, pero es con la defensa, según muchos gurús del fútbol y del deporte en general, que se ganan las ligas.
Sin Romagnoli, pero con Kalulu en crecimiento, el equipo no ha sufrido el menor cambio de la línea defensiva. El Milan lleva tres partidos sin encajar un gol, considerando también el derby de Copa de Italia: tras varios empates consecutivos, el equilibrio es de nuevo un don rossonero.
Ocho goles marcados en liga a pesar de haber jugado poquísimo (914 en Serie A, 1075 en total): Zlatan Ibrahimovic antes de pararse por tener problemas en el tendón de Aquiles demostró de nuevo cuanto de importante es para el equipo.
Tras una larga ausencia volvió por poco tiempo en Nápoles y luego en el final del partido en San Siro ante el Empoli, listo para meter minutos en las piernas a tiempo para volar hacia el scudetto. En este momento la jerarquía en ataque se ha dado la vuelta, ahora es Giroud-Ibra y no al revés.
Pero la rueda gira rápidamente. Un gran jugador como el sueco en el banquillo no lo tiene nadie: por eso ahora Pioli en ataque (contando también con Rebic) puede estar tranquilo.
La condición psicológica parece favorecer al equipo de Pioli: soñar es justo y se puede, es bueno cabalgar sobre el entusiasmo: “necesitamos pasión” dijo el entrenador antes del partido ante el Empoli. Pasión, pero no presión: el Milan puede sentir menos que el resto de pretendientes, a la larga esto puede ser una gran ventaja.
Pioli a menudo dice de tener muchos titulares y no es por decir: ha cambiado el rumbo de varios partidos utilizando de la mejor manera posible los cinco cambios. Y también cuando los lesionados o los sancionados le obligan a elegir insólitos titulares, la solución siempre se encuentra: Florenzi por Theo y Kalulu en el centro de la defensa son los últimos ejemplos de como se amolda la plantilla.
El espectáculo empieza antes de los partidos: en la lectura de las formaciones, con San Siro que baja las luces en función del show, la curva llama a grandes voces a titulares y suplentes. Hay una energía diferente, mientras que el número se garantiza: ante el Empoli hubo casi 50.000 hinchas.
Considerando los límites del Covid, casi el lleno total. 800.000 presencias en San Siro: con otros 4 partidos en casa por disputar (Bolonia, Genoa, Fiorentina y Atalanta) se superará seguramente el millón. Un millón de almas apretando hacia el scudetto.
Contra los competidores al título solo llegó una derrota: en San Siro ante el Nápoles (con problemas arbitrales) que se igualó en la segunda vuelta. Tres empates y una victoria frente a Inter y Juve. El Milan ha demostrado saber ser capaz de gestionar los choques directos, pero en la gran final es siempre mejor evitar los exámenes a alta cuota, donde no valen pronósticos. Afrontará Lazio (fuera), Fiorentina y Atalanta en casa: tienen la fuerza necesaria para superarlos.
En la prueba del nueve, como las jornadas que faltan de aquí al final, participan con mayor razón que buscan un positivo final de temporada. Votos que pueden valer la “promoción”, que en este caso sería la confirmación como rossonero. Vale para Messias y Florenzi, cercanos de ser rescatados. Pero vale también para quien hoy debe alcanzar el suficiente en voto, como Bakayoko.
El Milan líder ha sido construido alrededor de Tonali. Ganaron el último partido gracias a Kalulu y durante largo rato fueron llevados por la ola de Leao. Tonali ha demostrado una continuidad de rendimiento impresionante e insólito para un jugador de su edad. Rafa estuvo un poco en la sombra este fin de semana, pero en sus piernas el poder romper para aumentar la distancia sobre la competencia.
Punto 9, como el número de camiseta de Giroud. La camiseta de delantero que hace tiempo no encontraba alguien tan sólido como continuo. Olivier ha marcado ya 11 goles, los últimos en liga decisivos para ganar a Inter y Nápoles.
Es mucho más que el alter ego de Ibra: es titular, un líder que como Zlatan puede indicar el camino del éxito. Sabe como hacerlo: es campeón de Europa con el Chelsea y del mundo con Francia.