Hay veranos terribles para los entrenadores. Esos veranos en los que te encuentras en la primera parte de la preparación con una plantilla XXL entre vueltas de cesión, jugadores que se van pero… aún no estrenados, recién llegados y jóvenes promesas a los que merece la pena poner un poquito de trabajo con los que ver el efecto que hace.
En Milán, el verano de 2022 obviamente promete ser fluido, porque por ahora el mercado aún tiene que encenderse realmente, pero Pioli no debería ver una casa llena que sea difícil de manejar. Y, a diferencia de otros equipos, hay que decir que obviamente se le dará un ojo a la parte de la cantera, pero no se basará en una verdadera estrategia/filosofía. Entonces, veamos qué podría pasar con los jugadores más jóvenes. Digamos de los que tienen 20 o menos.
Comencemos con los mayores, a saber, en orden descendente, Daniel Maldini (octubre de 2001), Lorenzo Colombo (marzo de 2002) y Marko Lazetic (enero de 2004). Para los dos primeros evidentemente hace tiempo que no se habla de Primavera, a diferencia del serbio de 18 años que llegó el pasado mes de enero procedente del Estrella Roja.
A los tres les une la incertidumbre sobre la próxima temporada: a todos les cuesta quedarse, a todos les cuesta irse. También porque los dos primeros (no necesariamente ambos) podrían ser útiles en términos de listas. Evaluaciones en curso por parte del entrenador y los directivos, pero mientras tanto el 4 de julio estarán regularmente en Milanello para el primer día de trabajo.
Maldini ya ha hecho un par de temporadas de (excelente) aprendizaje a la sombra de Ibra y Giroud, hizo el primer tanto de la victoria en la Serie A (Spezia) y además se llevó la satisfacción de debutar en la Champions League, haciendo aún más historia el apellido de su ilustre familia. En cambio, el camino de Colombo es diferente, ya que pasó el año pasado con la camiseta de la Spal, tras la anterior aventura de seis meses en Cremona.
Luego está Lazetic, un delantero inmaduro que será recordado como el único fichaje de la sesión del mercado de fichajes de enero de 2022. No encontró hueco en el primer equipo -sólo el placer de su debut, en el derbi de vuelta de la Coppa Italia- y por ello se le pudo ver en el Primavera, hasta el momento sin dejar demasiadas huellas. Él también comenzará a trabajar a las órdenes de Pioli, pero es fácil vislumbrar una cesión en otro lugar.
Descendiendo en edad, hay entonces tres nombres que pertenecen en todos los aspectos a la Primavera rossoneri y los principales sospechosos para sumarse al primer equipo, al menos en una primera fase de trabajo. Imposible, pues, no empezar por Marco Nasti, un delantero centro de dieciocho años (septiembre de 2003) de evidente talento y perspectivas de liderazgo.
¿Los números? A pesar de un año bastante complicado para los bebés rossoneri, logró marcar 18 goles en 29 partidos en Liga, Youth League y Coppa Italia. Uno cada 104 minutos, lo que supone un regreso decisivo para la salvación del Diavolo. Tanto en evidencia que fue llamado por el c.t. Mancini para la la reunión en Coverciano del 24 al 26 de mayo que tenía como objetivo presentar a los jóvenes italianos más prometedores a la selección nacional por primera vez.
Quedando en ataque, también está el nombre de Roback. En el caso de Emil, al principio solo había un nombre en la tarjeta de presentación: Hammarby, que es el club en el que participa Ibrahimovic. Roback, sueco nacido en 2003 (mayo) llegó de allí hace dos años y obviamente las comparaciones han sido en vano. Y las posibles investiduras también. En realidad son dos jugadores diferentes y, aunque Emil puede jugar de delantero centro, también puede actuar de lateral.
Como lo hizo este año. Para él también, la alegría de su debut en el primer equipo (en los octavos de final de la Coppa Italia con el Genoa), aunque no encontró mucho espacio en el Primavera, sobre todo desde el inicio. Su puntuación de temporada es de 7 goles en 27 apariciones, todo incluido.
Antonio Gala, por su parte, es un centrocampista flexible, capaz de jugar tanto de interior como de mediapunta (y así estuvo contratado la temporada pasada). En junio de 2004, fue uno de los primeros titulares de la Primavera Rossoneri, apreciado sobre todo por su capacidad de lectura de las situaciones, del juego y por su utilidad en la fase de ataque. Está entre los jóvenes atentos, en julio lo pudimos volver a ver con los mayores.