Hora de escalar posiciones en Europa

“Es hora de dejar el Brujas para continuar mi crecimiento en un club más grande”, dijo recientemente Noa Lang, objetivo rossonero desde hace tiempo. Paradójicamente, si se tuviera que basar en el ranking de la UEFA para elegir al nuevo equipo, el Milan no sería un destino posible para el holandés: los nerazzurri belgas -en los que también está inscrito el cotizado De Ketelaere- tienen una puntuación de 38.500, el Milan está con cuota 38.000.

Es un dato que pone el tiempo actual, con toda evidencia: el ranking del Milan es tan bajo porque ha vuelto a saborear la Europa que cuenta, que no tiene comparación con la historia (aunque muy respetable) de un club como el Brujas. Pero da idea de lo larga que será la escalada que deberán hacer los campeones italianos para volver definitivamente a la nobleza continental.

“Volveremos a la grandeza poco a poco también en el ámbito internacional”, dijo ayer Franco Baresi, leyenda del Milán y hoy ’embajador del club’. Palabras que emanan una confianza más que comprensible, después de que Stefano Pioli y los suyos consiguieran la consecución del Scudetto.

La clave, sin embargo, es no descuidar ese “poco a poco”. Porque llevará tiempo alcanzar el nivel de los mejores equipos de la Champions League. Tras triunfar en la Serie A, el Milan en el sorteo de la fase de grupos 2022/23 tendrá un asiento en el primer bombo junto al Real Madrid, Manchester City, Bayern, Psg, Porto, Ajax y Eintracht Frankfurt.

Curiosamente, sin embargo, a la espera de los 2 equipos que llegarán de la League Path y los 4 que se incorporarán a la Ruta Champions, de momento los rossoneri tienen la penúltima clasificación de las eliminatorias en los grupos. Solo el Celtic está abajo con 33.000, muy lejos del Bayern que lidera con 138.000.

Dejando a un lado los coeficientes, el Milan no tiene nada que envidiar a sus rivales de Champions desde el punto de vista histórico (solo el Real Madrid ha levantado la copa varias veces), pero les queda mucho camino por recorrer tanto en lo deportivo como en lo económico.

La diferencia de ingresos de los estadios con los clubes ingleses, con el Barça o el Madrid no es el único aspecto a tener en cuenta: la facturación total del Milan crece pero se mantiene lejos de los niveles de clubes como el Manchester City o el PSG, que nunca se sentaron en el trono de Europa.

En un escenario similar, la distancia no se puede salvar recurriendo a fuertes huelgas de mercado: RedBird pretende continuar con el modelo sostenible de gestión de Elliott -que no en vano se ha mantenido como socio de los nuevos propietarios- y por ello Pioli recibirá refuerzos, eso sí, pero sin poner en peligro cuentas y balances.

En cambio, es el proyecto global el que convence. Y para dar esperanza. Un ascenso continuo, paso a paso. Lentamente, como advierte Baresi. Y no tener que enfrentarse más a un grupo con Liverpool, Atlético y Oporto -como ocurrió en la vuelta de la Champions- ayudará a mejorar los resultados sobre el césped, haciendo que la clasificación para los octavos de final sea un objetivo menos difícil de alcanzar.