
Van de Velde descubrió el talento del Brujas a una temprana edad: “Convencí a su madre de que el camino correcto para Charles era el fútbol. Perfecto detrás de Giroud o Ibra, hace pases que solo él ve”.
En lugar de la calavera, en sus manos, el pequeño Charles sostenía una raqueta. Él la miró dudoso como el Hamlet de Shakespeare, haciéndose preguntas similares: ¿tenis o fútbol? De Ketelaere tenía 13 años y era bueno en ambos deportes.
Su madre lo imaginaba en Wimbledon, su entrenador en la Champions League: “Estaba tan seguro de su futuro en el fútbol que le dije directamente a su madre. ‘Tu hijo será futbolista'”. La historia y el talento han dado una respuesta, y después de ocho años Birger Van de Velde lo cuenta con una gran sonrisa de satisfacción. “Ojalá se vaya a Milán. Me debe una camiseta. ¡Anótalo, por favor!”.
¿Un primer recuerdo de CDK?
“Un ángel rubio elegante y técnico. La primera vez que lo vi tenía 13 años y jugaba en la U14 de Brujas, el equipo de su vida. Era lateral izquierdo, pero era bueno en todo lo que hacía”.
Lo contó: bádminton, judo, tenis, fútbol.
“Sí, judo. Recuerdo un torneo entre compañeros de equipo, cosas de aficionados improvisadas en el acto, y él ganó”.
Volvamos a la pelota: extremo, dijo.
“Hasta los 13 años juegas de 8 contra 8, partía largo y llegaba hasta el fondo. Su zurda siempre ha sido delicada. Su madre venía a verlo todos los días, era una presencia constante, pero ahí estaba el ‘problema’ del tenis”.
¿Cómo lo persuadiste para que eligiera?
“Entre la escuela y los entrenamientos estaba constantemente ocupado. Estamos hablando de 5-6 días de deporte a la semana. Imposible seguir así. Algo más, así que se lo conté a mi madre. En tenis era uno de los mejores, viajaba a Bélgica para hacer torneos pero siempre pensé que en el fútbol tenía algo más, así que se lo conté a su madre”.
¿Cómo fue la conversación?
“Le hice entender en todos los sentidos que tendría un futuro. Y me escuchó”.
¿Fue decisivo moverle al centro del campo?
“Total. Como extremo marcó muchos goles, pero Charles necesita mantenerse en el centro del juego, así que le entregué el número 10 y le dije que fuera de centrocampista. Todavía estábamos jugando 8 contra 8, luego en el Sub-14 pasamos al 11. Ahí perfeccionó su talento de mediapunta, conmigo siempre jugaba”.
Sobre el césped era imposible no reconocerle.
“Lo recuerdo con sus botas coloradas y su pelo rubio lacio, con flequillo delante de los ojos. Verle jugar era un espectáculo”.
¿Es verdad que llegó a jugar de defensa?
“Conmigo no, pero sí. En la Sub-16 necesitaba a alguien en esa posición y se le puso ahí. Al fin y al cabo era alto y técnico. A pesar de no ser su posición, le sirvió realmente”.
¿El mejor partido jugado?
“Contra Anderlecht a la edad de 13 años. La belleza es que después tiempo, seguía siendo el niño con la cabeza siempre alta y el perfecto pase buscando a sus compañeros. Ya sabía cómo manejar la presión”.
Con el tenis menos quizás.
“Le gustaba echarse el equipo a su espalda. También recuerdo un torneo en Francia, en Marsella, jugó contra OM, Mónaco y otros clubes. Hizo que todo pareciera fácil y mantuvo el mismo nivel”.
El diputado de Wilmots, Vital Borkelmans, nos dijo que Charles recuerda al primer Francesco Totti. ¿Qué piensas?
“Totti es una leyenda, así que vayamos despacio con las comparaciones, pero por posición digo que sí: el 10 de la Roma hizo el 9 sin serlo realmente, como De Ketelaere en Brujas este año”.
Casi 20 goles, campeón de Bélgica.
“Podría ser el nuevo Kevin De Bruyne. Tiene un increíble margen de mejora, si el Milan lo ficha, tiene jugador para diez años”.
¿Posición ideal?
“Mediapunta o segundo delantero. Lo veo justo por detrás de Giroud o Ibra. Es un finalizador, encuentra soluciones de pase que otros ni ven”.
En definitiva, ¿podría ser la revelación de la Serie A?
“Totalmente. Y repito: me debe una camiseta”.