Hubo un momento, entre febrero y abril, en que Hamed Junior Traore sostenía el campeonato de fútbol. En menos de dos meses marcó 6 goles, lo que obligó al mundo a reconsiderar su estatus, que ascendió rápidamente de “joven prometedor, en medio de una temporada decepcionante” a “mejor centrocampista ofensivo de la liga”.
Ahora, la verdad probablemente esté en algún punto intermedio, pero en el Milan, en vísperas de una nueva temporada, tomaron una nota: Hamed Traore de Abidjan, Costa de Marfil, es un jugador válido para el Milan o mejor dicho, un jugador digno de ser considerado por el Milan.
Eso no significa que haya comenzado una negociación con Sassuolo. Los diálogos entre clubes fueron solo exploratorios, como los del Milan y el nuevo agente de Traore (Gabriele Giuffrida), un representante que lleva los asuntos de Stefano Pioli.
Julio dirá si todo esto puede convertirse en algo más, pero las condiciones de partida están ahí. A Traore le gusta Milán, Milan es obviamente un destino bienvenido para Traore y las condiciones económicas no parecen imposibles. La contratación no sería un problema: Junior en el Sassuolo gana menos de un millón por temporada, una cifra compatible con un… aumento razonable de los rossoneri.
El Sassuolo es un club caro -todo el mundo lo sabe- pero también dispuesto a afrontar el pago aplazado, como demostró el asunto Locatelli hace un año. Moraleja de la historia de transferencia: si Milan decide que Traore es el hombre para él, hay una manera de negociar.
En esta historia hay dos situaciones a considerar con la lupa. El primero: la evolución del mercado del club rossonero. El segundo: las ventas de Sassuolo. Maldini y Massara viven estos días de espera sabiendo que sus primeros goles corren el riesgo de llevarse a casa lejos del Milán. Sven Botman y Renato Sanches están en la mira de Newcastle y PSG, equipos con más poder adquisitivo.
Y para Sanches se entendió: el balón ahora está en manos del PSG. El encargado del mercado de fichajes en París es ahora Luis Campos, un hombre de referencia -léase, casi un padre futbolero- para Renato. Campos está decidido a volver a tener a Sanches en el equipo, como en los días del Lille, y sobre eso también construirá el verano del PSG. Si llega hasta el final como parece lógico ahora, el Milan tendrá que mirar alrededor con más decisión. Si en París deciden no llegar a buen puerto, el Milan volverá a la pole position.
Renato Sanches es un jugador diferente a Traore pero ambos pueden ocupar la plaza detrás del delantero, ese por el que Díaz y Krunic dejarán sitio a una nueva llegada. Su destino no está 100% igualado pero está claro: si Renato Sanches falla, las posibilidades de ver a Traore en los rossoneri aumentarán.
Y aquí entra en juego el Sassuolo. Quien quiera hacer una predicción sobre el verano de Carnavales, intente esto: habrá un par de rebajas importantes. Tal vez tres. De momento los jugadores con más posibilidades de salir del Mapei son Scamacca, por el que ya se ha movido el habitual PSG, y Frattesi, que puede volver a la Roma. Para ambos, será cuestión de encontrar un acuerdo entre oferta y demanda.
En resumen, quitar a Traore de Sassuolo después de una doble venta sería más complicado: una venta masiva es impensable, también porque Sassuolo ciertamente no necesita un verano de 70 millones de euros. Será cuestión de tiempo, juntas y disponibilidad económica.
Si todo saliera bien -y no, no es imposible-, Pioli tendría un comodín capaz de jugar de 10, como extremo ofensivo por la izquierda y como centrocampista al frente de la defensa. Un escenario inimaginable el día en que un niño Traorè, en la Toscana, fue visto y sugerido al Empoli por un técnico con físico de portero. Era Giovanni Galli, el primer nombre de la canción infantil mágica de finales de los años ochenta: “Galli, Tassotti, Maldini…”. ¿Cosa del destino…?