En este Milán donde prácticamente cualquiera es capaz de asombrar, de hacer cosas que no espera, de sorprender a los rivales e incluso a sí mismo, cambiar de hábitos se convierte en una consecuencia casi obvia. Tomemos a Ante Rebic, solo por citar un nombre que dejó un discreto rastro en la obertura de San Siro: ¿pero no fue la segunda vuelta, la súper final de la temporada?
¿No era ese el que necesitaba un poco de combustible? Pues no: en Milanello se divierten mucho subvirtiendo hábitos y Ante es uno de esos ejemplos que hacen que Pioli tome conciencia de la bondad de su trabajo. Físico y mental. Porque Ante por fin es un jugador recuperado.
Las señales ya habían llegado en cantidades no aleatorias durante los meses de verano. Tanto es así que en la víspera del Udinese el técnico utilizó palabras muy claras: “Messias, Rebic y Bennacer han sido los más continuos en esta pretemporada”. El deseo de recuperar un lugar como protagonista en el proyecto rossoneri, en cambio, es fuerte para Ante después de que el año pasado quedara en el olvido.
Un año compuesto por 29 partidos (copas incluidas), pero solo 9 desde el primer minuto. Le han pasado muchas cosas: problemas en el tobillo, lesiones musculares y luego, evidentemente, la consagración de Leao no le ayudó. El doble de San Siro tiene el dulce sabor de algo que lo vuelve a poner en escena, que empieza a devolverle lo que había perdido durante meses.
Sí, dos goles. Detrás de este número se esconde una terrible verdad: Rebic ha marcado el mismo número de goles en menos de setenta minutos que en toda la temporada pasada. Digamos que tiene un cierto efecto, neto de todas sus desventuras. En un momento dado, a principios de verano, incluso parecía que podía ser uno de los prescindibles, dada la llegada de Origi que, como sabemos, últimamente había actuado mayoritariamente de banda por la izquierda.
Entonces el Milan y el proyecto táctico de Pioli aclararon: Origi fue contratado para jugar de delantero centro y Rebic se consideró imprescindible como alternativa válida a Leao y de delantero centro en caso de necesidad. En otras palabras: el croata es la razón viva por la que el club nunca ha buscado realmente otro número nueve en el mercado de fichajes.
El delantero centro de repuesto. Y en definitiva, disponer de stocks similares que resuelvan problemas y ofrezcan al entrenador soluciones que hace unos meses, por diversos motivos, no estaban. Nueve, falso nueve, nueve de movimiento, nueve de conexión. Ante hace un poco de todo, varios en todas partes al frente y, en un sistema de juego súper probado, es capaz de dar puntos de referencia a sus compañeros de equipo.
Lo único que no se ha entendido de su partido es el júbilo por el segundo gol: Ante imitó el gesto del dinero frotándose el pulgar y el índice: ¿a quién iba dirigido el mensaje? La publicación en Instagram es mucho más comprensible. Una palabra: “Godo”. Leao respondió: “Así te quiero”. Pioli también. Y también San Siro. El último gol del croata en Meazza (Génova) fue el 18 de abril de 2021.