¿Pioli repetirá éxito como Capello?

Bien, bien. ¿BIS? Si entrenas al Milan y haces alarde del scudetto que acabas de ganar, es imprescindible intentarlo, pero tener éxito dista mucho de ser obvio. Y no sólo porque repetir siempre es más difícil que llegar a lo más alto, sino sobre todo porque confirmarse como campeón de Italia, en el conjunto rossoneri, es un bien más único que escaso: en casi 123 años de historia del club, el único uno capaz de alinear un campeonato tras otro fue Fabio Capello.

Ahora le toca a Stefano Pioli: recuperar ya sería una hazaña extraordinaria, solo piense en los predecesores que no lo lograron, de Rocco a Sacchi, de Ancelotti a Allegri, por nombrar algunos, pero lo hicieron clavando la segunda estrella. en la camiseta aumentaría exponencialmente la importancia histórica del éxito.

Tras el primer título, en la 1991/92 (invicto, récord igualado veinte años después por Antonio Conte con la Juventus), Capello hizo un bis en la 1992/93 y un hat-trick en la temporada siguiente, completando un formidable ciclo con el Campeones de Atenas, el del mítico 4-0 de Cruijff ante el Barcelona (el técnico friulano habría sumado otro Scudetto rossoneri en la cartelera en la 1995-96).

Obviamente, era imposible comparar ese Milán con el Diablo de hoy: Capello había heredado un equipo de clase mundial de Sacchi, y Berlusconi seguía sumando campeones a la colección. En el mercado entre el primer y el segundo scudetto consecutivo, por así decirlo, de rosa llegaron Savicevic, Lentini y Papin entre otros: estrellas que muchas veces tenían que sentarse en el banquillo porque delante había gente como Gullit, Donadoni, Van Basten.

Equipos distintos, por tanto, pero unidos por el hambre de reconfirmarse en lo más alto. Y si las similitudes entre los Invencibles de Capello y los jóvenes demonios de Stefano Pioli no se sostienen, algunas ideas de aquellos años siempre pueden ser útiles para el técnico que hoy anda a la caza de un bis: la historia enseña e inspira.

Además de reconfirmarse en la Serie A (y conquistar la Supercopa de Italia), el Milan ’92 -93 también se abrió paso en la Copa de Italia (frenado en semifinales a la Roma) y en la Champions League: la eliminatoria ante el Marsella fue la única derrota de un recorrido casi perfecto, precedido por 10 triunfos sobre 10. Los rossoneri jugaron 54 partidos esta temporada y Capello dosificó su energía rotando prácticamente todos los elementos de la plantilla.

Pioli, en este 2022/23, tiene decididamente más opciones que hace un año: puede alinear al menos a dos jugadores por puesto y las opciones se han multiplicado en aquellas zonas del campo donde en la 2021/22 la emergencia era más o menos constante, eso es trocar y ataque (y si la presión de Onyedika tiene éxito, también habrá mucho en el medio).

Con De Ketelaere a Diaz y Adli, de Leao y Rebic a Giroud y Origi (más Ibra, cuando regrese), Pioli puede variar hombres y soluciones sin perder calidad: el 4-2 al Udinese en el debut, construido gracias a dos potenciales reservas como Rebic y Díaz, ha trazado el camino que pretende tomar el técnico del campeonato. Las rotaciones empujaron a perseguir un bis y una segunda estrella y dar paso a las copas, Champions ante todo.

El Milan de Capello se apoyó contra un muro a prueba de pinchazos -Tassotti, Costacurta, Baresi y Maldini- levantado en la década de 1980 y fortalecido por un entendimiento que pasó por muchos éxitos. El campeonato de Pioli tomó forma cuando los cuatro delante de Maignan cerraron todos los pasillos, especialmente a partir de enero: los goles encajados fueron 31 en 38 partidos, con un promedio incluso mejor que el del bis de Capello (32 goles en 34 días).

La solidez defensiva tendrá que ser la base del éxito también este año. No en vano, tras los dos goles marcados ante el Udinese, Pioli llamó al orden: “Los sufrimos a balón parado, tenemos que trabajar mucho mejor. Revisaremos todo y trataremos estas situaciones”.

El pasado puede inspirar, pero es en el presente que innova y que uno puede seguir asombrando. Y Pioli demostró ser un maestro: desde los laterales jugando dentro del campo (Calabria incluso más que Theo, el sábado pasado) pasando por los centrocampistas ofensivos cerca del área (Tonali, Krunic, el propio Bennacer) pasando por las intuiciones tácticas (Kalulu, lateral derecho, transformado en un excelente central), la lista de variaciones sobre el tema es tan larga.

Y podrá enriquecerse a lo largo de esta temporada: la defensa de tres hombres para alinear a Kalulu, Kjaer y Tomori y ver el efecto que tiene, el 4-3-3 para dejar espacio a De Ketelaere, Adli y todos los jóvenes talentos. gente de la que Milán es tan rica. Porque está bien repetirse y mantenerse en la cima, pero nada de aburrirse.

EL MILAN QUIERE A ONYEDIKA PERO…

Entrevistado por Eurosport.dk, el director deportivo del Midtjylland, Svend Graversen, habla de Raphael Onyedika, objetivo de mercado del Milan: “Queremos que siga al menos otra temporada más”, por tanto confirma el interés del Milan y añade que para que el centrocampista nigeriano se vaya ahora, costará mucho.