Los tres ases de Pioli

“No podemos pensar que somos perfectos, pero debemos pensar que somos lo más perfectos posible”. Stefano Pioli ya nos había visto durante mucho tiempo al comienzo de la temporada y ahora está buscando la medida. Porque su Milan, de momento, es una goma elástica que se estira y se aprieta: en la máxima extensión son tres bofetadas al Inter y un derbi ganado con mérito, al menos 0-0 con el Sassuolo y de por medio ese punto medio en el Salzburgo.

Todo sucedió en una semana, y debes acostumbrarte rápido porque es a este ritmo que viajarás prácticamente todo el año y porque esto es una jungla, mires donde mires: en los pisos superiores del campeonato 8 equipos en 4 puntos y en Champions el cara a cara con el Dinamo de Zagreb ya puede valer buena parte de la segunda vuelta.

Mañana Sampdoria, croatas el miércoles y Napoli el domingo 18: el calendario ha dado sus cartas, Pioli puede sacar tres ases de la baraja para retomar el viaje con fuerza e intentar ser un poco más perfecto que eso.

En cuanto a margen de mejora, Sandro Tonali es un comercial que corre por el campo. Su temporada comenzó con 90 minutos de retraso, por una dolencia que lo mantuvo en la grada en su debut ante el Udinese, luego la derrota: sin Krunic, lesionado, y Kessie, feliz hoy en el Barcelona, ​​por la responsabilidad azul y kilómetros para el final se han multiplicado.

Con resultados fluctuantes hasta el momento: grandes picos como en el derbi (Barella cancelado durante todo el partido, Calhanoglu interceptado en el momento adecuado para hacer florecer el empate del Milan) y unos días a un ritmo más lento (ver Bérgamo y ese gol equivocado).

Ahora, sin embargo, Pioli espera equilibrio: el Milán atacante que quiere empujar necesita sobre todo su paso en el corazón de la acción. Lo que Tonali ya tenía hace un año estos días, cuando empezaba a marcarle al Cagliari y al Atalanta y arrastraba con carrera y presencia como líder: la elección de recortarse el sueldo para quedarse parecía haberlo liberado de golpe de la timidez de la primera añada.

Se esperan dos actualizaciones importantes del sistema en las próximas horas. La renovación se anunciará en breve hasta 2027, con salario ajustado de 1,3 a 2,5 millones netos por temporada. El despegue de Tonali debe ser igual de rápido: continuo como en la temporada pasada y dominante como en el derbi.

También desde el centro pasan otros ejes que Pioli piensa bajar. Porque, si Leao y Theo desequilibran a sus rivales y un poco también al Diablo, casi siempre peligroso atacando por la izquierda, en el medio hay una mina de la que Pioli aún no ha marcado goles: de los primeros 540 minutos de la temporada, Ketelaere y Origi produjeron una asistencia y poco más.

También es cuestión de tiempo: el CDK aún necesita un poco de tiempo para adaptarse y llevarse bien con sus compañeros en el campo (para el italiano, en cambio, lo somos, Charles entiende y se hace entender, y en el Milanello están satisfechos con esto también); El ex del Liverpool necesita más sobre el césped y Pioli está a punto de ofrecerle una asistencia para que no la desperdicie, como “anticipó” en Austria: “Origi ha tenido un verano complicado y necesita jugar”. Mañana lo hará desde el 1′.

No será la única novedad: en defensa volverá a mandar Kjaer (junto a Tomori, como en los viejos tiempos) y en el medio le tocará el turno a Pobega, primer cambio de mediana tanto con el Inter como con el Salzburgo que ya ha roto como un entrante el hielo en Reggio.

Al menos una rotación por departamento: el plan de Pioli se parece un poco a ese con Sassuolo. Luego llegó un punto, como la otra noche en Salzburgo, en el que el Milan no perdonó. La verdad, como siempre, se encuentra en algún punto intermedio. O en la baraja: Pioli no reorganiza las cartas, solo estudia cuándo jugar las correctas.