De nuevo líderes, junto al Nápoles. Con corazón y carácter, el Milan pasa en Génova jugando con diez todo el segundo tiempo (doble amarilla a Leao). Acaba 1-2 con una Samp que le complicó las cosas, como siempre sucede contra los grandes en esta liga, a pesar de la incómoda zona del descenso directo.
Espero que el Atalanta gane su partido, los rossoneri suman 14 puntos y alcanzan a Spalletti al mando de la tabla, con el encuentro directo entre ambos equipos previsto para el próximo domingo en San Siro (20:45 PM).
En comparación con Inter y Napoli, en la primera parte del partido, el Milan parece pagar menos por el esfuerzo de la Liga de Campeones, en términos de brillantez. Y ello pese a la ausencia de Origi por fatiga muscular, que impone la prórroga a Giroud como delantero centro. Si el francés no estuvo en un milimétrico fuera de juego en el gol anulado por De Ketelaere (mala salida de Audero perdonada por el Var), o si las dos ocasiones que le pasaron en el área al final de la primera parte se convirtieron en goles, los rossoneri probablemente cerrarían la conversación ya en el primer tiempo.
En cambio, Giampaolo puede esperar por mucho tiempo la zancadilla del primero, porque el Diablo vuelve al campo adelantándose a un solo gol, el anotado por Messias en el 6′. La combinación que lleva al brasileño al travesaño del triunfo es espléndida: Leao se abre paso por la izquierda, balón en el área trabajado primero por Giroud y luego por De Ketelaere, de nuevo Leao que recibe y dispara a Messias para el 1-0. Igual de bonito es el derechazo de Djuricic un poco más tarde: al travesaño, la mejor ocasión de la Sampdoria en los primeros 45 minutos.
Comienza la segunda parte y el juego cambia de la manera más impredecible. Leao, ya avisado, busca un sobrevuelo y sin querer golpea con el pie en la cara a Ferrari: segunda amarilla y Milan en diez. Un susto para los rossoneri, una nueva inyección de confianza para la Sampdoria, que cosechó los frutos en el 57′. Es Djuricic quien detona el Ferrari, encontrando perfectamente el tiempo del peso muerto en el centro de Augello y superando a Maignan.
El mérito del Milan es que no pierden la cabeza. Los rossoneri se reposicionan con un 3-4-1-1 que no merma sus posibilidades de revertir rápidamente la acción y atacar, a pesar de la inferioridad numérica. Y en estas situaciones, las lágrimas de Theo adquieren aún más espesor.
Sin embargo, falta un episodio que vuelva a cambiar la inercia del partido, y llega puntual con regalo de la Sampdoria: manos de Villar sobre cabezazo de Giroud, otro jaque de Var y vamos al spot. El 9 rossoneri se hace cargo del saque: 1-2 en el minuto 67.
A partir de ahí es una batalla deportiva, vehemente, apasionante. Sampdoria al ataque, Milan se defiende con uñas y dientes. Incluso con Vranckx, que debutó en una situación accidentada. La Sampdoria lo intenta con ímpetu y casi consigue igualar de nuevo: Maignan dice no dos veces a Gabbiadini en la misma acción, y en medio está el poste pegado por Verre.
Es la última emoción real del partido: Milan celebra, Pioli se regocija. Y Giampaolo pierde la cabeza justo antes del pitido final: reacción contra el árbitro Fabbri, recibiendo por tanto una tarjeta roja.