Thiaw: el nuevo muro del Milan

Cambia tu vida con un par de bloques. Sólo dos. Baloncesto aplicado a la pelota. Después de todo, Malick Thiaw, pronunciado “Hola”, hizo exactamente eso. Se incorporó a Bentegodi a ocho minutos del final, salvó dos goles (casi) marcados y se convirtió en el ídolo de la afición del Milan.

Basta dar un paseo por las redes sociales para entender el estado de ánimo tras los tres puntos en Verona: “Ahora cantemos Bella… Thiaw”, “el hombre de la providencia”, “el niño que salió de la nada”. Uno que ya cuenta con una victoria europea sub-21 con Alemania y 62 apariciones profesionales con tres goles en su palmarés.

Al fin y al cabo, el fútbol se compone de momentos, momentos que lo cambian todo, y quién sabe si en junio esos dos puntos ganados decidirán la carrera por el campeonato. Quizás. En caso de duda, el Milan puede disfrutar de la última incorporación, un talentoso jugador de 21 años prestado por el Schalke y que nunca ha jugado hasta ahora. Solo bancos.

Pioli le echó a la palestra en los últimos minutos y respondió presente, taponando cualquier remate que le carameaba. Primero se sacrificó sobre Depaoli, derecha con un tiro certero desde fuera, y finalmente sobre el toque de Djuric, deslizándose. Pioli habló de un chico con “cualidades muy importantes”.

Aprobado. Como Gabbia, al fin y al cabo, enfiló contra la Juve de repente: partido de 7 ante Vlahovic y Milik, marcado como un hombre sin problemas. Se puede decir que las plantas de respaldo están respondiendo bien.

Thiaw se presentó en Milanello con un par de tarjetas de presentación: “Soy fuerte y bueno para taclear, tengo velocidad y físico”. Ambicioso y confiado. De niño admiraba las jugadas de Kakà y Ronaldinho, jugaba de mediocampo y disfrutaba imitándolos.

El tiempo y el talento hicieron el resto. Su historia es una encrucijada de culturas: nació en Dusseldorf, su madre en Helsinki y su padre en Dakar, Senegal, pero Malick representa a Alemania. Es el quinto alemán en la historia de Milán tras Lehmann, Bierhoff, Zeige y Schnellinger. Tres de ellos ganaron el Scudetto, mientras que Lehmann se fue en enero de 1999, seis meses antes que la tricolor de Zaccheroni.

Alguien lo comparó con Matip, central del Liverpool que creció en el Schalke: “Es un honor, nacimos el mismo día también”. 8 de agosto Joel en 1991 y Malick diez años después, en 2001. Si juega en la pro’ se lo debe a Norbert Elgert, de 66 años, institución del Schalke y miembro del Salón de la Fama del club.

Lleva 25 años trabajando en Gelsenkirchen y ha descubierto decenas de talentos: Neuer, Draxler, Howedes, Ozil, Sané, Kehrer, el tejano McKennie y por supuesto Malick, dirigido durante 51 partidos en las selecciones juveniles.

Antes de conocerlo en la Sub 19, su ‘ahijado’ jugaba en el centro del campo. Estaba en el limbo entre el césped y el banquillo, entonces Elgert le convenció para cambiar: “Tú puedes marcar la diferencia”. Y asi fue.

Quienes lo conocen hablan de un chico con la cabeza sobre los hombros, nunca presumido, un poco tímido. Uno que valora a Messi, juega al Play y no le gusta cocinar: “Vivo para enorgullecer a mi familia”. Mientras tanto, ya ha hechizado a la afición del Milan.

DECLARACIONES DE FREDERIC MASSARA

El fichaje de Tomori: “Esta tendencia está cambiando un poco, vienen jugadores jóvenes y fuertes de la Premier. Tomori es uno de los pilares de este equipo, estamos felices de tenerlo con nosotros”

Sobre Leao: “También hay un gran trabajo del entrenador y su cuerpo técnico, que han hecho crecer a muchos jóvenes, incluido Leao que ha hecho cosas extraordinarias. Estamos felices de tener un nivel tan alto de personal”.

Sobre la renovación de Leao: “Tenemos confianza, queremos consolidar este crecimiento y estabilizar la competitividad del equipo. Intentaremos encontrar una solución para seguir con Leao durante mucho tiempo. El padre está aquí esta noche, así que tendremos la oportunidad de hablar ya en la cena (sonríe)”.