
Al fin y al cabo, el uno contra uno siempre ha sido su pan de cada día: cuantos más rivales tiene que saltar en el eslalon, más se entusiasma Brahim Díaz. Ocurre en el terreno de juego -pregunten a la Juventus y al Monza para confirmarlo-, pero también dentro del Milan: el aterrizaje de De Ketelaere y Adli podría haberle quitado el aire, en cambio Brahim regateó a la competencia y volvió a ocupar su lugar en el centro del Diavolo.
O en los laterales, a juzgar por el nuevo rol que Pioli le ha cosido en determinados partidos: en el Milan ‘clásico’ el español es la primera opción para el rol de trequartista, en el Milan remodelado con el 4-3-3 es el 10 quien no juega de 10 sino de lateral derecho o de media punta, con resultados sorprendentes.
También por eso, la posible llegada de otro hombre de calidad como Ziyech no le asusta: los hechos dicen que Díaz siempre sale ganando. La cuestión, si acaso, es entender si el pequeño malagueño se impone en el partido más complicado, el que se jugará en junio y que decidirá su futuro: Brahim es un ‘veterano’ del Milan de Pioli y, sin embargo, su destino pende de un hilo.
Dentro de seis meses expira su contrato con los rossoneri. El Milan y el Real Madrid en 2021 han acordado un préstamo de dos años que le cuesta al Diavolo 3 millones: otros 22 millones serán necesarios si los rossoneri quieren ejercer el derecho de rescate y comprar a Díaz directamente.
Entonces la pelota pasará al Madrid: con 27 millones, el Real puede contrarrestar a Brahim y traerlo de vuelta a la casa matriz. En las arcas de vía Aldo Rossi entrarían 5 millones, una especie de reconocimiento económico por la evolución del jugador en estos dos años. ¿Qué hará el Milan? ¿Y cuál será el movimiento del Real?
Mucho, si no todo, depende obviamente del rendimiento de Díaz en esta tercera temporada italiana. El balance hasta ahora puede considerarse positivo, aunque los frenos en el camino no han faltado. Se trata principalmente de una cuestión de continuidad.
La temporada pasada Díaz se perdió entre el otoño y el invierno después de un comienzo ilusionante: el club le había confiado el número 10 tras la marcha de Calhanoglu, Maldini y Massara no habían intervenido comprando otros trequartisti, y él había respondido magníficamente, bordando goles y asistencias; Covid, sin embargo, le había frenado a mitad de temporada, privándole de la brillantez del principio de temporada incluso varios partidos después de su regreso.
Pioli había sido ingenioso al confiar en los que eran mejores a pesar de tener características diferentes (Kessie, Krunic…), mientras que Díaz empeoraba en el banquillo. Por eso también el grueso del presupuesto del último mercado se invirtió en la zona de fantasía: 32 millones gastados en De Ketelaere, migajas para los demás.
Sin embargo, cuando las cosas empezaron a ponerse serias, se produjo el regreso de Brahim: de “calienta banquillo designado” a mediapunta titular, el español parece haber renacido. En estos primeros meses de temporada, ha jugado más minutos que el CDK (814 frente a 797), ha jugado más veces como titular (10 veces en el A, el doble que el belga) y ha destrozado la competición de cara al gol: 4 goles para él (mejor sólo Leao con 6 y Giroud con 5), mientras el rubio sigue seco.
En definitiva, este Brahim sigue siendo un activo valioso para el Milan, por lo que rescatarlo del Real podría resultar una ganga. Sobre todo si se puede negociar un descuento. Los pactos son pactos, pero nada impide que los dos clubes dejen que los términos del rescate expiren y luego se sienten alrededor de una mesa y vuelvan a discutir el acuerdo bajo nuevas condiciones, un poco como lo que sucedió con el Brescia por Tonali.
Las excelentes relaciones en el eje Milán-Madrid (y la presencia de Ancelotti en el banquillo blanco) pueden, sin duda, ayudar a negociar la compra en condiciones más convenientes. Del mismo modo, la voluntad del jugador puede influir: en el caso de Tonali, el deseo de afianzarse en el equipo al que apoyaba de pequeño marcó la diferencia.
Si la estrella de Brahim brilla entre enero y junio, el español podría verse envuelto en un derbi de afectos: ¿quedarse en el Milan, donde es feliz y ha crecido, o jugar sus cartas entre los gigantes de Madrid? Díaz tiene ganas de llegar: desde luego no le falta imaginación para resolver el posible rebusque.
LOS PARTIDOS DEL MUNDIAL DE HOY
Camerún – Serbia (11:00 AM)

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