
Veinticinco días después del 2-1 al Fiorentina con el que se había despedido de la primera parte de la temporada, el Milan regresó a los terrenos de juego y empezó a calentar motores con una victoria por 3-2 en Lumezzane.
En la intimidad de Milanello (Maldini y Massara, entrenador y director general rossoneri, estuvieron presentes), el primer amistoso de preparación para la reanudación tras el parón mundial deparó un reñido éxito, que maduró en una remontada y gracias al entusiasmo de los “préstamos” de la Primavera. De hecho, el equipo de Pioli cayó dos veces ante el Brescia, primero de su grupo de la Serie D, y la remontada la firmaron Alesi y Eletu, de 35 años en dos. Adli marcó el gol de los “grandes”.
Falto de laterales (Theo en el Mundial, Ballo-Toure de vacaciones tras sus compromisos en Catar y Calabria aún no listo), Pioli optó por un 3-5-2, tratando de sacar soluciones de la abundancia en el centro del campo. Así, Krunic y Pobega pasan al campo, con Vranckx y Tonali por dentro y Adli entrando en el área para apoyar a Rebic y Origi.
En defensa están Primavera Bakaoune, Gabbia y Tomori por delante de Tatarusanu. El ausente es Díaz, que debe descansar tras el trabajo realizado por la mañana. Sin embargo, el Lumezzane empezó mejor, y en el minuto 10 marcó Spini: el delantero rojiazul batió a Tatarusanu con un zurdazo desde la frontal del área ante la mirada de Heron Andrea Caracciolo, 258 goles en su carrera y ahora presidente del club de Brescia.
Los visitantes aprovecharon el impulso y estuvieron a punto de doblar la ventaja (otro intento de Spini fue bloqueado por Tatarusanu y el cabezazo de Parravicini acabó fuera por poco), pero entonces el Milan despertó.
Las mejores ocasiones fueron para Rebic, que entre los minutos 26 y 38 primero comprometió a Pisoni, el portero visitante, en un despeje con el pie y luego envió alto desde una buena posición. El croata también desempeñó su papel de asistente al enviar fuera, desviado, un disparo de Tonali.
En la segunda parte (se jugaron dos tiempos de 40 minutos, con Mirante en la portería como único cambio de Pioli), el Milan encontró el 1-1 con Adli, que arrancó los aplausos del banquillo y de sus compañeros tras una buena iniciativa personal, rematada con el tipo de números que habían hecho las delicias de la afición en verano: el francés regateó a tres y la metió con la derecha.
Era el minuto 10, y cuatro después llegó la nueva ventaja de los anfitriones: una perla de Mauri que la puso en el larguero. Hubo tiempo para ver a Adli disparar de nuevo (alto desde una buena posición) y (por fin) a Origi, que comprometió a Pisoni con una parada en dos tiempos, y luego el primer equipo rossonero dio paso al bloque Primavera.
Un par de consideraciones a este respecto: Pobega parecía uno de los más en forma, y no desentonó en la inusual posición de lateral exterior; Tonali aún no estaba a su mejor nivel, pero su peso en el medio se hizo sentir como siempre; Origi seguía bastante desconectado de las tramas ofensivas del Milan.
El carrusel de sustituciones ofreció ocho entradas más, de las cuales sólo Kalulu y Thiaw estaban en la convocatoria de Pioli. Era un Milan diferente, más fresco y menos embalado que el que llevaba una semana en acción, y de hecho los jóvenes diablos lograron la remontada: en el minuto 28, Alesi, el goleador de la Primavera de Abate, hizo el 2-2, y en el 38, el nigeriano Eletu aprovechó un rechace y marcó el 3-2 definitivo.
La mejor manera de celebrar su primer contrato profesional, hecho público ayer por su agente: es el abogado francés Ted Dimvula y también representa a Rafa Leao. Pero esa es otra historia y otro partido, que el Milan está deseando cerrar.