Q a cuestión del ambiente. De atmósfera. De responsabilidad quizás. En la Copa Mundial de Qatar ha resurgido el talento de Hakim Ziyech, disperso en los últimos años por cuestiones tácticas, una mala utilización e incluso algunos límites de carácter del jugador. Sin embargo, es una buena señal que la reacción haya llegado en el torneo más importante, con la conciencia de tener que arrastrar a sus compañeros, con el deseo de exaltar al conjunto de Marruecos, y justo en la última llamada.
Ziyech tiene 29 años, una mala Copa del Mundo probablemente habría mermado sus ambiciones deportivas. Tras alcanzar la cima desde el punto de vista financiero con el traspaso en 2020 del Ajax al Chelsea, Ziyech había perdido, sin embargo, el gusto por el juego, que era la mejor de sus características porque le empujaba a probar regates y soluciones vedadas a quienes, además de imaginación, no tienen también una buena dosis de sana chulería.
En Londres Ziyech se entristeció, en Doha renació y ahora el Milan ya está haciendo cuentas: 15 millones más o menos por una cesión y el rescate en junio sería un precio justo por un jugador de talento que aún tiene que aprender a dar continuidad a sus actuaciones.
Ziyech ya interesó al Milan el pasado verano y ahora las dificultades de De Ketelaere, así como la necesidad de hacer más competitiva la banda derecha, han llevado a Maldini y Massara a sondear la voluntad del jugador y del Chelsea. El club inglés está sin duda a favor de un traspaso. Ziyech ha jugado muy poco esta temporada y sus excelentes actuaciones en Qatar también han beneficiado al Chelsea, que podría elevar ligeramente sus exigencias.
Última oportunidad Pero al margen de la dinámica del mercado, lo cierto es que en el Mundial volvimos a ver al jugador que había impresionado con la camiseta del Ajax. En Qatar, Ziyech marcó un gol, dio una asistencia, transformó el penal contra España, pero sobre todo jugó como un líder que exige el balón a sus compañeros, explotando sus habilidades técnicas y su velocidad para dar la vuelta a la acción, buscando a menudo el uno contra uno, una elección que demuestra una gran confianza en sí mismo.
Sin embargo, Ziyech estuvo a punto de no acudir a este Mundial: tras pelearse con el seleccionador Halilhodzic, no fue convocado por Marruecos durante casi un año. No fue hasta septiembre, tras un cambio en el banquillo y la llegada de Walid Regragui, cuando el centrocampista del Chelsea regresó al grupo: justo a tiempo para estampar su sello en el pasaporte rumbo a Doha.
El asunto puede haber dejado una huella preciosa, ya que Ziyech se dio cuenta de que se le acababa el tiempo. El Mundial era la última oportunidad de dar la vuelta a la situación y al jugador no se le escapaba esa sensación de fatalidad: era ahora o nunca.
El deseo de imponerse En Qatar, Hakim también parecía mucho más implicado en la defensa marroquí. Seamos claros: nunca será el lateral exterior que sube y baja constantemente para ayudar tanto a sus compañeros defensivos como a los atacantes. Pero está desarrollando una propensión a cubrir líneas de pase y correr hacia atrás que antes no tenía.
Lo mejor, por supuesto, sigue siendo cuando tiene el balón entre los pies y puede dar rienda suelta a su imaginación. No tiene la progresión demoledora de Leao, al que desafiará mañana en cuartos de final del Mundial, pero sabe crear superioridades numéricas, servir a sus compañeros y tirar a puerta. En Qatar, volvió a pulir todo el repertorio que había dejado perezosamente acumulando polvo desde su traslado a Londres.
Al fin y al cabo, Hakim recordó con el tiempo que jugar es divertido y que los problemas de la vida están en otra parte. Cuando su padre murió en 2003, Ziyech atravesó una época muy difícil y poco después se encontró luchando contra demonios más malos que un fiero defensor: drogas, tabaco, alcohol. Cuando ganas esa batalla, no hay regates imposibles. Sólo tienes que estar dispuesto a hacerlas. Y en la Copa Mundial, Hakim volvió a encontrar ese deseo.
RESUMEN DEL MILAN-LUMEZZANE
PARTIDOS DEL MUNDIAL
Croacia – Brasil (16:00 PM)
Holanda – Argentina (20:00 PM)