Seis días para recorrer el mercado rossonero de la A a la Z. A las ocho de la tarde del martes se cerrarán las negociaciones: el Milan necesitaría un refuerzo bajo la rúbrica A de ataque, y los candidatos están bajo la última letra del abecedario, de Zaniolo a Ziyech.
No se trata de notas antiguas, al contrario, es la última actualización del expediente: Zaniolo y Ziyech, ya objetivos en el mercado estival, también están de moda en la actual colección de invierno. La noticia es que Ziyech vuelve a estar de moda y que entre la directiva rossonera y la plantilla del jugador ha habido un nuevo contacto: ocurrió en las últimas horas, cuando Maldini y Massara estaban en la grada de Roma para el Lazio-Milan, y al mismo tiempo mantenían abierto el canal con otra capital europea, Londres.
Hakim Ziyech se siente como en casa en el Chelsea y últimamente se encuentra más cómodo: tras el Mundial protagonizado con Marruecos, la Premier League también le ha redescubierto. Tres partidos de titular de cinco desde la reanudación del campeonato, sólo uno desde el inicio antes del parón. Sin embargo, el protagonismo es intermitente: hoy es Ziyech, mañana podría ser el turno de una de las muchas huelgas millonarias del Chelsea.
Por eso Hakim corresponde a la estima rossonera: en Milán tendría garantizado un papel protagonista. Adelantaría tanto a Saelemaekers como a Messias en la derecha: desde hace meses, y no es casualidad que el marroquí fuera uno de los objetivos el pasado verano, el club busca un refuerzo de alto nivel en este costado. Un talento para reequilibrar la balanza: el Milan se descuelga ahora por la izquierda con Leao.
El Chelsea reiteró las condiciones: el jugador no es intransferible y también podría marcharse cedido con derecho de rescate. Condiciones económicas menos exigentes que las de Zaniolo: sin embargo, el sueldo de seis millones de Ziyech se mantiene. Que entonces, de febrero a junio, sería menos de la mitad. Un excelente ahorro. A partir de la próxima temporada, el salario también podría recontratarse.
Las condiciones del acuerdo con Zaniolo son diferentes: el salario es más asequible, pero en la tarjeta la Roma no concede descuentos. Aprovechando la tensión interna, el Milan ha sondeado la posibilidad de comprarlo en firme: préstamo con derecho de rescate por una suma no superior a 18 millones. Sin obligación de traspaso en verano: condiciones inaceptables para la contraparte.
La Roma quiere ingresos garantizados, y desde la habitual Premier League podrían hacerse ricos: el club negocia con un par de clubes ingleses que le garantizarían una ficha de unos 35 millones entre el precio, las primas y la obligación de recomprarlo. Aunque Nicolò se negara a embarcar hacia Inglaterra, prefiriendo el tren de alta velocidad a Milán, la Roma no negociaría el precio.
Más aún ahora que a los números del posible acuerdo se unen los de la tabla de clasificación: Milan y Roma se han convertido en competidores directos por una plaza en la Liga de Campeones. Y renunciar a reforzar a un competidor directo no parece una gran idea…
La gran trama se complica cuando se examina más de cerca. ¿Podría ser el regreso del Milan a Ziyech una estratagema para desbaratar las acciones de los giallorossi? Se habló del marroquí como primer sustituto en caso de marcha de Zaniolo. Sin embargo, la estimación ahora fechada parece confirmar el sincero interés de los rossoneri.
Que en cualquier caso, antes de proceder a una inversión sustancial y extrapresupuestaria, debe obtener la luz verde de la propiedad. El técnico Maldini lo sabe mejor que nadie: “No somos el Milan de los noventa, el que se llevó a los grandes campeones ya hechos”, reiteró tras la derrota del martes en el Olímpico.
“Hoy tenemos la necesidad de seguir una estrategia diferente, que nos ha llevado a sanear las cuentas de la empresa y seguir siendo protagonistas. Desde luego, no nos desviaremos de aquí”. En resumen, no hay carta blanca. Zaniolo, más que Ziyech, encajaría en el perfil de la compra ideal: joven y con más posibilidades de rendir al máximo en el conjunto rossonero.
Siempre sin hacer locuras, porque así lo dicta la línea de la empresa. ¿Acabará cediendo Roma? Difícil, también por la necesidad de cobrar por razones presupuestarias. ¿Una reunión en el centro? Hay seis días para intentar reunirnos. Hoy, el Milán mantiene abiertas todas las vías.
DECLARACIONES DE PAOLO SCARONI
Presente y futuro, análisis y objetivos. Paolo Scaroni habló del Milan -y no sólo- en la sala Aldo Moro de la Cámara de Diputados con motivo de la presentación de un libro rossonero. “Bien, no genial, recuerda que somos segundos. Estamos jugando mal, pero estamos ahí en la clasificación. Todavía recuerdo el Atalanta-Milán 5-0. Cuatro es mejor que cinco…”.
Bromea Scaroni, aunque por supuesto es una sonrisa amarga. Pero, como el entrenador Maldini, intenta ver el vaso medio lleno. “Generaremos 60 millones en efectivo, estamos bien situados. La marca sigue creciendo. Somos el club italiano más famoso del mundo. Nos pagan poco por los patrocinios porque la liga se considera de segunda clase”, declaró ante varios parlamentarios.
Y entonces lanzó el grito de guerra: “Nos gusta llevarnos el Scudetto, pero queremos avanzar en la Liga de Campeones, tenemos que ganar al Tottenham”. Un partido para el que Scaroni anunció una noticia muy importante: “Tengo buenas noticias. Maignan volverá para la Liga de Campeones. ¿Zaniolo? Un buen jugador”.
Por último, pero no por ello menos importante, el capítulo del estadio, en el que el presidente rossonero lleva años trabajando directamente: “El Milan recauda 40 millones por el estadio. ¿Cómo podemos competir internacionalmente con unos ingresos tan bajos? Por eso queremos el nuevo estadio. Estamos llevando a cabo tres proyectos en paralelo, empezando por la renovación de San Siro”, revela, “otro es el de Sesto y otro no lo diré todavía, es una carta cubierta”.
“Si no será en San Siro, el Milan lo hará por su cuenta. No demos el golpe por perdido, os aseguro que el Milan tendrá el nuevo estadio. El primero que se desbloquee, nos lanzaremos a por él”. La reunión en la Cámara también sirvió para hacer balance de las iniciativas de la Fundación Milán en favor de las prisiones italianas.