
Calma y trabajo. El Milan, en estos días de olas altas, mantiene la esperanza de renovar el contrato con Rafael Leao, que expira en junio de 2024, como ya saben incluso los transeúntes a las puertas de Casa Milan.
El club, en la semana del derbi, se centra inevitablemente en el campo: demasiado pesada la serie de resultados negativos de este interminable enero, demasiado importante la carrera por la Liga de Campeones, con un cuarto puesto que pesaría más de 50 millones en el presupuesto de la próxima temporada.
El objetivo ahora es recuperar la compacidad, la identidad de equipo, el rendimiento. La renovación de Leao, sin embargo, era y sigue siendo un tema central en la agenda del Milan. El club, al hilo del artículo publicado ayer en la Gazzetta, tuiteó ayer: “El Milan desea aclarar que las negociaciones con Rafael Leão no se han interrumpido. El Milan prosigue el diálogo con Leão y su entorno en un ambiente sereno y profesional”.
El significado es claro: para el Milan, las dificultades en las negociaciones, que existen para todos, no quitan las esperanzas de firmar. El Milán consideraba enero el mes más importante, esperaban llegar a un acuerdo antes de que acabara el mes y no fue así. Rafa pensó en diciembre -como nunca antes- aceptar una propuesta de renovación del orden de 6-7 millones por temporada.
Una propuesta que habría dejado en un rincón los 19 millones de indemnización que se adeudan al Sporting de Lisboa. Enero, sin embargo, complicó el panorama, dejando sobre todo dos asuntos sin resolver: la actualización de la cláusula, ahora en 150 millones, y la relación entre los agentes de Leao.
El Milán, sin embargo, no cambia de postura. Considera a Leao un jugador importante para su futuro y, en las condiciones adecuadas, está dispuesto a firmar una prórroga con él. En resumen, la relación con el jugador no está en los términos más bajos, a pesar de la falta de acuerdo y de las dificultades vividas en el terreno de juego.
El like de Leao al tuit de ayer del Milan, en este sentido, puede dar optimismo al club. En las últimas semanas, de hecho, Paolo Maldini y Ricky Massara han hablado sobre todo con Jorge Mendes y el propio Rafa, sin negar conversaciones con Ted Dimvula, el abogado-agente del 17.
Pero, ¿en qué condiciones firmaría el Milan? El salario parece un obstáculo no insalvable, más bien el tema de la cláusula es delicado. Desde luego, el Milan no puede decir que sí a una cláusula de 70 millones, más de la mitad en comparación con los 150 millones actuales, sobre todo en el mes del tormento de Enzo Fernández, valorado en 120 millones, y de la venta de Mudryk del Shakhtar al Chelsea por 100 millones.
El precio de Leao, por tanto, vendrá determinado por el mercado y su rendimiento en los próximos meses. Rafa, si juega como sabe, es un futbolista de la Premier League, una liga que hoy en día puede permitirse elegir a los mejores jugadores del mundo y pagarles todo lo que quieran.
El Milan, en este sentido, nunca ha ocultado que no puede responder a propuestas de 10 millones por temporada. Seamos claros: si un gran club llega en el momento oportuno con una propuesta de 150 millones (o incluso algo menos), el Milan renunciará a uno de sus campeones. Esto se aplica tanto a Leao como a Theo Hernández.
Más bien, el club debe evitar absolutamente repetir la experiencia que tuvo con Donnarumma, Calhanoglu y Kessie, jugadores que dejaron el Milan a cero al final de sus contratos. Un activo perdido. Es cierto que la línea dura con Gigio ha creado un grupo con reglas claras (y éste fue también uno de los secretos del Scudetto), pero la nueva dirección de los RedBird no puede empezar con una despedida a cero del jugador más destacado del equipo. Por tanto, el mantra del 31 de enero al 1 de febrero no cambia: reparto. Todavía quedan varias etapas por escribir en esta historia.
IBRA PODRÍA VOLVER EL 10 DE FEBRERO
El momento es delicado en la casa rossonera y, por tanto, es necesaria una sacudida para sacar al Milan de su crisis. ¿Y quién podría darlo si no su líder, su hombre símbolo, Zlatan Ibrahimovic, que está listo para regresar tras su largo parón debido a una grave lesión de rodilla? Según el Corriere della Sera, el sueco tiene una fecha y un partido concretos en la cabeza: 10 de febrero de 2023, Milán-Torino.
Está trabajando duro y hará todo lo posible por estar ahí, en Milanello están convencidos de que puede lograrlo. El objetivo es ir metiendo minutos en sus piernas de cara al próximo partido programado el 14 de febrero en San Siro contra el Tottenham, valedero para la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones.
El parón ha sido largo, ya que han pasado más de ocho meses desde la operación a la que se sometió pocos días después de ganar el Scudetto para reconstruir el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda.
UN SOLO FICHAJE EN ENERO
El mercado futbolístico de invierno 2023 del fútbol italiano y de la Serie A se cerró ayer a las 20:00 horas. El Milan la cerró sin registrar, por el momento, ninguna cesión (Bakayoko y Lazetic también podrían marcharse en las próximas horas a ligas extranjeras donde aún es posible negociar) y una sola compra; se trata de Devis Vásquez, portero colombiano clase 1998 que llegó procedente del Guaraní paraguayo por 400.000 euros.
Una sesión de mercado muy muy anónima, pues, pero sin sorpresas. Maldini, al grito de “contraseña: sostenibilidad”, ya había anunciado explícita e implícitamente que no habría huelgas, a menos que hubiera gangas o talentos, a lo Darío Osorio por ejemplo, por los que anticiparse a la competencia.
Una de estas excepciones podría haber sido Nicolò Zaniolo, por el que los rossoneri llegaron hasta una cesión con derecho de rescate por un total de 22 millones, que la Roma consideró demasiado poco; volverán a intentarlo en verano.
Por otro lado, no hay lugar para inversiones fuera de época: “No somos el Milan de los 90 que se lleva a los grandes campeones ya hechos, sino que tenemos la necesidad de seguir una estrategia que nos ha llevado a sanear las cuentas del club y a ser protagonistas. Desde luego, no nos desviaremos de aquí”, señaló Maldini a DAZN
El problema es que al mercado veraniego de prospectos le siguió un mercado invernal nulo y el Milan necesitaba refuerzos de inmediato. A este equipo le falta desde hace meses un portero fiable que pueda sustituir a Maignan mejor de lo que lo hace Tatarusanu (y no es tan difícil…), le falta un jugador exterior derecho de alto nivel en lugar de los habituales Messias y Saelemaekers, le falta un centrocampista que pueda hacer jugar a Bennacer (¿quién jugará en su lugar en los próximos retos importantes? ¿Krunic? ¿Pobega?
El nivel es claramente inferior) o que pueda jugar junto con el argelino y Tonali en un módulo que no sea el 4-2-3-1, nos falta un central con experiencia que tenga más balón físicamente que Kjaer, nos falta un suplente en condiciones Theo Hernández. Y también nos falta un delantero, pero para eso necesitamos que se haga otro tipo de inversión, eventualmente, en verano. También hay que señalar que hay nada menos que 31 jugadores en la plantilla, lo que no permite muchos movimientos.