Muchos cambios en verano

De Díaz a Vranckx, pasando por Adli, Rebic e incluso Leao: hay muchos jugadores en la mezcla con una situación aún por definir. Y reforzar la plantilla será una necesidad: aquí están todos los nombres implicados

Vencimientos de contrato, préstamos en la recta final y posibles cesiones entre los que no han vivido una temporada a la altura de las expectativas. El de Milán será un verano caluroso cerca de la puerta verde de Milanello. También porque para los que se despidan será necesario poner las manos sobre el pelotón entrante. He aquí, pues, la situación de los posibles implicados en el negocio del verano.

Giroud, por ejemplo, tiene un contrato que expira. Empecemos con él porque… es la situación más sencilla. Él quiere al Milan (a pesar de algunos cantos de sirena de Inglaterra), el Milan lo quiere a él. Prácticamente se ha llegado a un acuerdo, y en breve se anunciará la renovación hasta 2024, al mismo precio que el contrato actual (3,5 millones netos).

También expirará en junio y, también en este caso, la historia parece ya escrita. Zlatan, tras el calvario del último año, parece destinado a dejar de jugar al fútbol, pero aunque quiera seguir, ya no estará en el Milan. Es más razonable pensar en su papel -aún por esculpir e imaginar específicamente- dentro del club rossonero.

El mandato del diputado Maignan expira y no será renovado. El asunto podría haber sido diferente si “Tata” se hubiera salido con la suya durante la ausencia de Mike, pero no fue así. También por cuestiones de vestuario: emblemático el fogonazo a diez minutos del final del derby, cuando el rumano no sale en un balón alto y se encuentra con ocho (8…) compañeros que le echan una bronca descarada. En su lugar, ya está todo decidido: llegará Sportiello, que quedará libre por cero del Atalanta.

Igual que Tatarusanu: su contrato expira y no será renovado. También tuvo una oportunidad durante el descanso de la Copa del Mundo para debilitar a Tatarusanu por detrás de Maignan, pero no la aprovechó. De nuevo, todo está ya fijado: el tercer portero será el colombiano Devis Vásquez, fichado en este mercado de enero.

Aquí se abre el capítulo de los préstamos. Brahim está terminando el último de los dos años acordados con el Real Madrid. La voluntad del jugador es clara: quedarse en Milanello. La del entrenador también: el español es del agrado de Pioli.

La variable es el importe del derecho de rescate, fijado en 22 millones (con opción de recompra del Real a 27). Un desembolso que Milán considera excesivo, por lo que intentará rebajarlo. Por debajo de 20, podría haber fumata blanca.

Está cedido un año con un derecho de rescate del Barcelona fijado en 20 millones. Aquí no debería haber muchas dudas: el estadounidense está destinado a volver a Cataluña, sobre todo con esa cantidad en juego. También porque el sufrido Florenzi, en cuyo lugar se había contratado apresuradamente a Sergino al final del mercado de verano, está a punto de regresar.

También él está cedido por un año con derecho de rescate por el Wolfsburgo. ¿La cifra? Estamos en torno a los 12 millones y en estos momentos parece decididamente difícil que el club rossonero pueda gastárselos. La última pista también parece la más fuerte en este sentido: Pioli ha decidido no incluirle en la lista de Champions para la fase eliminatoria, una clara señal de que no cree especialmente en él.

En este caso, las dudas se quedan en cero. El francés, que no encontró ningún tipo de acuerdo con ningún club en el mercado de enero, dirá adiós en junio: está al final de un periodo de cesión de dos años (derecho con obligación condicional) por parte del Chelsea y se despedirá definitivamente de Milanello.

Y pasemos ahora a aquellos cuyas fichas son propiedad rossonera, o al menos no caducan, pero que no tienen garantías suficientes para quedarse. Adli es uno de los grandes misterios del Milan 2022-23, también porque fue fichado del Burdeos con razón, tras una larga y cuidadosa evaluación.

Sin embargo, ha visto muy poco el campo: cuatro apariciones (sólo una como titular) para 113 minutos en total. Sobre todo, si el Diavolo redime a Díaz, se abriría para el francés la oportunidad de una temporada cedido en otro lugar. Para jugar, por supuesto.

La banda derecha ofensiva es uno de los puntos débiles más evidentes de la plantilla de este año, y Junior podría ser el que diga adiós: de hecho, se considera que Saelemaekers, compañero de vestuario, es más funcional en el equilibrio del equipo. Si el brasileño dice adiós, probablemente será de forma permanente.

En su lugar, al menos dos nombres en la libreta de la dirección rossonera: Zaniolo (pero, en caso de fichar por el Galatasaray, habría que verificar el importe de la posible cláusula) y Ziyech, ambos pretendidos ya por Maldini y Massara.

Su destino está estrechamente ligado al de Leao. Con la marcha de Rafa, es casi seguro que el croata se quedaría. Con Rafa renovado, el Milan podría poner en venta a Ante. Muchos, demasiados contratiempos físicos han afectado a su rendimiento y, básicamente, demasiado tiempo para alcanzar la forma óptima, para él una condición esencial para ser un buen delantero.

Lo dejaremos para el final, pero es obviamente la situación más delicada. De momento, las negociaciones para la renovación parecen estancadas. Las partes siguen en contacto, pero no hay avances sustanciales. Entre los nudos, en particular, la cuantía de la cláusula, sobre la que la horquilla es muy amplia (el Milan querría 150 millones, el jugador la mitad).

El riesgo es que se alargue demasiado y que el club se vea obligado a venderlo en verano para no perderlo a cambio de nada en 2024. Si Rafa se marcha, un nombre que suena mucho y sobre el que Casa Milan ya se había informado es el de Okafor (Salzburgo), de 22 años, que puede jugar tanto en el centro del ataque como en la banda.