El Milan quiere el estadio para ellos

La gran historia entre el Milan y San Siro está destinada a llegar a su fin. Quedarán dulces e imborrables recuerdos. Una nueva historia de amor sólo puede empezar así, en un estadio igual de bello pero decididamente más funcional, moderno, vivo. Y sin el Inter.

La pelota rueda en esta dirección: menos romanticismo y más ingresos. Es el único camino para volver a la cima: el Milan ha iniciado la escalada, ha conquistado el pico más alto de Italia y ahora intenta escalar entre los ocho equipos más fuertes de Europa.

Sin embargo, para dar un paso más y volver a situarse en la cima internacional, necesita el oxígeno que sólo puede ofrecerle un nuevo estadio. La Premier League, con sus estadios, enseña a respirar el aire de la altura. Los demás grandes clubes del continente hacen lo mismo. El Milan quiere volver a ciertos ambientes.

El estadio será una fuente primordial de ingresos, más aún si se trata de un recinto exclusivo. Una casa para todos los Rosson. Además de la idea romántica, hay de nuevo una explicación económica: el Milan también está escalando posiciones en los balances, hoy tiene una propiedad sólida y reconocida. Listo para una inversión millonaria que le permita dotarse de una nueva instalación. Condiciones que lo distancian del Inter.

El fondo Oaktree juega con Suning el mismo papel que Elliott jugó en el pasado con Li Yonghong. Está a la espera de que se devuelva el préstamo, de lo contrario se convertirá en propietario de las acciones. El futuro está todo por escribir, hay mucha incertidumbre, mientras que Milan ya ha trazado claramente su camino, que, salvo grandes sorpresas, le llevará a otra parte. Así que aquí estamos en la encrucijada y aquí se separarán los caminos: el Milan por un lado, el Inter por otro.

El gran partido del nuevo San Siro se ha prolongado durante mucho tiempo, quizá demasiado como para pensar en un desenlace positivo. A finales de diciembre, una resolución del ayuntamiento planteaba nuevas exigencias a los clubes: 70 mil asientos en lugar de los 60 mil previstos, 40 millones a dedicar a la reurbanización del barrio, nuevas zonas verdes equivalentes al 50% de la superficie, neutralidad en carbono. Ciertamente, no son giros fáciles.

Además, la cuestión de la limitación del estadio Meazza sigue planeando sobre el proyecto del nuevo estadio. Las declaraciones del Subsecretario Vittorio Sgarbi (“Pondremos una limitación al Meazza, derribarlo no tiene sentido”) abrieron la polémica, mientras que la intervención del Ministro de Cultura Sangiuliano (“Ninguna limitación, Sala tendrá que decidir”) condujo a otro final, y ahora la decisión está en manos de Emanuela Carpani, la nueva superintendente de arqueología. Y, teniendo en cuenta una frase de la resolución del consejo sobre el tema que pide cautela, Milán está definitivamente mirando a otra parte.

El foco se apagará y volverá a encenderse en otro lugar. Sesto San Giovanni es una de las tres hipótesis. La primera en orden cronológico: es en la que el club lleva más tiempo trabajando. Es la zona de la antigua acería Falck, un contexto privado en el que el Milan estaría libre de trámites públicos. Ventaja (entre muchas): el (enorme) espacio disponible y una administración municipal que se ha manifestado claramente a favor del proyecto rossonero.

Desventaja (entre muchas): la idea de jugar, por primera vez, fuera del municipio de Milán. Hipótesis número dos: San Donato, un municipio del interior como Rozzano, otra solución que se baraja. Tercera vía: la zona de “La Maura”, cerca de San Siro, en un terreno de 75 hectáreas propiedad del grupo Fcma y destinado al entrenamiento de caballos. Recientemente se han hecho valoraciones más concretas: supondría empezar casi de cero, pero el hecho de que la zona sea privada naturalmente ayuda.

Ahora es el momento de la elección, que se espera en breve: el Presidente Paolo Scaroni está en primera línea. Gerry Cardinale, número uno de RedBird, sigue ahora el desarrollo desde Nueva York: experto en deportes, entretenimiento y construcción de nuevos estadios, es más consciente que nunca de la necesidad de dotar al Milan de una instalación multifuncional y en propiedad.

También exclusiva: no hay otras grandes ciudades en Europa y en el mundo que tengan estadios compartidos para dos equipos tan importantes. La última visita a San Siro le convenció definitivamente: los 74.000 aficionados presentes contra el Tottenham permitieron al Milan recaudar más de 9 millones de euros, un récord absoluto en la historia de Italia. Un nuevo estadio será aún más atractivo. Y tendrá las puertas siempre abiertas, no sólo el día del partido.