El primer detalle llamativo es el aspecto: sin corbata, como siempre. El segundo, la rapidez con la que habla: palabras seguidas y pocas pausas, según el estereotipo del hombre de negocios que piensa rápido, habla rápido, actúa rápido.
La tercera, la claridad de ideas y la confianza en un planteamiento racional, basado en números y en un plan de negocio. Si se busca un propietario de club alejado de los estereotipos italianos, es él. Gerry Cardinale, tras su jornada del miércoles en Milán, se encontraba ayer en Londres, invitado por el Financial Times, que le concedió la entrevista de clausura de la Cumbre Business of Football, un importante acontecimiento empresarial deportivo.
Estuvieron presentes presidentes de la Liga (Casini y Tebas), periodistas y directivos. Cardinale habló durante media hora y dejó la pista que medio Milán esperaba en su frenesí por el estadio: una indicación de la zona preferida para construir el estadio. Aquí está: “En el mundo ideal, permanecer en la zona de la ciudad de Milán es una prioridad. Si es posible, nos quedaremos en el municipio, pero aún así evaluaremos fríamente cuál será la mejor oportunidad”.
Fuera de las líneas, se puede interpretar el plan de RedBird. Si es posible, el estadio se construirá en el municipio de Milán y la única zona conocida de la ciudad es La Maura, la zona verde al noroeste de San Siro. Un estadio que se construirá por nuestra cuenta, no con el Inter: “Soy un gran partidario de ser independientes”, ha declarado Cardinale, “pero a día de hoy no hay nada que podamos excluir”.
La hipótesis de San Siro, en definitiva, está cada vez más en segundo plano, pero la segunda parte de la frase confirma lo que se ha entendido: el Milan evaluará todas las áreas disponibles (La Maura, Sesto, San Donato, posibles opciones aún no públicas) y elegirá la más conveniente.
Todavía hay muchas variables y las principales parecen ser los sondeos a realizar en La Maura -el terreno forma parte del Parco Agricolo Sud Milano, con los consiguientes problemas medioambientales- y las exigencias económicas, porque no es ningún misterio que el Milan está negociando el precio de la zona de Sesto.
La media hora en el escenario, sin embargo, ayuda a dibujar una imagen de la gestión de RedBird. Cardinale confirmó su visión, que puede resumirse en puntos. Uno: el estadio es la máxima prioridad: “San Siro se construyó en los años veinte”, dijo Cardinale. “Si queremos devolver al Milan y a la Serie A al máximo nivel, tenemos que pasar por la infraestructura”. Dos: la impresión causada en la afición milanista fue enorme: “En Milán hay una afición fenomenal. Los aficionados han hecho su trabajo, ahora nos toca a nosotros”.
Tres: la continuidad con el proyecto de Elliott no es negociable: “RedBird tiene el 100% de las acciones del Milan y siento un gran respeto por Paul y Gordon Singer. Furlani y Cocirio, dos ex directivos de Elliott, trabajan con nosotros porque me dijeron que querían volver a Italia”.
Cuatro: el hombre cree en los datos y en la racionalidad de los planes de negocio, no en las decisiones instintivas: “Hacemos mucho uso de los datos. Todo el mundo los tiene, la diferencia es cómo los utilizas. Billy Beane fue decisivo para convencerme de que el fútbol europeo podía ser una gran oportunidad”. Billy Beane, alias Mr Moneyball, el gurú de los que hacen deporte siguiendo las indicaciones de los datos, los algoritmos y la inteligencia artificial.
Adiós a la Superliga En este contexto, un poco de política deportiva. Cardinale se mostró contrario a la entrada de fondos en el fútbol (“No soy partidario de esto. No tenemos que buscar fuera de nuestro ecosistema para ser eficientes”) y rechazó la idea de la SuperLiga: “El proyecto ha fracasado, no hay razón para hablar de él”.
“Sin embargo, tenemos que entender por qué se propuso, tenemos que encontrar un equilibrio competitivo. Quiero una liga A competitiva, el problema es cómo hacerlo”. La impresión es que, aparte del estadio, Cardinale jugará aquí el partido más importante. Su reto, desde el primer día, es trabajar con los otros 19 presidentes por una liga A más moderna, más eficiente y más rica. Los que conocen un poco la dinámica de la liga saben que el reto es cualquier cosa menos sencillo.