¿Hará camino el Milan en Champions?

El Milan ha entrado en el G8 de Europa después de once largos años. ¿Aún puede abrirse camino en esta Liga de Campeones? Ocho buenas razones para sospecharlo.

TRADICIÓN: La historia marca goles – Ahora Conte lo sabe

“Nunca vi un montón de dinero marcar un gol”, repetía Johan Cruijff. Es otra de las razones por las que el Psg y el Manchester City nunca han ganado una Liga de Campeones; es otra de las razones por las que el Tottenham, que gana el doble de dinero y tiene una plantilla mejor equipada, se ha derretido ante el Milan. No es retórica: el dinero no hace goles, la historia sí.

La cultura, la tradición, el blasón de la camiseta sobre el terreno de juego sí importan. La Liga de Campeones es una mesa para nobles, si no sabes qué cubiertos elegir y cómo sostener una copa, corres el riesgo de hacer el ridículo. El Milan de las 7 Copas de Campeones creció en esa mesa, al igual que el Real Madrid. Conoce la etiqueta como pocos.

Todavía lleva bajo la piel los 31 gloriosos años de la era Berlusconi-Galliani, que Paolo Maldini representa y transmite. En ciertas noches especiales, el Milan se siente como en casa, como en Londres. Para decirlo aún más claro: si el Milan-Nápoles saliera de la urna (dando a Spalletti como clasificado), apenas veríamos sobre el terreno de juego los 18 puntos de diferencia en la liga. Es más: no veríamos al Nápoles como favorito.

El juego: Alma europea – Intensidad y calidad

El Milan superó al Tottenham gracias a su defensa, pero si ha llegado tan lejos, el mérito es de la educación sacchiana que ha recibido Stefano Pioli en los últimos tres años. Ganó el Scudetto corriendo siempre hacia delante, con o sin balón, con gran intensidad, y esta educación lo ha convertido en nuestro equipo más internacional, junto con el Atalanta.

La crisis de enero y la conversión a una defensa de 3 no erradicaron esta alma ofensiva que ayudó al Milan incluso en Londres. Europa recompensa a los que juegan y a los que se atreven. No es casualidad que Antonio Conte, que enseña un espíritu mucho más provinciano, sólo haya llegado una vez a cuartos de final de la Liga de Campeones, nunca más lejos, a pesar de haber dirigido a clubes de primera: Juve, Inter, Chelsea, Tottenham…

El entrenador: que Pioli crea y desplaza – El equipo le sigue

Pioli ha recogido a un Milan hecho trizas, lo ha reconstruido, lo ha retocado con la llegada de Ibra, lo ha refundado tras la crisis de enero, cambiando su forma sin afectar a su espíritu. Tiene en sus manos un equipo que siempre le ha respondido cada vez que le ha enviado una petición. El crecimiento de los distintos Tonali, Kalulu, Thiaw lo confirma.

Pero no sólo tiene cualidades de ingeniero, también es un estratega en el partido individual. El Scudetto llegó también gracias a los enfrentamientos directos, a menudo ganados con una idea inquietante del entrenador. Pioli es un valor añadido. Ancelotti y Guardiola son monstruos ganadores, pero hay mucha menos diferencia entre los banquillos que entre los equipos.

La fortaleza de Thiaw a prueba de huracanes

Europa premia al atacante, pero si te vas de vacaciones con la puerta principal abierta, te diviertes poco. En tres ediciones de la Copa de Campeones, 1988-91, dos de las cuales ganó, el Milan de Sacchi sólo encajó dos goles “de verdad” en San Siro, de Stojkovic (Estrella Roja) y Papin (Marsella). Los dos con Vitocha llegaron una vez terminada la clasificación.

Aquel Milan era Baresi y Maldini nada menos que Gullit y Van Basten. Pioli ha dejado su portería a cero cinco veces en sus seis últimas salidas, habiendo encajado nueve en dos (Lazio, Sassuolo). La explosión de Thiaw ha sido nuclear. La prueba del tridente defensivo en Londres fue majestuosa. El Milan ha cerrado la puerta de casa.

Maignan decisivas – Ahora es el turno de Leao

Las estrellas se dibujan en el balón de la Liga de Campeones, como para recordarnos que deben ser ellas las que decidan. El fútbol sigue siendo un juego de equipo, pero la historia la escriben los campeones. El Milan tiene tres por encima de todos ellos: Maignan, que en el estadio del Tottenham Hotspur explicó el concepto de decisión; Theo Hernández, el lateral más fuerte del mundo, el sentido táctico de toda la banda; Leao, que tiene la gracia potencial de los campeones.

Hasta ahora, el portugués ha sido empujado por sus compañeros, como el capitán de un equipo ciclista. En el último tramo de la Liga de Campeones, tendrá que salir del grupo y arrastrar al equipo hacia la meta, con el viento en la cara.

El estadio de San Siro empuja – un diablo más

A rebosar, apasionado, récord de recaudación: en el partido de ida, San Siro fue el mejor sobre el terreno de juego, decisivo en una victoria que resultó decisiva. Es fácil adivinar un lleno resplandeciente también en cuartos de final. El Santiago Bernabéu tiene la sacralidad de un templo, pero San Siro, en cuanto a historia, carisma e imponencia, no tiene nada que envidiar a nadie. El jugador doce que impactará, aunque esté condenado a muerte.

Los rivales: algunos más fuertes, ninguno injugable

No queremos decir que este Milan vale por el Manchester City, el Real Madrid y el Bayern de Múnich, pero también es cierto que ahora mismo Guardiola está a cinco puntos del Arsenal, Ancelotti a nueve del Barcelona y Nagelsmann al lado del Borussia Dortmund. Entrarán en la urna equipos más fuertes, pero ningún monstruo injugable.

El destino final en Estambul – A exorcizar

La final se jugará en Estambul, donde en 2005 el Milan perdió dolorosamente el partido decisivo contra el Liverpool: 3-0 a 3-3. El Diavolo se curó el trauma venciendo a los Reds en la final de 2007, pero la ciudad turca sigue estando por exorcizar. Razón de más para llegar hasta allí. Paolo Maldini, autor del primer gol en Estambul, cuenta con ello más que la mayoría.