Cuando Rafa Leao entra en el campo para el calentamiento parece distante, frío: está en su naturaleza, antes le ocurría acercarse a la portería y calentar de golpe y ahora no. Rafa parece apático, desconectado del equipo: antes le ocurría reconciliarse con el grupo en un instante, con una aceleración propia. Hoy esprinta menos y casi nunca llega a destino.
Hubo un partido en el que Leao entró en el campo regateando con chicle de mascar, y luego trató el balón con la misma ligereza. Hoy, la responsabilidad parece atenazarle, el balón entre los pies una carga. Rafa sigue siendo el mismo, pero algo ha cambiado: sin duda el sistema de juego. Hay un Leao a.c.m (antes del cambio de módulo) y un Leao d.c.m (después del cambio de módulo).
Para intentar explicar la reciente involución se puede empezar por aquí. Como exterior izquierdo Rafa tuvo números de récord y fue elegido mejor jugador del último campeonato en ese rol. Una combinación de técnica y velocidad que interesaba a los grandes clubes europeos.
Hoy, sin embargo, sólo funciona a medias: si consigue salir por la banda, luego falla el pase (con el Salernitana ocurrió al final de una acción personal, en la que luego estuvo impreciso en su invitación a Theo), pero si encuentra el balón adecuado, no puede desmarcarse (incluso hace dos noches, los rivales le controlaban sin dificultad).
Los números lo certifican: desde el 5 de febrero hasta hoy, fecha del derbi y del estreno del nuevo sistema, Leao ha reducido la media de tiros a puerta (de 0,74 a 0,57), de tiros totales (de 2,89 a 2,43) y sobre todo de goles (de 9 en 27 partidos a 0 en un total de 7 salidas: la última fue el 14 de enero en Lecce).
Rafa participa objetivamente menos en el juego de equipo: ha bajado la media de asistencias (de 0,26 a 0,14), la de pases totales (de 20,33 a 18,43) y la de pases acertados (de 15,74 a 13). Tenemos que buscarle más”, confirmó Pioli tras el último partido.
El técnico, sin embargo, no desmintió lo que dijo hace semanas al desplazar a Leao al centro, en apoyo del primer delantero en el 3-4-2-1: “Sería un error que un entrenador emprendiera un nuevo módulo descartando a uno de los jugadores más importantes del equipo. Rafa me ha dicho lo contrario: que éste es su sistema preferido. Está contento y siempre tiene amplios márgenes de libertad”.
El propio Pioli ha descartado que el motivo de la baja sea una cuestión física. “La situación de Leao es realmente extraña. En los entrenamientos lo hace muy bien, se mueve mucho y bien. En el partido hace menos”. La forma en que Rafa se prepara desde el punto de vista atlético no ha cambiado: su físico está mucho más estructurado que cuando llegó al club rossonero, hace ya casi cuatro años.
Mientras tanto, ha asimilado la carga de trabajo de la Serie A y ha contado con la ayuda de un entrenador personal, Francisco Martins, con el que trabaja sobre todo la fuerza. No puede ser un problema de desgaste: Rafa se perdió al Fiorentina por descalificación y contra el Sassuolo y el Inter había empezado desde el banquillo por decisión técnica.
Si los músculos de las piernas responden como antes, puede que sea el pensamiento el que corra menos. O encontrar obstáculos en el camino. La rumoreada renovación de contrato es sin duda una distracción engorrosa, aunque sigue siendo Pioli quien despeja el camino: “No creo que el tema de la renovación condicione su rendimiento. Pero necesita estar más dentro del partido”.
Dentro de la negociación, sin embargo, están bien presentes todas las partes implicadas: club, abogado, familia, asesores. Se espera un nuevo contacto (personal o telefónico, aún por definir) en breve, si no la semana que viene, a más tardar en la última semana de marzo.
Eso dejaría otros dos meses para llegar a una decisión final: un periodo muy corto si se compara con los larguísimos plazos de todo el debate. Lo cierto es que este veredicto también se dará al final del campeonato: el club no ha perdido la esperanza de llegar a un acuerdo.
Al contrario, pasará el verano intentando vender a Rafa al mejor postor. Eso si Leao también encuentra la mejor versión de sí mismo. Evitar la cesión es una necesidad imperiosa para las arcas del club. Los ingresos se reinvertirían de inmediato: parece que no faltan ideas alternativas…