Maldini y Massara, d.t. y d.s. rossoneri, han vivido un mercado 2022-2023 marcado por los errores. Si la temporada pasada, con sus intuiciones, habían sido importantes para que el Milan ganara el Scudetto en un sprint sobre los ‘primos’ del Inter, en las dos últimas ventanas de la campaña de fichajes los dos gestores del Diavolo sólo han ‘acertado’ una operación: el desembarco en Milanello de Malick Thiaw, pagado 7 millones en el Schalke 04.
El alemán, sin embargo, sólo se ha impuesto a partir de febrero, después de muchos banquillazos y algunas dudas incluso sobre esta inversión. Las demás llegadas, de momento, deben clasificarse todas entre los fracasos. El más doloroso es sin duda Charles De Ketelaere, arrebatado al Brujas con un traspaso de 32 millones más 3 de primas al final de un auténtico tira y afloja.
El talento belga, a pesar de las oportunidades que le ha dado Pioli, prácticamente nunca ha convencido y, en 31 partidos rossoneri, sigue con cero goles. Quizá también haya pesado la constante comparación con el Balón de Oro Kaká. ¿Dinero malgastado? Fácil con los juicios finales, porque Charles es un clase 2001, en su primera experiencia fuera de casa y adaptarse a una liga táctica como la nuestra no es fácil. Dicho esto, el CDK no ha dado hasta ahora lo que cabía esperar y no es casualidad que Pioli haya jugado casi siempre con Brahim Díaz como trequartista.
También es malo el parámetro cero Divock Origi, largamente cortejado después de que decidiera abandonar el Liverpool. El belga, casi nunca en óptimas condiciones por problemas físicos, ha marcado dos míseros goles en la Serie A y, aunque se beneficiará de las ventajas fiscales del Decreto Crescita, su salario le costará al club 5,2 millones brutos hasta 2026.
Con Ibrahimovic, de 41 años (operado de la rodilla izquierda el pasado mes de mayo), y Giroud, de 36, en la plantilla, quizá hubiera sido conveniente buscar un delantero que hubiera jugado y marcado más (7 goles en total) en las dos últimas temporadas.
Origi, de hecho, había acumulado 17 apariciones y 536 minutos en 2020-21 y 18 partidos con un total de 598 minutos en 2021-22. E incluso en la 2019-20, caracterizada por 42 apariciones con los Reds, había permanecido sobre el césped 1.426 minutos. En resumen, casi siempre partía desde el banquillo y tenía un papel marginal.
Los otros ‘aciertos’ que debían impulsar la persecución de la segunda estrella no han ido mejor. Sergiño Dest había llegado cedido por el Barcelona para ‘tapar’ la lesión que sufrió Alessandro Florenzi a finales de agosto, pero el americano no ha convencido y ahora la recuperación del internacional azzurro y la presencia de Calabria le han confinado al margen.
Es imposible que el Milan se decida a pagar los 20 millones que costaría su rescate. Regresará a Cataluña en junio. Aster Vranckx, cedido por el Wolfsburgo, ha jugado muy poco (153 minutos) y el club sigue pensando en su redención. Y luego está Yacine Adli, por el que se pagaron 8,5 millones en el verano de 2021, pero se le dejó madurar en Burdeos.
El francés aterrizó así en el club rossonero el pasado verano, pero nunca se ganó la confianza de Pioli, que le probó en un par de funciones diferentes en el centro del campo sin obtener las respuestas esperadas. Los 121 minutos jugados así lo atestiguan. Al final de la temporada se marchará.
En el resto de equipos, el Lazio han fracasado los dos fichajes más caros como fueron Luis Maximiano y Marcos Antonio. En el Inter, fracaso en el regreso de Romelu Lukaku, donde tampoco han convencido Asllani y Bellanova.
En la Roma, Zeki Celik (que costó 7 millones de euros) y Belotti han sido fichajes poco acertados, especialmente la del delantero a coste cero (22 partidos en liga, 0 goles). Tampoco ha convencido Mady Camara ni el parámetro cero Ola Solbakken.
En la Juventus, el caso más claro es Paul Pogba, siempre lesionado y solo ha disputado un total de… 35 minutos, aparte Paredes tampoco ha convencido para el alto sueldo que tiene (7 millones de euros), superado por su compatriota Barrenechea.