Stefano Pioli casi vence al casino en Bolonia: apostó todo a lo esperado con el Milan B -todos reservas, salvo Maignan- y no ganó por detalles. Una parada aquí, un disparo equivocado allá, quizá un penalti no señalado. El Bolonia-Milán terminó así 1-1 y el Milan dio un paso adelante en la clasificación: subió a +2 sobre el Inter, que jugará por la tarde contra el Monza, y alcanzó el tercer puesto con el Roma, en el campo mañana contra el Udinese.
Un balance en conjunto decepcionante: dos puntos más en una lucha por la Liga de Campeones que sigue siendo una gran incógnita. En todo esto, el mayor lamento es por dos jugadas de Leao desperdiciadas por Brahim Díaz, mientras que es probable que se oigan protestas por dos episodios en el área: un pisotón de Soumaoro a Rebic en la primera parte y un brazo de Lucumi en la segunda.
Massa dijo ‘no hay penalti’. De Ketelaere y Origi, sustituido en el minuto 70, merecen unas palabras aparte. Su temporada continuó plana, triste, sin sobresaltos. Al margen de las circunstancias atenuantes del día -no es fácil jugar en un equipo totalmente nuevo-, De Ketelaere volvió a estar apagado y Origi aislado, inofensivo. Las ganas de intentar darle la vuelta a la situación, nunca se vieron.
Repasemos los goles. El Bolonia marcó a los 33 segundos: Posch se internó por la derecha y centró raso, Sansone se anticipó a Kalulu y la puso bajo el travesaño. Maignan, equipado para las paradas y los milagros, no pudo llegar ni con una prolongación. El Milan empató en el minuto 40: buen centro de Ballo-Touré desde la izquierda, en el rechace Rebic intentó una jugada dentro del área y Schouten apartó a Pobega, que se encontró con un gran zurdazo desde fuera del área. Dentro del poste y gol.
El Milan, con la mente puesta en la Liga de Campeones, empezó mal, pero controló el partido en la primera parte, gracias a un Bolonia muy pasivo. Por supuesto, la calidad media de medio campo hacia arriba -muy inferior a la habitual- limitó las ocasiones. Skorupski sacó con una estirada un cabezazo fuerte pero centrado de Rebic, desvió un lanzamiento de falta de Florenzi y tuvo unos cuantos escalofríos con un desvío de Kalulu a disparo de Saelemaekers y un buen centro de Rebic al que no llegó Origi.
Por lo demás, fue una primera parte de ritmo contenido, en la que el Bolonia no mostró nada más que un contragolpe de Ferguson-Barrow finalizado con un disparo alto de Aebischer. Pioli, poco a poco, volvió a poner sobre el terreno de juego a su equipo titular.
A los 57 minutos, entraron Calabria y Messias. A veinte del final, Díaz y Leao por De Ketelaere y Origi. Y ahí cambió el partido, en parte por el juego de los nuevos -Leao y Messias sobre todo-, y en parte porque el Bolonia se activó lo justo para calentar su estadio.
Pioli lamentó así no haber marcado el 2-1 en los últimos 20 minutos. Estas son las ocasiones clave. Minuto 29: Buena jugada de Messias por la derecha, centro raso y balón que rebota primero en Rebic y luego fuera. Minuto 30: Desvío de Leao por la izquierda, balón atrás para Pobega y posible doblete sólo anulado por un desvío de Lykogiannis.
Minuto 39: Contragolpe de Leao -otro nivel- que acelera por la izquierda y pone a Díaz delante de la portería. Minuto 43: otro balón de Leao para Brahim que, tras su disparo fuera cuatro minutos antes, ni siquiera atrapa el balón.
Thiago Motta, en comparación con el excelente pasado reciente, se fue en cambio a casa decepcionado. Sacó algo de Domínguez y Zirkzee en la segunda parte, pero en general nunca inquietó a Maignan, como si la ventaja inicial se hubiera apagado paradójicamente el sábado por la tarde. En definitiva, un partido más feo que bonito, sin sobresaltos de calidad. En el aniversario del nacimiento de Leonardo da Vinci, digámoslo así, no fue un homenaje a la creatividad.