SITUACIÓN DEL NÁPOLES
Empezó con Osimhen, y marcó la diferencia. Porque el Nápoles que llevaba dos partidos sin marcar -nunca le había pasado en la temporada- no tenía delantero centro: en Milán jugó Elmas y contra el Verona un Raspadori lejos de su mejor condición. Ese cuarto de hora final, ese larguero vibrante, bastó para devolver el optimismo a la casa azzurra.
Ahora llega el delantero centro -y qué delantero centro- y para Spalletti todo cambia en la puesta a punto. Incluso las importantes ausencias de los inhabilitados Kim y Anguissa adquieren un peso psicológico diferente si hay un goleador en punta: 25 en 30 partidos. Un terminal que permite al Nápoles desarrollar el juego de más maneras y con más soluciones que también ayudan a Kvara a permanecer más dentro del campo y finalizar con más eficacia los balones que consigue meter.
Sobre todo, cambia la profundidad del equipo, ya que el artillero obliga a cualquier defensa a retroceder con sus constantes sprints. Y en el primer partido, a pesar de jugar bien, el conjunto de Spalletti avanzaba con triangulaciones cortas, con dificultades para llegar a los últimos veinte metros.
Ahora, como señala el técnico: “Puedes lanzarle un balón fuerte a Víctor y él sabe controlarlo y llevar al equipo hacia arriba”. Para Lobotka y Zielinski se reabre un pasillo central poco explotado en los últimos partidos. Los movimientos de los “terziglie” para que un hombre cruce a la línea de fondo tienen ahora sentido táctico.
Spalletti ya ha decidido que juegue el experimentado Juan Jesús en lugar del coreano inhabilitado. Para sustituir a Anguissa, el técnico tiene que elegir entre Ndombele, el único que guarda cierto parecido con el camerunés en cuanto a fuerza física, o Elmas, que ha demostrado que puede ser tácticamente disciplinado en las diferentes tareas y funciones que tiene que desempeñar.
Luego están las alternativas clásicas del campo exterior: la izquierda baja y la derecha alta. Para Spalletti hay titulares de 60 minutos y titulares de 30 minutos, y nunca como en este partido los que no saldrán de inicio tendrán que estar listos para tomar el relevo y dar intensidad a la maniobra. Mario Rui, Olivera, Politano y Lozano son titulares.
SITUACIÓN DEL MILAN
Algunos de los jugadores estrella del Milan permanecieron en reposo mucho más allá de la rotación del Bolonia, y desde luego no por cortesía del entrenador: Olivier Giroud empezó a entrenarse ayer por la mañana, pero no lo terminó debido a un problema en el tendón de Aquiles de la pierna izquierda. Una secuela de la primera batalla de la Liga de Campeones contra el Nápoles, la de San Siro, cuando Kim había entrado con fuerza sobre el delantero centro rossonero justo antes del 1-0 de Bennacer.
Giroud había apretado los dientes hasta el minuto 90, pero el dolor persistía (Pioli en el Dall’Ara le dejó en el banquillo) y en la casa milanesa esperan que el problema se resuelva en las próximas horas. La recuperación es posible y la balanza se inclina del lado de la confianza. Sin embargo, si las cosas se torcieran, el mundo se pondría de repente patas arriba mañana en el Maradona: Spalletti soltando a su 9, Osimhen en el momento justo, Pioli perdiéndolo en el momento más bonito.
¿Quién jugaría en lugar de Giroud? Hay dos opciones, pero una verdadera papeleta casi no existe: todos los caminos conducen a Rebic. Origi, designado vice-Giroud, sigue siendo un objeto de misterio. El croata es la primera opción de Pioli porque sabe moverse en la maniobra rossonera, conoce a los rivales y sabe buscar la profundidad. Y en Bolonia apareció en alza.
Problemas físicos aparte, el Milan también tendrá que cambiar de piel para neutralizar o al menos contener a Osimhen y adaptarse a un Nápoles aún más agresivo que en San Siro: “En ese caso podríamos tomar posiciones diferentes”, dijo Pioli.
El nigeriano es un misil que Spalletti lanza cuando salta la primera presión, y entonces es lógico esperar un Milan más atento, menos inclinado a presionar alto y a deslizarse con los laterales: te arriesgas a mandar a Osimhen a un uno contra uno en el área.
Ojo también a las posiciones en el centro del campo: Bennacer se ha movido dos veces como ‘falso 10’ mordiendo a Lobotka, pero no es seguro que Krunic o Tonali no sean los siguientes mañana. Al fin y al cabo, cuando Pioli ha batido al Maradona, lo ha hecho con impresionantes remates en el medio…