Las volteretas en solitario durante el partido para entrar en calor. Las indicaciones al equipo abriéndose paso a empujones hasta el centro del campo. Los abrazos a los compañeros, uno a uno, en el vestuario. Los penaltis parados. Yacine Adli que, a pesar de ser una presencia rayana en lo imaginario, pide a la curva que le dedique un estribillo.
Y eso es sólo la primera parte de Mike Maignan, un nuevo héroe rossonero -no a partir de hoy- que ha generado comentarios como ‘es el portero más fuerte del mundo’ no sólo entre los aficionados -demasiado fácil para eso-, sino también entre ilustres ex compañeros y gente de dentro.
Hubo un tiempo en el que los milanistas se daban codazos unos a otros y decían “bueno, considerándolo todo, no tenemos nada que lamentar por Donnarumma”. En resumen, nada más que un optimismo moderado. Ahora, esos son los comienzos. La moderación se ha convertido en plebiscito, en consagración, en investidura.
El Águila, como le llama el Milan en las redes sociales y como le gusta llamarse a sí mismo cuando postea, ha volado mucho más allá de los lamentos -que nunca llegaron- por Gigio. Donnarumma se desfiguró en apenas un puñado de semanas, el tiempo justo para ver trabajar a Mike y empezar a presenciar la primera de una larga serie de paradas que le han dado puntos.
Puntos y más, porque sus guantes están impresos en estas semifinales de Champions. Y sus pies, porque el primer error en el que se puede caer con ‘Magic’ (otro apodo que le va como anillo al dedo) Mike es reducirlo al papel de simple portero.
Las manos de Maignan viajan de la mano de sus extremidades inferiores, capaces de transformarle en una especie de superhéroe: en parte portero, en parte defensa central, en parte director. Mike lo hace todo, y lo hace todo muy bien.
Por eso tienen toda la razón quienes afirman que su ausencia -unos cinco meses de baja- ha sido el verdadero escollo en relación con el grave retraso del Diavolo frente al Nápoles. Las contrapruebas obviamente no existen, pero es (muy) razonable pensar que con Mike disponible los rossoneri a estas alturas del viaje tendrían cierta tranquilidad para pensar en los cuatro primeros.
Con manos y pies, pues. La canción fluye ligera en Milanello y pone a Maignan a la altura de los mejores porteros de Europa. Porque mientras éste… ¿el mejor de todos? ¿cuánto menos en el podio? – es un concepto prescindible con sólo presenciar sus actuaciones, por otro está certificado por los datos.
Comparándolo con el resto de hitos entre los palos de los cinco mejores de Europa, esta temporada se observa, por ejemplo, que Mike está mejor situado en la media por partido de lanzamientos lejanos acertados (6) que Oblak (Atlético de Madrid, 5), Ederson (City, 4,9), Alisson (Liverpool, 4,7) y Courtois (Real, 3,9).
Luego, por supuesto, también depende en parte de la filosofía de juego de los equipos. De hecho, el Milan no pretende construir desde abajo en todas las situaciones: si es necesario, un lanzamiento largo a Giroud puede resolver muchos problemas, y luego viene lo indispensable de un portero capaz de desplegar un fútbol profundo y preciso.
En cuanto al porcentaje de pases acertados, Maignan está en la media de los otros equipos punteros: 78,3%, por encima de Oblak (62,6%) y ligeramente por debajo de Alisson (84,7%), Ederson (84,6%) y Courtois (81,7%).
Sin embargo, vuelve a estar por delante en cuanto a porcentajes cuando se trata de penaltis. Mike sólo encajó 33 goles en 52 lanzamientos desde el punto de penalti (con 13 parados), mientras que Courtois encajó 52 goles en 65 intentos y Ederson 47 en 54. En este sentido, el otro monstruo sagrado sigue siendo Alisson, con sólo 19 goles encajados en 32 penaltis.