
De puntillas, nunca. Sandro Tonali juega con decisión, si es que juega con decisión, y sin embargo hace un año con la punta del pie -uno, el derecho- marcó el gol de su vida. Lazio-Milán, 24 de abril, a cinco jornadas del final, el Milan iba 1-1 hasta el minuto 92, y entonces apareció él. Control, disparo escorado y carrera bajo la curva. Un año después, aquí está de nuevo. Tonali regresa al Olímpico y, como entonces, es el corazón palpitante del Milan.
Es un hincha, el alma del centro del campo, el novio de Giulia y el favorito de la afición, que compra sus 8 más que los 17 de Leao, más que los 10 de Brahim, más que los 9 de Giroud. Hasta aquí, nada nuevo. Otras cosas, sin embargo, han cambiado. Sandro Tonali ha hecho saber a todos que es un centrocampista de nivel europeo -en los cuartos de final de la Liga de Campeones estuvo entre los mejores- y en los últimos meses ha cambiado de vecino. En 2022, contra el Lazio, su compañero en el centro del campo era Kessie. Ahora juega al lado de Bennacer y Krunic, con los que ha construido una pequeña historia de éxito en Nápoles: ese triángulo es la base del Milan de primavera.
Lo bueno de Tonali es que sus cualidades no dependen de la táctica: juegue donde juegue, marca la diferencia a su manera, con energía, inteligencia, agresividad, capacidad para leer las situaciones y jugar el balón. El vínculo del aficionado con el Milan, se ve, añade un 10% a todo. Antes del Mundial, Pioli lo utilizaba a menudo como centrocampista ofensivo: Sandro se desparramaba por la izquierda con el equipo en posesión, y luego atacaba el área contraria.
El gran ejemplo, probablemente, el partido fuera de casa en Verona: trabajo de Verdi en una banda, gol en la otra. Con la crisis de enero, sin embargo, el Milan cambió: Pioli puso el énfasis en la fase defensiva y pidió a los dos centrocampistas centrales que se mantuvieran por delante de la defensa. El Milan siguió fiel a muchos de sus principios, pero se redujeron los riesgos en esa zona del campo (y no fue casualidad que Pobega y Vranckx no jugaran casi nada). Tonali cambió en consecuencia.
El Tonali de 2023 es diferente y quienes cuentan sus toques en el campo pueden comprobarlo: juega mucho más en su propia mitad del campo, es más un constructor que un trequartista más. Sin embargo, no ha dejado de ser útil en la mitad ofensiva del campo… y Leao se lo agradece.
El 2 de abril, Tonali puso el 3-0 de Rafa en Nápoles, y el pasado fin de semana puso el 1-0 contra el Lecce en su cuenta particular. Las asistencias de la temporada: seis, el triple que la temporada pasada. El récord de su carrera, establecido en su año de liga A en el Brescia, está cerca: 7.
Para entendernos, entre los centrocampistas de la A, sólo Milinkovic y Zielinski -que tienen muchas menos obligaciones defensivas- lo hacen mejor, y los dos talentos de mañana por la tarde, Dybala y Leao, están a su nivel. Rafa en Salerno, en el primer partido de 2023, marcó con una asistencia de Sandro y se lustró el zapato derecho en agradecimiento. Si ocurriera también en el último partido del año, en Estambul, repetiría el ritual, a diestro y siniestro. Informe completo.

SCARONI SOBRE EL NUEVO ESTADIO
La tranquilidad es sólo aparente. Aunque en las últimas semanas se ha hablado mucho menos del estadio, es decir, del nuevo estadio, la cuestión está siempre en el primer plano de los pensamientos del Milan. Porque las manos siguen corriendo y el momento de espera debe dar paso necesariamente a la acción. A la operatividad. Si, por un lado, el Milan vive de las fuertes emociones de la Liga de Campeones -la actual y la que hará todo lo posible por vivir también la próxima temporada-, por otro, continúan los contactos con las instituciones y realidades privadas potencialmente interesadas e implicadas en el futuro estadio exclusivamente rojinegro.
La clave más importante, ahora mismo, es el calendario: de él dependen las opciones del club rossonero, no de la ubicación del estadio. Hoy Paolo Scaroni ha vuelto sobre el tema: “Quiero tranquilizarles, no queremos aumentar los precios populares, pero queremos tener la posibilidad de acoger a empresas que puedan gastar incluso cantidades astronómicas de dinero” – ha dicho el presidente rossonero, interviniendo en el taller “Dinero vs ideas: fútbol y sostenibilidad”, organizado en la Universidad Bocconi de Milán, y sentado junto al consejero delegado del Inter, Alessandro Antonello -.
“Pronto viviremos la semifinal de la Liga de Campeones: podría vender entradas dedicadas a empresas a 5 mil euros, porque será el partido del año. En Inglaterra llevan 20 años haciéndolo, nosotros en Italia no tenemos las instalaciones que nos permitan hacerlo. Quiero un estadio para el Milan porque los clubes con los que competimos en Europa tienen ingresos por estadios que rondan los 100 millones de euros y nosotros, el Inter y el Milan, estamos en los 40 millones”. Luego se permite una broma: “Sólo diré una cosa sobre el estadio del Milan, porque esta historia se ha convertido en una saga de diez años. En un blog me llamaban Stadioni por lo mucho que hablo de ello”.
He aquí una intervención sobre un tema que le toca muy de cerca: “Tenemos un estilo milanés y nunca hablamos mal de nadie. Luchamos contra el racismo porque creemos en él. Cuando leo cómo se expresan ciertas personas en el mundo del fútbol, pienso que somos malos maestros. Debemos tener un estilo y no utilizar un lenguaje inapropiado, que se habla en algún pasillo y luego se lee en los periódicos. No debe hacerse. Los primeros en comportarnos correctamente debemos ser nosotros”.
Y volviendo al aspecto financiero: “De momento los resultados económicos son satisfactorios, estamos generando liquidez y podríamos alcanzar el punto de equilibrio”. Y, ampliando horizontes: “La Premier League recauda 7.000 millones, la Serie A 2,8. No creo que podamos recortar distancias, pero lo estamos intentando. Los resultados que estamos teniendo los equipos italianos en la Liga de Campeones son un incentivo para eliminar esta diferencia”.
“El fútbol se verá en Shanghai y Melbourne, habrá más gente animada a seguir la Serie A. En el reparto de ingresos, los clubes pequeños reciben mejor trato en Inglaterra, porque allí el pastel es más grande. El Newcastle, por ejemplo, recauda más que el Milan y el Inter”.