Rafael Leão ha dicho que sí. Está dispuesto a vincularse al Milan por otros cinco años y el acuerdo con el Sporting de Lisboa también está mucho más cerca. El jueves, en una reunión a última hora de la noche, hubo un principio de acuerdo con el club portugués, pero luego se reabrieron las negociaciones y se esfumó la esperada fumata blanca.
Todo, pues, se desliza a la próxima semana, con la fundada esperanza de encontrar un acuerdo total en los próximos siete días: los trabajos para la renovación de la estrella portuguesa nunca han estado tan avanzados.
Tanto es así que los ejecutivos rossoneri han redactado los detalles del nuevo contrato de Rafael, sabiendo perfectamente que la firma real sólo se estampará cuando se desate el nudo con el Sporting. La cuenta atrás, en definitiva, está en su recta final, incluso teniendo en cuenta lo inesperado, en esta historia frecuente y siempre posible.
En Via Aldo Rossi, la temperatura sube desde hace tiempo, también gracias a la buena disposición mostrada por el jugador y su familia. Semana tras semana, de hecho, los asesores del delantero han acabado en la sombra, empezando por el abogado francés Ted Dimvula, titular del poder oficial, pero deslegitimado de facto por papá Antonio.
Incluso Jorge Mendes tuvo que ceder en algunos momentos de las negociaciones, a pesar de que desde Portugal habían llegado halagos tanto del Chelsea como del Real Madrid. En cambio, Rafa optó por mirar hacia adelante y continuar el diálogo con los dirigentes rossoneri de forma positiva. En esta delicada fase, el director técnico Paolo Maldini y el director deportivo Ricky Massara tuvieron a su lado al consejero delegado Giorgio Furlani, empeñado en cerrar el expediente de forma positiva.
Además, el Lille también jugó un papel decisivo en este asunto, llamado junto con el jugador a indemnizar al Sporting por aquella fuga de 2018. Un tira y afloja en los tribunales, con varias sentencias estableciendo la cuantía de la indemnización: 16,5 millones de euros más intereses y costas judiciales por un total de 22 millones.
Recientemente, sin embargo, desde Lisboa han subido el listón, exigiendo una indemnización total de 45 millones: es decir, la cláusula pactada con Leao en su día. Y es precisamente en esta coyuntura cuando los abogados portugueses se han centrado en este aspecto para poner en dificultades el eje Lille-Leao-Milán.
Sin embargo, como siempre en estos asuntos, en el filo de la navaja, las partes se enfrentan para encontrar una solución honorable para todos. Así pues, a pesar de los últimos reveses, en el frente rossonero reina el optimismo. La sensación es que esta pesadilla puede desterrarse cuanto antes.
Pero vayamos al principal avance. En estas horas, el diálogo con la familia Leão ha desembocado en el ansiado acuerdo. El Milan ha hecho el último esfuerzo por contentar a Rafael: al firmar por cinco años tendrá un sueldo de 7 millones netos más bonus y 2 millones por fichaje.
La cuenta económica está pronto hecha, aunque luego haya que indicar los aspectos colaterales del nuevo vínculo. En estas horas se trabaja a pleno rendimiento, aunque el puente del Primero de Mayo podría retrasar el esperado anuncio.
Siempre hay que recordar que el actual vínculo expira en junio de 2024 e implica un salario de 1,5 millones netos por temporada más primas. El jugador se acoge a los beneficios del Decreto Crescita, por lo que paga menos de la mitad de impuestos, y el Milan también se acogerá a esta legislación para la ampliación.
Esto significa que, en términos brutos, el nuevo salario pesará algo más de 9 millones por temporada. Repartir la inversión en cinco años supone una cantidad muy inferior a los 50 millones, para un talento que en estos momentos tiene picos de rendimiento como futbolista absoluto, como ha demostrado en los dos partidos jugados en Nápoles en Liga y Champions.
El Milan con este movimiento da un mensaje importante para el futuro. Tras las renovaciones con Tomori, Kalulu, Theo Hernández, Tonali, Bennacer, Giroud y Krunic, he aquí el pacto de fidelidad con el jugador estrella del grupo. Y es un claro giro con respecto al pasado reciente, marcado por las despedidas de Gigio Donnarumma, Hakan Calhanoglu y Franck Kessie.
También por este motivo, la cúpula rossonera trabaja a destajo y no comenta en estos días calientes por el fichaje de Leao. Lo cierto es que, con los micrófonos apagados, más de algo está pasando. Y, si es cierto que Rafa en el campo está marcando la diferencia, la noticia más significativa es la determinación con la que está regateando las tentaciones de dar la mano al Milan.