La certeza de la próxima Liga de Campeones, adquirida a falta de un día, podría descorchar en la práctica el mercado estival de los rossoneri. El Milan lleva ya varias semanas batiendo varias pistas en distintas zonas del campo, pero hay un nombre muy cerca de la fumata blanca. Es el de Daichi Kamada -tal y como adelantó en los últimos días la Gazzetta-, centrocampista ofensivo de 26 años que abandona el Eintracht con contrato en vigor. Es decir, sin precio de coste.
Es un nombre que circula desde hace tiempo, con una evidente relación coste-beneficio, ya que el Milan sólo pagará el salario. Un contrato de al menos tres años está listo para el jugador japonés y, por lo que se ha filtrado, todo se reduce a los detalles. Lo que acercó aún más la bandera a cuadros fue la certeza de que el Milan también jugará en la Europa VIP la próxima temporada.
En Japón, algunos medios -desde periódicos a agencias- dan el acuerdo por cerrado, otros medios alemanes también. En términos prácticos, para ser precisos, aún falta un poco para la fumata blanca final, pero nada insalvable. El optimismo es generalizado, el acuerdo está prácticamente en la recta final, hasta el punto de que en el entorno rossonero ya se habla de los reconocimientos médicos previstos para la próxima semana.
Seis años después del adiós de Honda, Milanello se prepara para dar la bienvenida a otro jugador japonés que fue una tentación por dos razones: la económica ya la hemos mencionado, la otra es la funcionalidad táctica ya que Kamada puede cubrir más de una posición entre mediocentro y tres cuartos. Esos jugadores polivalentes que Pioli adora.
Hay que recordar que el momento de la oficialización de la nueva llegada rossonera estará probablemente ligado a los compromisos del Eintracht, que vivirá el sábado el último acto de su temporada con la final de la Copa de Alemania ante el Leipzig. Por otra parte, el propio jugador respondió así la semana pasada a quienes le preguntaban por el futuro: “¿Mi próximo equipo? Hace tiempo que lo tengo decidido”. La clasificación del Milan hizo el resto.
Una relación poco habitual con las noches europeas. Por eso también Daichi Kamada, el centrocampista japonés de 26 años (soplará 27 velas en agosto) del Eintracht de Fráncfort, encajará bien en el AC Milan. Cantidad y calidad, así como capacidad para causar impacto en competiciones coperas.
El porcentaje goleador de Kama en el ámbito internacional es notablemente superior: 20 goles en 127 partidos de Bundesliga (media de 0,15 goles por encuentro), tantos como 14 en 31 apariciones entre Europa y la Liga de Campeones (media de 0,45). Prácticamente triplicó su rendimiento en las copas internacionales.
Tanto es así que, pese a ser centrocampista, fue el máximo goleador del Eintracht en la Liga de Campeones 2022-2023 (3 goles), y en la Europa League 2021-22 y 2019-20. Ahora, sin embargo, ha decidido liberarse de los alemanes en un traspaso libre. Maldini llevaba tiempo echándole el ojo. En definitiva, estaba entre los más acogidos.
De hecho, también está en el vestuario del Eintracht. Incluso Gonçalo Paciencia (ahora en el Celta de Vigo) lo admitió sin tapujos. Tras el doblete de Kamada en el Emirates contra el Arsenal en 2019, con el que los alemanes se impusieron a los londinenses (2-1), escribió un post en las redes sociales: “¿Qué hay mejor en el mundo que el sushi? Daichi Kamada!”.
Para Kamada es impensable una vida sin fútbol. Cuando sólo tenía tres años, su padre lo inscribió en la escuela de fútbol de Ehime. Nunca dejó de hacerlo, y llegó a Europa en 2017, con el Eintracht arrebatándoselo al Sagan Tosu. Al principio, le costó asentarse en Europa.
Llegó al banquillo de Kevin-Prince Boateng. Kovac, entrenador del Frankfurt por aquel entonces, dijo que “Kamada es muy estético, juega un fútbol muy elegante, con muy buena técnica”, pero “todavía no tiene suficiente carácter”. Con el tiempo, sin embargo, ha madurado, convirtiéndose incluso en líder del equipo.
El japonés, en cambio, es muy fijo en sus costumbres y lo que quiere suele conseguirlo rápidamente: a los 21 años ya estaba casado, a los 22 era padre de familia. “Mi primera temporada en Alemania fue muy difícil, todo era muy diferente a Japón. Me di cuenta de que podía ser profesional cuando aún estaba en la escuela, tenía 17 años, poco tiempo después ya estaba a un nivel más alto de lo que pensaba”.
Al principio, la afición incluso le despreció: no era más que uno de los doce nuevos fichajes del Eintracht. Nadie imaginaba, nadie creía, que se convertiría en el pivote del centro del campo. “Antes, la Bundesliga era un trampolín perfecto para el japonés, pero en los últimos años el nivel ha subido y por eso la transición directa es difícil”, explica Alexander Ostern, corresponsal alemán de la televisión japonesa.
Quien le ayudó a dar el salto fue el entrenador Adi Hütter, que llegó al Eintracht en 2018: “Me gusta no solo cuando tiene el balón entre los pies, sino también cómo se mueve y utiliza su cuerpo en la fase defensiva”. Fue él quien decidió darle a Kamada ya no el dorsal número 40, sino el 15. Puede parecer poca cosa, pero Hütter quería transmitir al chico que no era el último de la plantilla.
Y, efectivamente, ha crecido con él. “Hemos creado un jugador que antes no teníamos”, explica el técnico, “puede situarse por detrás de los delanteros, es peligroso de cara a portería. Sabe dar el último pase, llegar y servir en profundidad, y al mismo tiempo garantiza cantidad”.
También es curiosa la relación de Kamada con Makoto Hasebe, una leyenda no sólo en el Eintracht, sino también en Japón (114 partidos con la selección). “En el equipo nos tuteamos todos, incluso con los entrenadores, pero él me tutea a mí”, explica el jugador de 39 años. “Le he dicho varias veces que me tutee, pero no lo hace. Para él es una forma de respeto”.
No es que Kamada sea arrogante con los demás, pero su relación con su compatriota, al que veía jugar por televisión cuando era niño y que luego le ayudó a instalarse en Alemania, es obviamente diferente. Cuando se encuentra hablando con Maldini, difícilmente le tutea.
Porque estaría ante otra leyenda. Y en el Milan sabría que representa una historia importante y pesada. Sobre todo en las copas de Europa. Pero donde también se exalta…