El desconcierto es palpable y destila cualquier razonamiento con el que uno se tropiece en la web rossonera. Porque las cosas en el Milan, comparadas con cómo se pensaba que iban, siguen dando giros que los aficionados juzgan con ansiedad y desconfianza. La primera lágrima, fuerte, fue evidentemente la marcha de Maldini y Massara: hasta ese momento el mercado se había encauzado de cierta manera y con ciertas maneras.
La segunda lágrima fue el adiós de Tonali, la pérdida del que a los ojos de la gente era el capitán designado del futuro. La tercera lágrima fue el reto perdido con el Inter por Thuram: algo que quema no tanto por el perfil del jugador en sí, sino por perderlo ante sus primos.
En otras palabras: el Milan, que tiene evidentes lagunas que cubrir en (al menos) cuatro zonas del campo, sigue buscando soluciones. Delantero centro, trequartista, exterior derecho, centrocampista: la tertulia se acerca y los aficionados están preocupados.
El punto de partida de cualquier reflexión es que Marcus Thuram era el primer objetivo del ataque. Por lo tanto, para encontrar a alguien del nivel adecuado para flanquear a Giroud, es necesario desempolvar algunas viejas pistas, si no surgen otras nuevas. Por ejemplo la que conduce a Morata, un nombre que ya figuraba en la libreta en los últimos meses, pero claramente de un perfil muy diferente al de Thuram.
La noticia de los últimos días, si acaso, es la entrada del Diavolo en el panorama de Lukaku, que imaginamos consideraba al Milan el último posible pretendiente del mundo. Los rossoneri estarían dispuestos incluso a comprar directamente al belga al Chelsea (hablamos de 40 millones), el problema es que Romelu no parece muy convencido -subrayado- de cambiar de ciudad parroquial. Luego está Scamacca, que, sin embargo, de momento permanece en un segundo plano.
Detrás del delantero centro, es decir, en la mediapunta, hay principalmente dos nombres. Uno es Kamada, que ya tiene un acuerdo total con el Diavolo y ha sido liberado por cero por el Eintracht, pero ha quedado en suspenso en el último periodo. El otro es Guler, un talento de 18 años del Fenerbahçe perseguido por media Europa. Se trata de un asalto complicado. Entre otras cosas, tiene una cláusula de 17,5 millones que su club querría quitarle para poder retenerle al menos una temporada más. Pero Guler en estos momentos en Via Aldo Rossi es absolutamente el primer nombre de la lista.
Para la zona del extremo derecho, aquí la lista es larga, entre otras cosas porque el problema es largo. El Milan lleva un par de años intentando reforzarse en ese frente, sin conseguirlo. En las últimas horas, el nombre de Pulisic, el jugador de la selección estadounidense (recientemente en la Liga de Naciones de Estados Unidos), ha vuelto a salir a la palestra. La calidad no está en cuestión, sino la continuidad.
Por eso, el favorito para el carril derecho es en realidad Chukwueze, el nigeriano de 24 años del Villarreal. Clase del 99, se iría encantado al Milan, pero el club amarillo quiere hacer caja como sea, aunque su contrato termine en 2024. Se necesitan unos 30 millones, y la petición genera perplejidad en el club rossonero. ¿Otros nombres? Doku, belga de 21 años del Rennes, e Isaksen, danés de 22 años del Midtjylland.
Por último, pero no por ello menos importante, el centro del campo. Dicho que Kamada, polivalente, también podría emplearse aquí, con la marcha de Tonali hay que cerrar un abismo. Por tanto, el Milan lo intentará todo con Frattesi, sobre el que debe ganarse un derbi con el Inter. Entre bastidores sigue estando Loftus-Cheek, un poco como Kamada: un nombre no tachado, sino puesto temporalmente en el congelador a la espera del giro que tomen los (otros) acontecimientos.