El panorama, pincelada a pincelada, empieza a aclararse. En primer plano está Ruben Loftus-Cheek, ya oficial (y con él Luka Romero, que pronto lo será). A su lado están Yunus Musah y Tijjani Reijnders, los dos objetivos actuales. Detrás, digamos al fondo, Gianluca Scamacca, Álvaro Morata, sobre todo Samuel Chukwueze, Christian Pulisic. ¿Se hacen una idea?
Lo más probable es que el Milan de este verano de 2023 no compre un futbolista de 40 o 50 millones, pero sin duda rehará el equipo. Digámoslo así: puede que se vayan una docena de jugadores, y llegarán algunos menos. Giorgio Furlani y Geoffrey Moncada aspiran a elevar el nivel medio del equipo, no a conseguir un futbolista de 35 millones, como hicieron Paolo Maldini y Ricky Massara hace un verano.
Una visión diferente, claramente impulsada por dos necesidades: el deseo de evitar los problemas del año pasado -jugadores titulares siempre en el campo, alternativas a menudo poco útiles- y la necesidad de seguir la línea de la propiedad. Hacer intercambios de jugadores, vender jugadores en la cima de su valor y comprar otros, jóvenes, que puedan unirse al núcleo del equipo o ser revendidos.
La novedad está en el centro del campo. La revolución empieza ahí. Tras vender a Tonali, que será oficial en breve, el Milan ha cerrado por Loftus-Cheek y ahora apunta a dos fichajes más: Yunus Musah y Tijjani Reijnders. Primera cuestión a aclarar: no son alternativas sino complementarios, pueden jugar juntos en un nuevo Milan. Ejemplo de centro del campo de tres hombres: Loftus-Cheek, Reijnders, Musah. Físico, europeo, experimental pero interesante.
Musah estuvo ayer en el centro de los pensamientos del Milan. El Milan y el americano están de acuerdo en un sueldo no muy lejano a los 2 millones por temporada, pero ese no es el problema. Al Milan le gusta Musah por su historia y su presente, Musah le gusta a Pioli porque tiene impacto físico y en Italia puede hacerlo bien, sobre todo como mediapunta.
La cuestión ahora es el acuerdo con el Valencia. El club español pide al menos 25 millones, el Milan pretende rebajar la cifra y cerrar en 20. No parece una operación imposible, que digamos. Por eso, las posibilidades de ver a Musah con los galones rossoneri, gracias también a su pasaporte italiano, aumentan. A no ser que el Inter, al que le gusta el jugador, abra el derbi. No sería la primera vez…
Tijjani Reijnders vive una situación diferente. En los últimos días ha dejado claro que, para él, sólo existe el Milan. Las ofertas de la Premier League son de equipos de segunda fila y el AC Milan, para un jugador holandés, siempre es algo especial. Tijjani firmaría mañana por un centro del campo muy joven: 24 años él, 20 Musah, 27 Loftus-Cheek. A la vuelta de la esquina está la negociación con el Az Alkmaar…. y a ojo será más compleja que la del Valencia.
El Milan aún no ha hecho ofertas al Az pero la hora de la verdad llegará pronto, es inevitable. La impresión es que el Milan no quiere gastar más de 18-20-22 millones, que se está convirtiendo en el techo natural de todas las operaciones en estas semanas. La cuestión es entender cuánto pedirá Az. Los holandeses no son un club fácil con el que negociar, la clave será entender hasta qué punto Reijnders será capaz de imponer su voluntad.
Lo cierto es que, a día de hoy, Reijnders y Musah son los dos jugadores en torno a los que el Milan intenta construir el centro del campo. Reglas claras: físico, verticalidad, aceleración con el balón en los pies. Reijnders, en el trío, sería el pivote, el jugador central llamado a hacer viajar el balón, proteger a la defensa, insertarse con un blitz cuando sea posible. Una duda, si acaso, puede surgir en el apartado de “producción ofensiva”: Loftus-Cheek y Musah marcan muy poco.
Pronóstico fácil: en los próximos 10 días se tomarán decisiones sobre al menos uno de ellos, probablemente los dos. No faltan alternativas, como Nicolás Domínguez, aunque el Milan no ha movido ficha con el Bolonia. Para el tres cuartos, en cambio, el Milan trabaja en Samuel Chukwueze, exterior derecho del Villarreal, primer objetivo para el lateral que ocupará Brahim Díaz a final de temporada.
Luego evalúa a Adama Traoré y sigue negociando con el Chelsea por Christian Pulisic, que es un comodín para Pioli: lateral derecho, tres cuartos, lateral izquierdo. Y hablando de la banda izquierda, atentos a la sorpresa: Alexis Saelemaekers, en los planes, puede pasar a la izquierda casi definitivamente y convertirse (también) en alternativa a Rafa Leao.
JUGADORES QUE NO CUENTAN PARA EL PROYECTO
Tras la despedida sorpresa, llega el momento de las despedidas anunciadas. Y llevará su tiempo, sin duda más del que llevó el acuerdo relámpago que despojó a Sandro Tonali de su rossonero vistiéndole con las rayas blancas y negras del Newcastle.
Son precisamente los millones que el Milan recaudará con la venta del ahora ex número 8 del centro del campo de Pioli -tantos, tantos- los que permitirán al club de Via Aldo Rossi adelgazar la plantilla sin demasiados problemas. También porque la lista es bastante nutrida, pero no hay cola para los despedidos rossoneri: aligerar la masa salarial al tiempo que se gana más dinero para reinvertir no será un paseo.
El departamento con mayor atasco es el ataque: mientras el CEO Furlani y el lateral derecho Moncada trabajan para dar a Pioli un delantero centro alternativo a Giroud y un par de exteriores/trequartistas para variar lo más posible, Ante Rebic y Divock Origi se preparan para hacer sitio a los que lleguen.
El croata y el belga tienen historias diferentes -el primero pasó de ser el delantero post-Covid del Diablo a ser un delantero regresivo, el segundo de ser una apuesta experimentada a un fracaso estrepitoso-, pero les une su masa salarial: alta, demasiado alta, sobre todo en relación al rendimiento, para un club que depende enteramente de la sostenibilidad.
Baste decir que los 4 millones de euros anuales de Origi convertían al ex jugador del Liverpool en el mejor pagado de la plantilla del Milan hasta hace un mes, antes de que Leao firmara la renovación. Rebic no está lejos de las cifras de Origi: su salario es de 3,5 millones por temporada y el Milan ha decidido que eso puede ser suficiente. Origi gusta en Inglaterra y Turquía, pero de momento nadie se ha presentado con ofertas oficiales, mientras que por Rebic hay equipo, pero de momento juegan con lo barato: el Besiktas no quiere gastar demasiado.
Una vez más, es el salario lo que frena las negociaciones: los turcos están dispuestos a llevarse a Rebic cedido, garantizándole la misma cantidad que percibía en el Milan. Para ellos es más difícil comprarlo directamente: para el Besiktas, la opción sólo sería viable si Rebic aceptara reducir su salario. Es probable que las partes vuelvan a reunirse más adelante: los turcos no tienen prisa, la operación también puede cerrarse en la segunda mitad del mercado.
En el lateral izquierdo, cambio Tras dos temporadas en Italia, Fodé Ballo-Touré está dispuesto a marcharse a otra parte: el franco-senegalés de 26 años nunca ha convencido como suplente de Hernández, hasta el punto de que el Milan ya busca un nuevo lateral izquierdo para flanquear a Theo. Ballo-Touré tiene mercado en Francia, Inglaterra y Alemania: el Milan podría ingresar entre 5 y 7 millones por su traspaso. También en Francia podría regresar Yacine Adli, que sólo ha jugado 138 minutos, 60 de ellos como titular: los movimientos de entrada entre el mediocampo y la tres cuartos le alejan cada vez más del Milan.
CDK, en la cuerda floja Sobre el mismo césped, habrá que evaluar la situación de Charles De Ketelaere, que se despidió del Europeo sub-21 con su selección belga con las mismas frecuencias de su primer y decepcionante año con los rossoneri. Hasta la fecha, la directiva no ha cambiado de opinión: el CDK se queda por ahora.
Pero si llegan ofertas, el club está dispuesto a escucharlas: para evitar una minusvalía, se necesitarían al menos 28 millones. Inmediatamente o con otras fórmulas. El Atalanta está en el escaparate: De Ketelaere gusta, pero no pasan de gustar. Si el Milan se abriera a una cesión con derecho de tanteo, los nerazzurri estarían dispuestos a negociar.