Morata quiere irse al Milan

Querido por Italia, querido por el Milan. Álvaro Morata en estos días ha mandado mensajes claros y contundentes a los rossoneri. Directos e indirectos. En primer lugar, su agente Juanma López se ha puesto en contacto con la cúpula directiva de vía Aldo Rossi, firme en el mandato de su cliente, que recientemente ha decidido abandonar Madrid con el total apoyo de Alice Campello, la esposa veneciana que conoció en Milán, y de toda la familia.

Esta investidura lo ha hecho todo más fácil. Tanto que las partes esbozaron el plan de viabilidad de la operación. Paralelamente, Morata recibió una llamada de esas que no pasan desapercibidas: José Mourinho, de hecho, le pidió que se uniera a él en la Roma. Con Paulo Dybala -uno de los mejores amigos de Álvaro y padrino de la pequeña Bella, la última de los cuatro hijos de Álvaro- actuando de imán.

La respuesta fue educada, pero con un no rotundo que cerró la puerta al Special One. No hay que darle más vueltas: a Morata, acostumbrado a los focos de la Champions -la juega ininterrumpidamente desde 2010, salvo un paso por la Europa League con el Chelsea en 2018-, le atrae la idea de volver a ser protagonista en el mismo torneo en un club que ya le tentó varias veces en el pasado.

También sabe que Pioli le recibiría con los brazos abiertos. En Via Aldo Rossi valoran la disponibilidad de Álvaro, mientras que la propia Roma cuenta con el sí de Gianluca Scamacca, que también está en el punto de mira de los rossoneri como alternativa al español. Sin embargo, para que la operación Morata salga adelante es imprescindible cuadrar las cuentas, un aspecto en el que la propiedad milanista está muy interesada.

Y también en este perfil Álvaro da grandes muestras de apertura, ya que está dispuesto a renunciar a los 6,5 millones de euros netos que le garantiza el contrato que acaba de renovar con el Atlético. Si el Milan le garantiza un contrato de cuatro años, también podría estar bien con un sueldo de 5 millones netos. Y si las investigaciones de los expertos fiscales confirman que tiene derecho al Decreto de Crecimiento, entonces la carga para las arcas del Milan puede suavizarse, teniendo en cuenta que pagaría la mitad de impuestos.

Todos estos argumentos se han puesto sobre la mesa, pero falta rematar la faena con la negociación con la empresa española. Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético, y el entrenador Andrea Berta han incluido una cláusula de 20 millones en el acuerdo para la renovación de Morata, pero el Milan no tiene intención de pagarla. De hecho, se vislumbra una vía intermedia, con una rebaja que permitiría el traspaso por 12 millones.

Pero, ¿aceptará el Atlético conceder estas cifras? Esta es la parte más delicada de un asunto de mercado que está a punto de llegar a su punto álgido. No es ningún misterio que la directiva milanista ha examinado con interés la candidatura de Morata en el aspecto técnico, aunque el carné de identidad no ayude a Álvaro: ya tiene 30 años. De ahí que en esta coyuntura se siga hablando de Scamacca, de 24 años en el carné de identidad, que podría llegar cedido por el West Ham. Pero las ganas locas de Morata en estos momentos marcan la diferencia, un valor añadido a tener en cuenta.

Sobre todo en la casa rossonera, porque la pelota ha pasado ahora a Giorgio Furlani, consejero delegado del Milan, y a Geoffrey Moncada, su mano derecha en el mercado. Morata quiere volver a Italia y está a la espera de que el Milan dé el siguiente paso, el decisivo, también porque la presión de Arabia se dispara: Al Ettifaq está dispuesto a cubrirle de oro, con más de 30 millones por temporada en su nómina.

No es casualidad que ayer Enrique Cerezo, presidente del Atlético, intentara enfriar la pista milanesa: “No creo que vaya a Italia”. Álvaro no es de la misma opinión, al contrario: se está tomando su tiempo porque espera al Diavolo y de momento la idea de jugar en el Milan le convence más que los millones árabes. Pero hay que aprovechar rápido el momento fugaz: la espera de Morata será eterna.

Por otro lado, la espera de Christian Pulisic y Tijjani Reijnders, los refuerzos que la ‘comisión’ de mercado rossonera ha identificado junto a Pioli para el centro del campo y el ataque, no debería durar demasiado: ambos están cada vez más cerca del Milan. Chelsea y Az Alkmaar piden la misma cantidad, 25 millones, y las ofertas de los rossoneri también son más o menos equivalentes, estamos en torno a los 18-20 millones.

Las conversaciones con los Blues por Pulisic avanzan a buen ritmo y el acuerdo podría cerrarse entre el fin de semana y principios de la próxima semana. Las conversaciones con el Az por Reijnders se han acelerado en las últimas horas: ayer fue el propio Furlani quien mantuvo conversaciones con los directivos holandeses. Las distancias se acortan y el optimismo crece.

Empecemos por las certezas: el Milan busca un 9 y Álvaro Morata es el hombre adecuado. Es delantero centro de oficio y lleva haciéndolo con éxito desde niño. En su novela de formación hay un capítulo fundamental, escrito en Turín con la camiseta de la Juventus: es en el bianconero, donde llega en el verano de 2014 con Allegri en el banquillo, donde Morata se hace grande. Es decir, apto para jugar como primer delantero en un club top. Morata empezó como reserva de su compatriota Llorente, luego se hizo un hueco a fuerza de goles -nunca muchos- y movimientos, tácticamente perfectos para Tévez y sus otros compañeros, contribuyendo a los Scudettos ganados. Con los años, Morata ha acelerado el motor de cara a portería, ha sumado experiencia y trofeos de todo tipo, pero su capacidad para ser apreciado por quienes le entrenan sigue siendo la misma: Álvaro es un 9 moderno que varía y remata, se desmarca y a veces retrocede como director ofensivo.

En el Milan, donde Giroud lleva un par de temporadas cargando sobre sus hombros el departamento central del ataque, necesitan otro delantero centro, una alternativa al francés. Mejor no sólo en términos de rotación, sino también desde el punto de vista táctico: dicho así, Morata es el hombre adecuado para Pioli.

Como delantero sabe moverse, sobre todo en los campos de la Serie A: cuando volvió a la Juve, entre 2020 y 2022, nunca dejó de aportar, acabando con 11 y 9 goles en las dos temporadas jugadas con Pirlo y luego Allegri en el banquillo. Morata conoce perfectamente nuestra liga, sabe atacar y por eso le gusta al Milan: su integración no llevaría mucho tiempo, ya está preparado para la Serie A.

Y obviamente para la Liga de Campeones: la juega con regularidad desde 2010, ha levantado dos con la camiseta del Real Madrid y su experiencia internacional se enriquece con su historia en la selección española, de la que recientemente ha llegado a ser capitán. Su fichaje iría en la línea de la filosofía rossonera con los delanteros centro en los últimos años: entre Elliott y la directiva franjirroja, el Diavolo exprimió los goles de la gente experimentada.

Mientras Leao maduraba y aprendía el arte de disparar con frialdad, Ibrahimovic empujaba al equipo hacia entre 2020 y 2021, desde la plenitud de su edad: regresó a los rossoneri con 38 años, volvió a ganar un Scudetto con 40 y se fue con 41.

Giroud también había llegado a Milanello como suplente (de Ibra, precisamente) pero por el camino se ha convertido en titular indiscutible para Pioli: sus goles no son los de los máximos goleadores pero pesan casi todos, véase el doblete en el derbi por el Scudetto o el gol a Maradona. Morata puede replicar modelos anteriores y reafirmar la ley no escrita que rige el ataque del Diavolo: los rossoneri mayores de 30 años son una garantía en el área.

Sin embargo, no sólo es un delantero centro muy fiable, porque su técnica y dinamismo le permiten variaciones bastante interesantes sobre el tema. En su segunda vida como jugador de la Juventus, por ejemplo, Allegri lo utilizó escorado a la izquierda, en una posición atípica que también podría desempeñar en el Milan si fuera necesario. Mover a Rebic de la izquierda al falso 9 había sido un éxito táctico para Pioli, con Morata podría ocurrir lo contrario. Pulisic lo permite, claro: el estadounidense también puede hacer daño por la izquierda.

Otra opción, en caso de emergencia, el doble 9: Pioli ya lo hizo en el pasado con Ibra y Giroud, para aumentar kilos y centímetros en el área y desatascar situaciones complicadas. Podría volver a hacerlo con Morata, y para Álvaro sería un déjà-vu: en 2018 él y Giroud compartieron el ataque del Chelsea de Sarri, que los alternó. Por momentos, ambos formaron pareja: un puñado de partidos y ningún gol. Sabes qué pasaría si la historia cambiara en el conjunto rossonero?

LUKA ROMERO HABLA PARA MILAN TV

Luka Romero, nuevo fichaje rossonero, hizo sus primeras declaraciones como jugador del AC Milan a los canales oficiales del club. Estas son sus palabras a Milan TV:

Sobre su llegada al Milan: “Este club es un sueño para mí, es un club con mucha historia y espero hacerlo bien”.

Jugar en San Siro: “San Siro es un gran estadio. Nunca he jugado allí, aunque siempre he querido hacerlo. Es un sueño estar aquí”.

Objetivos y aspiraciones: “Lo más importante para un futbolista es jugar. Vengo aquí a aprender de los mejores jugadores, entreno con ellos todos los días y estoy seguro de que aprenderé algo”.

¿Qué se lleva de la Copa Mundial Sub-20? “Ahora que estoy aquí pienso en entrenar duro. Si lo haces bien en los partidos internacionales luego vienen las exigencias, en el sub-20 nos fue bien. Obviamente no queríamos quedar eliminados antes pero así es el fútbol, ahora estoy aquí y estoy contento.”

¿Ha hablado con Romagnoli del Milan? “Hablé con él antes de venir, me dijo que es un club con mucha historia y que encajaré muy bien.”

Sobre sus sueños de niño: “De niño sueñas con jugar la Liga de Campeones, es el sueño de todos”.

Sobre su papel: “El papel que me gusta mucho jugar es detrás del punta, donde jugó Brahim el año pasado. Pero también puedo jugar en la banda izquierda o en la derecha”.

Sobre sus ídolos: “Siempre me han gustado mucho Ronaldinho y Kaká”.

¿Qué tipo de chico eres? “Soy una persona muy tímida y muy tranquila. Me gusta estar con mi familia y jugar al tenis”.

Un mensaje a la afición: “Hola, soy Luka y quiero daros las gracias por todo. Siempre forza Milan”.